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¿En qué se parecen el fútbol y la economía?

14 de abril de 2004

No es chiste. Los símiles parecen abundar, al menos según la visión de Oliver Bierhoff, ex capitán de la selección alemana de fútbol, quien expuso en la universidad su diagnóstico de los problemas de la economía germana.

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Oliver Bierhoff, en sus tiempos de goleador.Imagen: AP


Oliver Bierhoff era el yerno ideal para cualquier suegra: exitoso como futbolista, bien parecido, ajeno a cualquier escándalo y, por si fuera poco, empeñoso estudiante de economía. Entretanto, ha concluido su carrera deportiva y también sus estudios. Y comparte gustoso sus experiencias. Este miércoles lo hizo, dictando cátedra nada menos que en la Universidad Humboldt, de Berlín, con la ponencia : "lo que la sociedad puede aprender del deporte".

El diagnóstico de Bierhof

En medio de los flash de los fotógrafos, el visiblemente orgulloso decano, Joachim Schwalbach, dio la bienvenida al ex capitán de la selección alemana calificándolo como "uno de los nuestros", aunque el antiguo ídolo del fútbol alemán haya realizado sus estudios en la "Universidad a distancia" de Hagen. Esos son detalles sin importancia y, por lo demás, muy comprensibles, en vista de que su carrera futbolística llevó a Bierhof a varios países, como Francia, Austria e Italia.

De regreso en Alemania, se encontró, sin embargo, con un panorama que no le agrada. "La situación actual de Alemania se asemeja un poco a las de un equipo que, sorpresivamente, lucha por no caer a la segunda división", indica Bierhoff, y amplía su diagnóstico: "El éxito se vuelve esquivo, todos están insatisfechos de algún modo, y nadie puede comprender cómo se llegó a ese punto. Todos saben que hay que cambiar algo, pero cada cual espera que sea otro el que haga algo".

Mentalidad ganadora

El multimillonario deportista se revela como un partidario del liberalismo económico. Afirma que las elites y las empresas deben gozar de mayores estímulos y reprocha que conceptos como "éxito" y "competencia" tengan una connotación negativa. En su opinión, deberían flexibilizarse las normas que ponen trabas a los despidos, al igual que los sueldos. El Estado debe mantenerse básicamente a raya ya que, de lo contrario, el juego económico se estanca. Eso es lo medular de sus tesis.

Bierhorff aprueba el programa de reformas del canciller Gerhard Schröder, pero en el fondo no votaría por él. "En la competencia mundial, la meta de Alemania no puede ser mantenerse en primera división. El objetivo debe ser siempre ganar el campeonato", afirma. Y continúa con su metáfora: "Frecuentemente se espera que se produzca un vuelco cambiando al entrenador. Pero yo puedo asegurarles que el éxito sólo se consigue cuando cada quien se esfuerza y todos luchan unidos".

Simple, como el fútbol

No todos quedaron encantados con tanta orientación al rendimiento. Algunos grupos de estudiantes de izquierda repartieron panfletos y lanzaron pequeñas pelotas de plástico al orador. Pero Bierhoff no se inmutó mayormente. Sólo en una ocasión perdió la paciencia y pidió que le dejaran terminar su ponencia. Lo hizo, comentando que a Alemania le fue bien por demasiado tiempo y que no se dio suficiente importancia a la responsabilidad individual.

Bierhoff concluyó que la economía internacional necesita pocas reglas, pero éstas deben ser claras y comprensibles. Así de simple. La mayoría de los universitarios están acostumbrados a análisis más complejos. Pero no importa. Al término de la conferencia, lo único que pareció interesarles a muchos fue conseguir un autógrafo.