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Contra la investigación armamentista

14 de marzo de 2012

Cada vez más estudiantes en Alemania quieren llevar a la práctica el lema del movimiento pacifista: “conseguir la paz sin recurrir a las armas”.

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Imagen: picture alliance / dpa

En 1986, la Universidad de Bremen se convirtió en la primera alma máter de Alemania en firmar una “cláusula civil“ que la comprometía a investigar exclusivamente con fines pacíficos. Esta forma de compromiso voluntario fue fomentada por el movimiento pacifista local. Sólo en las universidades japonesas se suscriben cláusulas civiles como esa. Katharina Sass, miembro del círculo de trabajo Zivilklausel, de la Universidad de Colonia, explicó a Deutsche Welle por qué en las casas de estudio superior del país se está exigiendo abandonar la investigación armamentista.

Deutsche Welle: en las universidades alemanas se han firmado cláusulas civiles desde hace mucho tiempo. ¿A qué se debe que este tema vuelva a cobrar fuerza?

Flash-Galerie Demo gegen die Afghanistan-Konferenz Petersberg 2 in Bonn am 03.12.2011
Katharina Sass, miembro del círculo de trabajo Zivilklausel, de la Universidad de Colonia.Imagen: DW/Miriam Klaussner

Katharina Sass: Ese tipo de cláusulas existe desde la década de los cincuenta del siglo XX en centros dedicados a la investigación de la energía nuclear, como el de Karlsruhe, por ejemplo. En los años ochenta, más y más instituciones apoyaron iniciativas similares, inspiradas por el movimiento pacifista. Y, en los noventa, otras se unieron a esa causa, convencidas de que, finalmente, la paz había ofrecido dividendos; después de todo, la Guerra Fría había terminado. No obstante, una tendencia comenzó a hacerse evidente en las universidades, un movimiento muy fuerte que buscaba involucrar a los centros de estudio superior en la investigación armamentista. Eso hizo que, hace ya dos años, se organizara una nueva iniciativa estudiantil a favor de las cláusulas civiles en el ámbito universitario.

¿Se puede determinar siempre qué investigaciones y desarrollos tecnológicos se utilizarán con fines pacíficos o militares?

Siempre existe la posibilidad de que el resultado de una investigación sea usado con fines militares, aún cuando el objetivo de la misma no sea bélico. Precisamente, ese es el punto: cuando un proceso investigativo es descrito empleando el término ‘dual use’, uso doble, está claro desde un principio que al mismo se le dará un uso militar en algún momento. Y nosotros no queremos que semejantes intereses figuren en primer plano cuando se definen las metas de un proyecto investigativo. Nosotros queremos que la investigación se mantenga al margen de esas segundas intenciones.

¿Qué usos militares se le pueden dar a un proyecto de investigación?

El que a un proyecto investigativo se le dé un uso militar puede ocurrir en todas las facultades. No obstante, cuando del desarrollo de armas se trata, los casos emblemáticos se presentan en el campo de la ingeniería y las ciencias naturales. También en el ámbito de las ciencias sociales se pueden concebir estrategias para la guerra. En realidad, todo depende de la perspectiva desde donde se contemplen los proyectos, de dónde venga el financiamiento de la investigación y de quiénes sean los beneficiarios de sus frutos.

Ahora que hablamos de dinero: ese es un problema serio para las universidades en tiempos de crisis económica. Muchos proyectos son financiados por terceros…

El que los recursos para la investigación sean aportados por terceros es un gran problema y la situación empeora cada vez más. Cuando hablamos de terceros nos referimos también a instituciones como el Ministerio alemán de Defensa y la industria armamentista. Por desgracia, las universidades alemanas fueron reestructuradas para estimular la competición entre ellas, para atizar rivalidades por los recursos. De ahí que la ciencia libre ya no sea tan fácil de practicar; para poder hacerlo, los investigadores tendrían que financiarla de sus bolsillos.

Hauptgebäude der Universität in Köln
En la imagen, el edificio central de la Universidad de Colonia.Imagen: picture-alliance /dpa

¿Es la “cláusula civil” un fenómeno estrictamente alemán?

Yo empezaría diciendo que, por su pasado –el nacionalsocialismo, las guerras mundiales–, Alemania tiene una responsabilidad histórica muy grande. De ahí que, cuando se redactó la Constitución alemana, se haya dejado claro que la ciencia debe ser libre. Pero, adicionalmente, los alemanes colaboran con académicos y profesionales de otros países. Personalidades como el lingüista y filósofo Noam Chosmky, y un alcalde de Hiroshima, por ejemplo, suscribieron cartas abiertas que instaban a las universidades de todo el mundo a comprometerse con la paz y a firmar cláusulas civiles. En Estados Unidos, la investigación de los científicos naturales y los ingenieros depende demasiado del financiamiento del Pentágono.

Usted lucha desde hace dos años en la Universidad de Colonia para que se firme una cláusula civil en esa alma máter. ¿Qué tan cerca está de alcanzar su meta?

En Colonia tuvimos una votación hace un año y medio, en la que dos tercios del estudiantado se pronunció a favor de la cláusula civil. En este momento realizamos una campaña de recolección de firmas entre los empleados de la universidad; hasta ahora hemos recogido más de cien. Esto nos ha traído problemas con la directiva de la institución, pero nosotros vamos a seguir adelante. A principios de mayo organizaremos en todo el país actividades diversas en el marco de la Semana de la Cláusula Civil, auspiciada por la iniciativa Universidades para la Paz – No, a la investigación armamentista – Sí, a la cláusula civil.

El ministro alemán de Defensa, Thomas de Maizière, dijo que no veía ningún aporte intelectual de las universidades nacionales a la cuestión de la guerra y la paz. Su afirmación atizó un debate en torno a la política de seguridad como objeto de estudio científico. ¿Qué opinión tiene usted de esta discusión?

Por un lado sentimos apoyo y por el otro, rechazo, porque el debate ha llamado la atención de la opinión pública hacia el tema y el enfrentamiento se acentúa. El ministro de Maizière exige que las universidades conduzcan investigación armamentista y desarrollen estrategias para apoyar las guerras actuales y defender los intereses alemanes. Él está a favor de aquello que nosotros rechazamos: la influencia de la política y la industria en las universidades. En Colonia, por ejemplo, hay un contrato entre la empresa Bayer y la universidad. Eso es algo que no vemos con buenos ojos. Nosotros aspiramos a que más personas se unan a nuestro movimiento.

Autores: Svenja Üing / Evan Romero-Castillo
Editora: Claudia Herrera Pahl