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Escándalo VW: urge nueva dinámica entre política e industria

Gero Rueter (JOV/EL)1 de octubre de 2015

Stefan Bratzel, profesor de economía automovilística, recomienda un cambio de pensamiento en la industria y la política y ve en el escándalo de Volkswagen una oportunidad para promover la electro-movilidad.

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Planta de VW en Salzgitter, Alemania
Planta de VW en Salzgitter, AlemaniaImagen: picture-alliance/dpa/J. Stratenschulte

Deutsche Welle: ¿Cuál es el desafío de la industria automotriz?

Stefan Bratzel: El reto es grande, pero no es nuevo. Se trata de nuevas tecnologías de propulsión para la protección del clima. Entre esas están los motores de combustión interna, también el diésel, con el fin de alcanzar los objetivos de Europa de emisiones de CO2 de 95 gramos por kilómetro en 2020/2021.



A más largo plazo, debe haber un aumento de la electrificación con el uso de baterías o pilas de combustible. La idea es apuntar a producir cero emisiones. Pero no hay claridad acerca de la velocidad y los períodos.

Los fabricantes alemanes le apostaron al diésel. ¿Fue una estrategia equivocada?

Los fabricantes alemanes son especialistas en motores, especialmente en diésel. Y aunque han logrado su optimización, comenzaron muy tarde a implementar la electrificación y la hibridación. Hay otros fabricantes más adelantados. A la larga, este tipo de motores no es una estrategia sensata. La crisis puede ser una ocasión para una mayor electrificación.

Para los coches eléctricos se necesitan baterías. ¿No está dicha tecnología a punto de desaparecer en Alemania?

En efecto, la industria automovilística alemana, despreció la tecnología de las baterías, por lo que fue vendida a Corea y Japón. Va a costar mucho volver a traer esta tecnología a Alemania.

¿Son los controles a la industria automotriz demasiado laxos?

En Alemania este sector ha sido tratado con demasiada condescendencia. Varios grupos de científicos ambientalistas venían advirtiendo, desde hace varios años, que los valores de las pruebas de emisiones diferían significativamente de los reales. Acusaciones que, sencillamente, se encontraron con oídos sordos. Lo que pudo ser interpretado por los gerentes de la industria automotriz como una licencia para manipular.

¿No serían útiles una legislación más estricta y controles más severos?

Ambas cosas son necesarias. Debe haber una cooperación entre industria y gobierno para crear las condiciones adecuadas. Lo que no debe degenerar en controles sin seriedad. Hay objetivos sociales por cumplir, como la protección del medio ambiente, el control de la contaminación del aire y la seguridad. Su cumplimiento es solo posible con leyes más duras y mecanismos de control.

¿Qué se puede hacer ahora?

Se debe hacer un esfuerzo en la industria y la política. El escándalo podría contribuir a que la industria promueva la electro-movilidad y apueste menos por el motor de combustión interna. Los últimos acontecimientos deben conducir a un cambio cultural.

Stefan Bratzel, nacido en 1967, es profesor de economía automovilística en la Escuela Superior de Economía (FHDW) de Bergisch Gladbach y director de su Centro de Automoción.