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¿Endeudarse o ahorrar?

24 de junio de 2010

La venidera cumbre del Grupo de los Veinte tiene menos que ver con la reforma de los mercados financieros y más con la búsqueda de una fórmula que le asegure el crecimiento estable y balanceado a sus miembros.

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No puede descartarse del todo la posibilidad de un enfrentamiento entre Merkel y Obama.Imagen: AP

“Recuperación y un nuevo comienzo”: ese será el lema de la cuarta cumbre del Grupo de los Veinte (G-20) desde que estallara la crisis financiera global en 2008. Pero muy pocos confían en que del encuentro de los países con mayor grado de industrialización y las naciones emergentes que se celebrará a partir del 26 de junio en Toronto, Canadá, realmente puedan salir propuestas concretas para reformar los mercados financieros y garantizar ese “nuevo comienzo”.

De hecho, las actuales posturas de los países del G-8 sugieren que más que acuerdos, lo que abundará serán las rencillas y los enfrentamientos. De entre los ocho países con las economías más fuertes (G-8), Alemania y Estados Unidos sobresalen por la rigidez de sus posiciones: mientras la Canciller Angela Merkel buscará defender el ahorro como estrategia para hacer frente a la crisis, el presidente Barack Obama argumentará a favor de aprobar nuevos auxilios estatales.

Sin rastro de humildad

A los ojos de Josef Ackermann, el jefe del Deutsche Bank, la cumbre de Canadá debería suspenderse. Después de todo, en el ámbito banquero todo ha vuelto a la normalidad. Según Ackermann, a los bancos se les acusa de haber vuelto a las andanzas que propiciaron la crisis hace dos años, cuando, en realidad, es mucho lo que se ha hecho en los últimos meses para evitar reincidir en escenarios que pongan en peligro el sistema financiero.

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Josef Ackermann, el banquero más poderoso de Alemania, no ve necesidad de regular aún más los mercados financieros.Imagen: AP

De ahí que el banquero más poderoso de Alemania desestime la necesidad de regular aún más los mercados financieros, argumentando que los bancos necesitan espacio para respirar y cumplir con su objetivo principal: surtir de dinero a la economía. Merkel, en cambio, ve la situación desde una perspectiva diferente; la jefa de Gobierno alemana está muy insatisfecha con la manera en que se han implementado las medidas sugeridas por el G-20 para “sanear” el sistema financiero internacional.

¿Pagar deudas o endeudarse más?

“La regulación debe imponerse”, ha dicho Merkel, dejando claro que ya en la primera cumbre del G-20 después de la crisis se había decidido que ningún producto o actor financiero podría estar activo en el mercado sin ser regulado. Pero, ¿de qué sirve que Merkel hable con claridad si el foro al que se dirige no parece estar interesado en escucharla? Lo más probable es que en la cumbre de Toronto ni siquiera se llegue a discutir sobre la reforma de los mercados financieros.

Obama, por ejemplo, quiere aprovechar la cita del G-20 para promover la aprobación de nuevos auxilios financieros avalados por el Estado. Su ministro de Finanzas, Timothy Geithner, dijo hace poco en Berlín que la situación se analizará meticulosamente para hallar el balance entre la restauración del sistema financiero para que sea “estable y resistente”, y la necesidad de garantizar que ese sistema financiero le deje suficiente espacio libre a las innovaciones.

Merkel vs. Obama

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Los jefes de Estado y de Gobierno tendrán sólo 18 horas para tratar los puntos de la agenda.

No puede descartarse del todo la posibilidad de un enfrentamiento entre Merkel y Obama. Al presidente estadounidense no sólo le incomoda el llamado a ahorrar emitido por la Canciller alemana, sino también el superávit de las exportaciones germanas; ese excedente es percibido como un factor que atenta contra la recuperación general de la economía mundial. Obama está convencido de que lo que su homóloga alemana debería hacer es estimular el mercado interno, es decir, llenar los bolsillos de sus ciudadanos para fomentar el consumo.

El debate en torno a estos dos paradigmas amenaza con opacar otros tópicos que también deberían ser discutidos en Toronto: los jefes de Estado y de Gobierno tendrán sólo 18 horas para tratar los puntos de la agenda.

Autor: Henrik Böhme / Evan Romero-Castillo

Editor: Enrique López