Erdogan triunfa otra vez en Turquía
12 de junio de 2011Tras el conteo de aproximadamente el 40 por ciento de los sufragios, el partido del primer ministro turco obtuvo la mayoría absoluta. El partido republicano CHP se situaría en segundo lugar, mientras que los nacionalistas MHP habrían conseguido el tercer puesto y el partido kurdo BDP el cuarto. No obstante, muchos de esos primeros resultados provienen de la Anatolia central, bastión del AKP.
En los últimos comicios, hace cuatro años, el AKP de Erdogan obtuvo un 47 por ciento de los votos. Sus rivales políticos ven con preocupación su posible aumento de poder, pues Erdogan ha declarado que si obtiene la mayoría suficiente en el Parlamento aprobaría una nueva Constitución sin recurrir al referéndum, ya que éste no sería necesario.
Éxito económico
Erdogan se presentó en la campaña como la salvación de Turquía. Arropado por un fuerte crecimiento económico, el líder del partido conservador islamista (AKP) prometió a los votantes una mayor calidad de vida y un papel más relevante para su país a nivel mundial.
En las últimas semanas, el primer ministro lanzó una batería de nuevas propuestas. Quiere construir dos nuevos barrios en Estambul y un canal entre el Mar Negro y el Mármara que aligerará el tráfico marítimo en el Bósforo. También prometió facilitar a las familias y empresarios créditos con intereses muy bajos para facilitar las inversiones y la compra de viviendas. El objetivo declarado del AKP es que hasta 2023 se triplique la capacidad económica de Turquía.
El más poderoso
Las últimas encuestas vaticinaban ya que el partido de Erdogan alcanzaría el 50 por ciento de los votos, con lo que mantendría la mayoría absoluta en el Parlamento. Ningún primer ministro turco tuvo tanto poder como Erdogan en los últimos 60 años. Ha puesto a los medios de comunicación bajo su control y la parálisis de las negociaciones de adhesión de Turquía a la Unión Europea no ha perjudicado el crecimiento económico del país.
Erdogan ya dejó claro que le gustaría reformar profundamente el sistema político turco y convertirlo en un sistema presidencial con él mismo a la cabeza. Sería entonces un poderoso gobernante elegido en las urnas, al que prácticamente ningún otro político podría oponerse durante mucho tiempo, al menos mientras continúe la bonanza económica. (ERS/dpa)
Edtora: Claudia Herrera Pahl