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Cine

"Entre perro y lobo", combatientes veteranos en Cuba

Eva Usi
29 de febrero de 2020

La cineasta Irene Gutiérrez retrata a tres soldados que se entrenan en la selva para entrar en combate. Son veteranos de la guerra en Angola que están dispuestos a defender los ideales de la revolución.

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Imagen: DW/E. Usi

El film Entre perro y lobo da seguimiento con mirada contemplativa a tres hombres en uniforme que entrenan en algún lugar de la selva tropical cubana para una misión en Angola. Se trata del segundo largometraje de la cineasta española Irene Gutiérrez después de Hotel nueva isla (2014), que fue estrenado en la sección Forum de la Berlinale.

DW: ¿Qué la inspiró a hacer esta película sobre la participación de combatientes cubanos en Angola?

Irene Gutiérrez: Me inspiró que 380.000 hombres en Cuba participaron en esta misión. Fue el conflicto armado más largo de toda África y el último conflicto armado de la Guerra Fría. La participación cubana en la guerra de Angola fue muy importante, tanto que puso final a la colonización en Angola, un fin a la guerra de Namibia, y contribuyó al fin del apartheid en Sudáfrica. De hecho, lo primero que hizo Mandela cuando salió de la cárcel fue ver a Fidel Castro y darle las gracias por su intervención. Es un conflicto generacional, y estos hombres están vivos hoy. Yo quería hacer una película que los retratara en la Sierra Maestra de Cuba, que es donde se mantiene intacto el espíritu de dar la vida propia por un proyecto común.

 Fotograma de "Entre perro y lobo", con Miguel Soto, Alberto Santana y Juan Bautista López
Fotograma de "Entre perro y lobo", con Miguel Soto, Alberto Santana y Juan Bautista LópezImagen: José Alayón

¿Cómo llegó usted a este tema?

Estudié en Cuba y he vivido ocho años allí. Estudié en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, donde gran parte del personal que ahí trabaja, desde cocineros, jardineros, profesores y jefes de cátedra, estuvieron en Angola. Para mí no era nada extraño hablar con ellos y sentir que es algo que está todavía muy presente, porque es una generación viva. El hecho de irme a la sierra fue porque desde el 2003 ya conocía la Televisión Serrana y San Pablo de Yao, y siempre quise volver para hacer una película. Y ahora se dio, por lo que me puse a trabajar sobre estos veteranos, que también tienen un discurso muy especial, a diferencia del resto de los veteranos de Cuba. Todavía está intacto este espíritu, quizás porque los padres lucharon con las filas del Che en las mismas montañas, o porque sus abuelos o bisabuelos lucharon contra la colonia en la guerra de independencia. Es un relevo generacional que sigue vivo y que está presente en sus vidas.

Aunque el tema es Angola, la filmación tiene lugar en Cuba...

Son campesinos que día a día cultivan café. Utilizo el dispositivo del viaje para que desde el cansancio físico y ese trayecto común se vaya desplegando la memoria de la guerra en el cuerpo y no tanto en el testimonio. Esas consignas y esa forma de afrontar el deber propio sobre la patria soberana sigue siendo tal cual. Esos emblemas están en su vida continuamente, es algo bastante natural.

Fotograma de "Entre perro y lobo", tres hombres se ejercitan para entrar en combate
Fotograma de "Entre perro y lobo", tres hombres se ejercitan para entrar en combateImagen: José Alayón

Es una historia de tres hombres, aunque en una escena se ven a cuatro. ¿Por qué?

Todos son veteranos, y yo quería trabajar con ese triángulo, porque son amigos y compartieron la misión, y porque para mí son cuerpo, mente y corazón. Es un tándem completo en sí mismo. Pero la intervención de Pepe es porque también él es un veterano de la zona con el que nos gustaba trabajar. Por ejemplo, el pastor que predica el sermón es otro veterano, y se llama Lázaro. Es decir, la película está llena de veteranos que no son protagónicos, pero están todos ahí, porque yo quería hacer una película coral sobre eso, una intervención generacional en una guerra ajena y lejana, y cómo ésa guerra ha dejado una huella hoy. Y cómo esa guerra pertenece también a una forma de estar en el mundo que se ha perdido, que es el compromiso común más allá de los anhelos individuales de cada persona.

El espectador no sabe dónde tienen lugar esos entrenamientos que hacen los veteranos, si es en Angola o dónde es. ¿Era su intención?

Sí, era mi intención deslocalizar la película y trabajar la Sierra Maestra como una selva que es la misma en donde tuvieron que esconderse y proteger sus vidas. Para mí, el paisaje es psicológico más que físico. Es un estado mental. Fondo y figura son lo mismo, y paisaje y rostro es lo mismo. Tiene un tratamiento cinematográfico similar.

Los veteranos mantienen vivo el espíritu del combatiente y en un pasaje se escucha la voz de Fidel Castro leyendo la  carta de despedida al Che, ¿siguen vigentes los ideales de la revolución?

Quien no recuerda a Cuba sin la Revolución cubana. La Revolución cubana hace que Cuba esté en donde está hoy en día, con todas sus controversias, como puede ser cualquier otro sistema, pero Cuba sería otro país sin esa revolución y no creo que ni que sea lejano, ni que no haya merecido la pena. Cuba está en el mapa mundial por ese movimiento de autodeterminación. Y es muy importante rescatar hoy lo que queda de eso.

Fotograma de "Entre perro y lobo", los tres hombres defienden los ideales de la revolución.
Fotograma de "Entre perro y lobo", los tres hombres defienden los ideales de la revolución. Imagen: José Alayón

¿Reivindica usted la lucha armada?

A veces las revoluciones deben venir con armas. Y no estoy haciendo una apología de la violencia, pero en los años 60 la intervención cubana tuvo un gran sentido en la descolonización africana. Hizo posible la liberación de Namibia, de Angola y el fin del apartheid como sistema político. Fue Cuba quien dijo en los acuerdos de Washington que si el apartheid no se eliminaba no firmaba la paz. A veces hay que poner en esa tesitura de violencia para que un país vuelva a ser soberano y no en el caso de Angola, colonia de Portugal.

Le dedica usted la película a su padre, ¿por una razón personal?

Mi padre fue veterano en el Sahara. Fue paracaidista cuando fue a hacer el servicio militar obligatorio durante el franquismo. Tuvo una experiencia muy dura allí. Fue apresado por un error judicial y realmente siempre me transmitió el valor. Hay que estar en el mundo con esa valentía. Mi padre ha sido muy importante para mí, pero durante el rodaje de la película falleció repentinamente. Entonces estos tres hombres se convirtieron en mis padres. Y el resto del equipo de grabación se convirtió en mi familia en un momento absolutamente doloroso. Mi padre es un gran amante de Cuba y de todo lo que significa su historia.

(rr)

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