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Europa en suspenso por Sharon

Emilia Rojas Sasse5 de enero de 2006

Sharon nunca logró zafarse de su imagen de halcón ni de la sombra de la masacre de Sabra y Shatila. No obstante, la retirada de la franja de Gaza lo hizo ganar puntos en Europa, que lo considera difícil de reemplazar.

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Ariel Sharon, un interlocutor complicado pero difícil de reemplazar.Imagen: AP

Las expresiones de preocupación y pesar que se han formulado en diversas capitales europeas al conocerse la extrema gravedad en que se encuentra el primer ministro israelí tras haber sufrido un segundo derrame cerebral, no son sólo gestos diplomáticos de rigor en estos casos. La inquietud que provoca la situación de Ariel Sharon es muy real y concreta. Con él alejado de las labores de gobierno, se abre paso a una etapa de incertidumbres en el Medio Oriente, tanto más peligrosa en momentos en que en el bando palestino se libra una lucha de poder crucial de cara a las elecciones.

Relaciones complicadas

Sharon nunca fue un interlocutor fácil para los europeos. Los esfuerzos de mediación de la Unión Europea en el conflicto israelí-palestino se toparon con grandes dificultades, que la estrategia de mano dura de Israel no contribuyó precisamente a superar. La política de los asesinatos selectivos, con que el gobierno de Sharon intentó infructuosamente diezmar al extremismo palestino y la decisión de erigir un "muro defensivo" de kilómetros para contener posbles ataques, fueron blanco de severas críticas en su momento en Bruselas.

Israel Porträt Ariel Scharon - Scharon und George Bush
Sharon con Bush, en Texas, en abril pasada.Imagen: AP

Los puntos de fricción no escasearon, en particular con París, donde Sharon llegó a ser declarado persona non grata a mediados del 2004, después de que éste acusara a Francia de antisemitismo, aconsejando a los judíos emigrar del país. Para el jefe de gobierno israelí, Europa permaneció siempre bajo la sospecha de tener favoritismo por los palestinos y por el ya fallecido Yaser Arafat. En consecuencia, optó por volcarse hacia su aliado más estrecho, Estados Unidos, haciendo en buena medida caso omiso del viejo mundo, pese a las estrechas relaciones que Israel mantiene con la UE.

El pragmatismo se impuso

Ariel Scharon in Frankreich Jacques Chirac
Ariel Sharon de visita en París, en julio del 2005.Imagen: AP

No obstante, con el paso del tiempo, el diálogo europeo-israelí se volvió más fluido. La reconciliación con París se selló mediante una visita del premier israelí a la capital gala un año más tarde y, con la muerte de Arafat, desapareció también otro importante foco de discordia. Los europeos tuvieron que aceptar las opciones que Sharon presentaba y terminaron por desechar los resquemores que provocó en un principio el plan de la evacuación de la franja de Gaza. Lo que en un comienzo se vio como una estrategia para cimentar la ocupación israelí de la Cisjordania y frenar el plan de paz conocido como "hoja de ruta", finalmente fue aceptado y aplaudido como un paso crucial hacia la pacificación.

Ahora que peligra la vida del primer ministro, en Europa cunde pues la inquietud ante la ausencia de una figura que esté en condiciones de proseguir su pragmática estrategia. Y ni hablar de alguien que plantee nuevas propuestas positivas. Benjamín Netanyahu, quien quedó al frente del Likud tras la escisión de los seguidores de Sharon, no compartió su camino en el último tramo, ni parece dar la talla para enfrentar la situación. Y tampoco en el campo del laborismo se perfila un dirigente que pueda volver a impulsar el proceso de paz que permanece empantanado.