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En la decisión está el futuro

mb14 de octubre de 2003

Cediendo a la presión de los críticos en sus propias filas, la cúpula de la coalición gubernamental roji-verde realizó enmiendas a la propuesta de reforma laboral que se votará el viernes en el Parlamento alemán.

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Mucho que pensar, mucho por decidir.Imagen: AP

El canciller alemán, Gerhard Schröder –quien ha condicionado su propio futuro político a la aprobación de su plan de reformas-, se declaró optimista de que la reforma laboral, pilar de su Agenda 2010, será aprobado con mayoría propia, es decir sin contar con votos de la oposición. Este humor lo compartía hoy, aunque sólo parcialmente, el ala izquierda de las filas socialdemócratas y Verdes de donde han surgido las voces disidentes. Así por ejemplo, el experto en asuntos sociales de Los Verdes, Markus Kurth, declaró que votará a favor, aunque espera "mejoras".

En la unión está el futuro

Y es que aunque las exhortaciones a la unidad de la coalición en el gobierno no han faltado en los últimos tiempos, los que se oponen a las reformas no cejaron; la cúpula se vio obligada a darles "un último toque" –como calificó el secretario general del SPD, Olaf Scholz, las modificaciones hechas hoy. Sin embargo, latente sigue el temor a lo peor: que tanto el canciller Schröder como su ministro de Economía, Wolfgang Clement, fracasen en convencer a sus propios correligionarios. Aunque no son muchos los opositores, la escasa mayoría de nueve votos que tiene la coalición gubernamental se vería muy afectada con cada voto "infiel". Porque si algo es seguro es que la oposición votará en contra.

El meollo del asunto

El capítulo de la reforma laboral -conocida como 'plan Hartz' pues lleva el nombre de Peter Hartz, el jefe de personal de Volkswagen que presidió la comisión independiente encargada de elaborarla- prevé, por ejemplo, equiparar la ayuda por desempleo con la ayuda social, deducir del subsidio de desempleo parte de los ahorros acumulados, inclusive de los fondos de pensiones, y obligar a los que lleven mucho tiempo desempleados a aceptar pequeños trabajos. El ala izquierda del SPD no considera compatible estas reformas con los principios de justicia social del partido. Para convencerlos y evitar un peligroso fracaso el viernes, la coalición de Gobierno aprobó en la reunión de la Cancillería varias modificaciones, entre ellas la de aumentar la cantidad mínima del patrimonio que en el caso de los desempleados el Estado no podrá tocar, y sobre todo, serán intocables los fondos de pensiones.

Decisiones, decisiones

En esta semana, la de las "decisiones" como ha sido calificada, el Bundestag votará la reforma sanitaria, las reformas laborales que incluyen los recortes a los subsidios de desempleo, la reforma a la ley impositiva, entre otras. Para el canciller Schröder no es la primera semana decisiva, sin embargo. En noviembre de 2001 había unido ya el voto de confianza a la votación de una ofensiva militar alemana en Afganistán.

El jefe de la fracción parlamentaria del SPD, Franz Müntefering, ha calificado la situación política de "altamente complicada", y tanto él como el ministro de Exteriores, Joschka Fischer, no han escatimado en advertencias, poniendo el dedo en la llaga histórica de la socialdemocracia alemana: en 1982, el canciller Helmut Schmidt tuvo que entregar la batuta, por 16 años, debido a falta de mayoría en el congreso.