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En busca del arte robado por los nazis

Sarah Judith Hofmann / JAG16 de febrero de 2014

Alemania busca reforzar su compromiso para encontrar las obras robadas durante el nacionalsocialismo, explica representante de la Fundación de Cultura a DW.

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Cornelius Gurlitt Kunst Komobbild Gemälde
Colección Gurlitt.Imagen: picture-alliance/dpa
Symbolbild - Cornelius Gurlitt
Caso Gurlitt, uno de los más significativos para recuperar las obras perdidas.Imagen: picture-alliance/dpa

Hoy en día, en colecciones públicas y depósitos de museos alemanes todavía se conservan muchas obras de arte clasificadas como robadas en la época del nacionalsocialismo. Dos instituciones con financiación pública se ocupan de seguirles el rastro: la Oficina de Investigación del Origen en Berlín y el banco de datos Lost Art en Magdeburgo. Ambas apoyan a museos, bibliotecas y archivos en la identificación de obras robadas o “ariatizadas”, aclara Isabel Pfeiffer-Poensgen, secretaria general de la Fundación de Cultura de los Estados Federados en entrevista con DW.

Señora Pfeiffer-Poensgen, las secretarías de cultura de los estados federados publicaron los resultados de la Investigación del Origen. ¿Qué balance se podría extraer en Alemania? ¿Qué negligencias se han descubierto?

La investigación del origen comenzó realmente en Alemania en los años noventa. Fue entonces cuando museos, archivos y bibliotecas comenzaron a preguntarse de dónde venían las obras y si habían llegado allí por cauces legales. Desde 2008, se inspeccionan colecciones que posiblemente fueron objeto de robos sistemáticos, por ejemplo a coleccionistas judíos. Según la declaración de Washington, en caso de proceder se devuelven o se ofrece una indemnización a los herederos. Empezamos muy tarde, de eso no hay duda. Pero tenemos que recuperar el tiempo perdido y eso es lo que hacemos ahora.

¿El caso Gurlitt también mostró que, al parecer, no se hizo lo suficiente?

El caso Gurlitt no fue bueno en muchos aspectos, pero ha influido de manera positiva a la hora de aclarar a la opinión publica, a políticos y a la administración, que en este tema todavía hay que trabajar mucho y que se necesitan nuevos medios para el esclarecimiento de estos casos en toda Alemania. Además, no se puede decir que no ha pasado nada. En los diferentes estados hay muchos proyectos de investigación descentralizados. Debido a nuestra estructura federal, que carece de un registro obligatorio central para casos de obras de arte robadas, es muy difícil estar al día para cualquiera que no esté versado en la materia.

Eso es exactamente lo que los abogados y herederos de coleccionistas judíos han criticado, que es muy difícil averiguar en las instituciones del sistema federal dónde se encuentran las herencias recibidas. ¿Cambiará algo en el futuro?

Espero que sí. En primavera se celebrarán reuniones entre los 16 estados y el Gobierno. La nueva ministra de cultura, Monika Grütters, mandó una señal clara para agrupar y aumentar esfuerzos en esta cuestión. Creo que el caso Gurlitt también fue una gran oportunidad para un cambio positivo.

¿Se creará en el futuro un órgano central?

No. Somos un estado federal y no necesitamos un órgano central. Pero institucionalmente sí se podrían coordinar mejor los resultados encontrados. Un fallo por nuestra parte es que se invierte todo en la investigación interna y hay pocas oficinas de comunicación de cara al público. Deberíamos hablar más de casos cerrados, que hagan más transparentes los resultados y el proceso de investigación. Seguro que este tema también formará parte de las discusiones que ya han comenzado.

Hace poco el presidente del Congreso Mundial Judío, Ronald S. Lauder, se quejaba de que en los 6.000 museos de Alemania solo se han inspeccionado 350 depósitos. ¿Cambiará esto?

Estoy segura de que sí. Aunque la argumentación del Sr. Lauder es algo incompleta, puesto que entre los 6.000 museos alemanes hay muchos que se dedican únicamente al arte moderno y no vienen al caso. Se trata de obras anteriores a 1945 que llegaron a las colecciones después de 1933. A pesar de eso, está claro que muchos museos todavía tienen tareas pendientes. El caso Gurlitt aclaró que no hay alternativa y que hay que aclarar los casos de robo.

El nuevo descubrimiento de 60 cuadros más en Salzburgo en el caso Gurlitt, sobre los que no está claro si son robados o no, muestra cuán difícil es encontrar obras de arte que se encuentran en colecciones privadas. ¿Cómo se podría encontrar estas obras robadas en colecciones privadas?

Hay una serie de grandes colecciones privadas en Alemania que están alarmadas. Y sé de algunas que están revisando sus obras minuciosamente. Sin embargo, no se puede ejercer presión desde la administración. Nosotros explicamos que queremos encontrarlas, pero no hay medios ya que sólo podemos usar lo que tenemos para las colecciones públicas. Ahora ningún museo alemán puede decir que no puede permitirse investigar el origen de las obras. Nosotros y el Estado ponemos a disposición medios para las oficinas de investigación para que los museos puedan contratar a especialistas.