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En homenaje a víctima de ETA españoles expresan “hartazgo del terrorismo”

15 de mayo de 2008
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Miles de españoles rindieron homenaje al guardia civil asesinado ayer en un atentado terrorista perpetrado por la organización armada ETA en el País Vasco, en concentraciones silenciosas convocadas por la Federación de Municipios y Provincias frente a los ayuntamientos de todas las ciudades de España.

La vicepresidenta primera del gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, el jefe de gobierno del País Vasco, Juan José Ibarretxe, y los ministros del Interior y Defensa, Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme

Chacón, respectivamente, presidieron la concentración realizada frente al Parlamento vasco en Vitoria.

Previamente, en el funeral celebrado en la catedral de Vitoria por el guardia civil asesinado, Juan Manuel Piñuel, de 41 años, el obispo de Vitoria, Miguel Asurmendi, condenó enérgicamente "a los autores materiales y a los colaboradores" del atentado perpetrado en la localidad de Legutiano y que causó heridas a otros cuatro guardias civiles.

"¿Así se sirve al bien del pueblo vasco?", preguntó el prelado en alusión a los objetivos que dice perseguir ETA con la lucha armada. Al funeral asistieron los príncipes de Asturias, Felipe y Letizia,

la viuda del agente, María Victoria, y su hijo, Juan Manuel, de seis años. Asurmendi se hizo eco del "hartazgo" que "sienten millones de personas ante un nuevo atentado criminal que se une a cientos de actos similares a lo largo de 40 años".

Ante ello, planteó una "serie cruel de preguntas que nos corroen por no encontrar respuesta válida: ¿Para qué ha servido este acto criminal? ¿Con estas acciones se sirve al bien del pueblo vasco?¿Hasta cuándo va a durar entre nosotros la lacra del terrorismo?".

Paralelamente, autoridades y vecinos realizaron concentraciones silenciosas en decenas de ciudades y pueblos para condenar el atentado y expresar su solidaridad con la familia de la víctima.

El atentado mediante un potente coche bomba tuvo como blanco una casa cuartel de la Guardia Civil en Legutiano, en el norte de España. El artefacto, que contenía más de 100 kilogramos de explosivos, causó graves destrozos en el edificio.

El presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, condenó el primer atentado mortal de ETA en la nueva legislatura como una acción "cobarde, miserable y criminal", al tiempo que llamó a la unidad de los demócratas en la lucha contra la "barbarie criminal". Todos los partidos democráticos así como el jefe del gobierno vasco, Juan José Ibarretxe, condenaron el nuevo atentado.

Tras el fracaso del proceso de paz entre ETA y el gobierno la organización ha asesinado a seis personas, entre ellas los dos inmigrantes ecuatorianos que murieron en diciembre de 2006 en un atentado perpetrado contra el aeropuerto de Madrid.

De las 834 personas muertas en atentados de ETA desde 1968, un total de 204 eran guardias civiles, incluido el agente fallecido en Legutiano. Agencias