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España debate sobre el futuro de Cataluña

Stephanie Höppner (VC)8 de abril de 2014

El gobierno de la comunidad autónoma de Cataluña quiere celebrar un referendo sobre su independencia. Madrid, sin embargo, intenta impedirlo. El camino hacia una posible consulta popular probablemente será largo.

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Imagen: AP

Este martes (8.04.2014), el Parlamento español debate sobre el futuro de Cataluña. El gobierno catalán pretende obtener una autorización formal para llevar a cabo un referendo sobre la independencia de la comunidad autónoma de España. Sin embargo, es casi seguro que los dos mayores partidos, el gobernante Partido Popular (PP) y la oposición socialista PSOE, rechazarán el pedido.

En este caso, el presidente de la comunidad autónoma catalana, Artur Mas, ha amenazado con convocar a elecciones anticipadas que podrían llevar a una “declaración independentista unilateral”. Kai-Olaf Lang, de la Fundación Ciencia y Política (SWP, por sus siglas en alemán), con sede en Berlín, no cree que este sea un escenario realista: “Si se rechaza el pedido, lo más probable es que Barcelona busque una alternativa para hacer escuchar la voz de los ciudadanos catalanes”, dice en entrevista con DW.

El experto cree que el Parlamento catalán promulgará una ley sobre una consulta popular que prácticamente tendría el mismo efecto que un referendo. No obstante, la posibilidad de que esta consulta sea rechazada por inconstitucionalidad es muy alta: según la Constitución española, los referendos solo pueden ser convocados por el gobierno central en Madrid. De ser rechazado el referendo, podría haber nuevas elecciones, señala Lang. Sin embargo, el experto no cree que estas vayan a tener lugar todavía en 2014. Un compromiso por parte de Madrid -por ejemplo, sobre una compensación financiera- podría relajar la situación. “La pregunta es cuándo será demasiado tarde para negociar estas cosas”.

Cadena humana en apoyo a un referendo.
Cadena humana en apoyo a un referendo.Imagen: Raymond Roig/AFP/Getty Images

Más de la mitad se siente catalana

En 2012, bajo el lema “Cataluña, un nuevo Estado en Europa”, más de un millón de ciudadanos salieron a las calles. El año pasado, centenares de miles de personas formaron una cadena humana de 400 kilómetros en apoyo a la independencia de la comunidad autónoma. En la reciente campaña electoral regional, una amplia mayoría de los diputados de todos los partidos siguió este ejemplo, apoyando un referendo.

Según el Instituto de Demoscopia catalán Centre d'Estudies d'Opinió, el 49 por ciento de los catalanes se declaró a favor de la independencia de la comunidad autónoma. Más de la mitad dice sentirse catalana, solo un 38 por ciento dice sentirse catalana y española. “Lo interesante es que incluso muchos migrantes de la segunda generación se identifican como catalanes”, dice Jörg Mose, de la Universidad de Münster.

La mayoría de los catalanes está a favor de la independencia.
La mayoría de los catalanes está a favor de la independencia.Imagen: picture alliance / AP Photo

El orgullo de los catalanes tiene que ver mucho con el reciente desarrollo de la comunidad autónoma. En la década de los 70 del siglo pasado, Cataluña atrajo a muchos españoles con empleos y mejores salarios al próspero norte del país. Aún hoy en día, la economía catalana sigue siendo exitosa por encima del promedio nacional: aunque solo un 16 por ciento de la población española vive en la comunidad autónoma, esta aporta cerca de una quinta parte del Producto Interno Bruto y realiza una cuarta parte de todas las exportaciones.

No obstante, debido al sistema financiero español, Cataluña registra una pérdida neta anual de entre un siete y un nueve por ciento. Estos recursos son destinados tanto a regiones más pobres como a otras regiones más ricas de España. Desde hace tiempo, muchos catalanes critican los altos pagos. Sin embargo, Jörg Mose no cree que el deseo de independencia de la comunidad autónoma se deba solo a razones financieras: “Para muchos la identidad regional es muy importante, independientemente del dinero”.