EU: Constitución pragmática
23 de julio de 2003La Unión Europea (UE) no peca de modesta y se propone afinar los detalles para su Constitución en poco más de seis meses. En octubre comienzan las deliberaciones entre los jefes de gobierno y los cancilleres. Los 15 miembros de la UE quieren tener la Constitución lista para mayo del 2004, cuando se materialice la ampliación de la Unión con 10 nuevos miembros, de modo que los 25 Estados puedan integrarse lo más rápido posible.
"Un buen compromiso"
El Ministro de Asuntos Exteriores alemán, Joschka Fischer, admite que "un acuerdo en que todos tuvieron que transigir no es algo que haga a todos felices, pero es algo con lo cual todos pueden vivir". Así resume el borrador de la Constitución acordado por los 28 países que participaron en su elaboración, que iniciaron el 28 de febrero del 2002.
Aunque no habría que asustarse de las dimensiones que sugiere para la vida comunitaria. "El resultado no será ni un super Estado europeo, ni degenerará hacia una zona de libre comercio. Se trata de un compromiso sensato y pragmático que fue necesario para resolver una serie de problemas", explica el parlamentario alemán Peter Altmaier, representante de la oposición conservadora en la Convención Europea, para quien la Constitución demuestra que la UE es en primer lugar una comunidad de valores.
No se contempla referéndum
Evidentemente uno de los problemas radica en la operabilidad de una UE con 25 integrantes. Una de las innovaciones contempladas en la Constitución será por lo tanto la eliminación de la rotación de la presidencia, que cada semestre pasa a otro miembro de la UE por orden alfabético.
Asimismo, los Parlamentos nacionales podrán revisar todas las propuestas de ley que haga la Comisión europea desde Bruselas. Como aclara Jürgen Meyer, representante del gobernante Partido Socialdemócrata en la Convención, "antes se podían ignorar las dudas de los Parlamentos nacionales, en cambio de ahora en adelante podrán hacer uso de su derecho de objeción".
Las autoridades políticas enfatizan que ahora se trata de debatir la propuesta de la Constitución "en su conjunto", y no de repetir la división en sus componentes, fase para la cual se estableció precisamente la Convención Europea que presentó el borrador. En ese caso, sería "muy difícil recuperar el acuerdo alcanzado", advierte el Ministro Fischer.
Por ello el Gobierno alemán tampoco contempla someter la Constitución Europea a una consulta popular. Simplemente no se considera necesario, ya que la decisión fundamental sobre la integración europea ya fue tomada hace medio siglo, cuando comenzó este proceso.