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Europa: el nacionalismo que viene del Este

Volker Wagener
8 de enero de 2018

Polonia y Hungría, admitidos en la familia europea hace solo 13 años, han asumido una postura nacionalista. Un fenómeno que lleva creciendo varios años, en donde los valores del Este europeo riñen con los de Occidente.

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El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, y el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, en Budapest.
El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, y el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, en Budapest.Imagen: Reuters/B. Szabo

La Unión Europea era la tierra soñada del antiguo Bloque del Este, hace solo 25 años. Ahora, la Unión Europea tiene enormes problemas con sus miembros más jóvenes y viceversa. Polonia y Hungría solo quieren el dinero de Bruselas, no su política centralista.

En el multiculturalismo en Europa occidental ven una amenaza. En cambio, en Varsovia y Budapest se definen nuevos viejos valores como patria, fe cristiana, familia. Estos también válidos en la República Checa y Eslovaquia. En el Este de Europa se está cociendo un movimiento contra las sociedades abiertas de Europa occidental.

Una idea que busca darle prioridad a la nación en un mundo que creen globalizado sin límites. Así, Viktor Orban y su partido Fidesz en Hungría redefinen la nación. Es un intento de hacer que su mundo vuelva a ser más fácil. El mismo curso es seguido por Jaroslaw Kaczynski, primer ministro de Polonia y presidente del partido PiS.

Ambos gobiernan de manera autocrática. Orban ha bautizado su "nueva" Hungría un "Estado iliberal", Kaczynski llama a su reestructuración gubernamental "Dobra Zmiana", "un buen cambio."

Después del socialismo, el neoliberalismo

El resultado es un brusco giro a la derecha en el Este de la UE. Un cambio que no tiene que ver con necesidades económicas no satisfechas, como lo demuestra el caso de la República Checa, que registra un crecimiento económico de casi el 5% y una espectacular baja tasa de desempleo del 3%, la más baja de la UE. Aún así, su primer ministro, Andrej Babis, lleva su país a la derecha nacionalista.

El renacimiento del nacionalismo es similar en Polonia. En 1990, el polaco promedio producía solo una doceava parte del alemán promedio, en 2016 ya era un tercio. Sin embargo, aumenta el nacionalismo. El The New York Times está convencido: "El populismo reside en Europa del Este".

"Esto tiene mucho que ver con el hecho de que después de 1990 los Estados en transformación del Este pasaron, directa y bruscamente, del comunismo al neoliberalismo, sin haber transcurrido una época de logros socialdemócratas", argumenta Piotr Buras. Sin un estado de bienestar y con sindicatos débiles.

El capitalismo llegó sin ser amortiguado. Esto ha dejado cicatrices, como un complejo de inferioridad que persiste hasta nuestros días. En Polonia, dice el escritor Ziemowit Szczerek, "los polacos todavía se ven a sí mismos como el Europa occidental los considera: un poco pobres, un poco atrasados y menos eficientes".

El sociólogo alemán Ralf Dahrendorf cree que para construir una sociedad democrática se necesitan 60 años. Irónicamente, los parangones entre los nuevos miembros de la UE, Polonia y Hungría parecen confirmar que el camino hacia la armonización en Europa es aún una larga historia.

Volker Wagener (jov/vt)

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