Espiritualidad europea (1)
9 de marzo de 2012
El recorrido que Deutsche Welle realiza por las “Músicas de guerra y paz” nos conduce en esta ocasión a mecernos en las remansadas aguas de la espiritualidad, el consuelo del hombre en tiempos convulsos. Precisamente, consuelo y esperanza supuso para los habitantes de Núremberg la Semana Internacional de Órgano, evento que cumplió 60 años de trayectoria en 2011.
Tras la Segunda Guerra Mundial, la ciudad quedó destrozada, pero el órgano de la Iglesia de San Lorenzo estaba en buenas condiciones. Alrededor de este instrumento comenzó la Semana Internacional de Órgano de Núremberg, que hoy goza de gran prestigio. En el marco de este evento anual tuvo lugar un concierto interpretado por Martin Haselböck a la batuta, el conjunto Wiener Akademie y el Coro Sine Nomine. Sonaron en él obras muy hermosas, pero poco frecuentadas, de Franz Liszt.
Liszt, madura espiritualidad
El compositor húngaro siguió la senda de la espiritualidad en los últimos años de su vida, en los que se volvió más introspectivo que nunca. Al género religioso pertenece una conmovedora e inusual pieza, En los ríos de Babilonia, escrita para el Salmo 137. Está escrita para voz y coro femenino, con acompañamiento de violín, arpa, piano y órgano.
La Sinfonía Dante, en cambio, es una de sus obras más conocidas. Estructurada en tres movimientos, la obra sigue el arco narrativo de la Divina Comedia de Dante, comenzando por las llamas del “Infierno”, pasando por la incertidumbre del “Purgatorio”, para terminar con la llegada al “Paraíso. El director Martin Haselböck opina que lo realmente sobresaliente de esta obra es el sonido que Liszt logró con los instrumentos que disponía en el momento, una razón más para interpretarla con los instrumentos que se utilizaban en las décadas de 1850 y 1860.
"Cuando oímos la obra en una buena sala con el tamaño adecuado de orquesta, percibimos las sonoridades mágicas que buscaba al componerla, su interés en destacar las novedades que había incluido en su obra. Entonces nos damos cuenta de que fue un compositor que se acerca mucho a las sonoridades del siglo XX“, explica Haselböck.
Un compositor moderno
El prolífico Franz Liszt, padre del poema sinfónico y de la música “programática”, es decir, de crear piezas a partir de una historia o motivo extramusical, también se dejó inspirar por la pintura. Un ejemplo es la Evocación de la Capilla Sistina. Como su propio título indica, se trata de una pieza inspirada tras una visita a la célebre capilla vaticana. Para Martin Haselböck, encarna la moderna sensibilidad de Liszt.
“Hay varias características modernas en la música de Liszt. En primer lugar, en lo referente a su relación con otras formas de arte, como pintura o literatura, explica Haselböck. En segundo lugar, en cuanto la multiplicidad del objeto artístico. Una pieza musical se puede escribir para piano o para orquesta. Liszt transcribía para teclado obras orquestales y viceversa. Siempre cambiaba la música original, le gustaba transcribir una y otra vez. Por ejemplo, la Evocación existe en versión para órgano, para piano y para orquesta".
Autora: María Santacecilia
Editor: Enrique López
Franz Liszt (1811–1886)
En las aguas de Babilonia, para solista y coro femenino, con acompañamiento de violín, arpa, piano y órgano.
Sharon Carty, mezzo soprano
Coro sine nomine
Miembros de la Wiener Akademie
Martin Haselböck (director)
Franz Liszt
Sinfonía Dante. Movimiento 2, Purgatorio. Movimiento 3, Magnificat
Coro Sine Nomine. Wiener Akademie
Martin Haselböck (director)
Franz Liszt
Evocación de la Capilla Sistina
Wiener Akademie. Martin Haselböck (director)
Grabación de la Radio de Baviera, el 20 de mayo de 2011 en la Iglesia de San Lorenzo, en Núremberg
Derechos de emisión: una emisión hasta el 12 de octubre de 2012