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Europa espera la decisión de Bush

Gabriel González2 de diciembre de 2003

El presidente de EEUU, George W. Bush, podría levantar esta semana la mayoría de los aranceles que impuso a las importaciones de acero en marzo de 2002. La decisión será el resultado de un delicado cálculo político.

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Acero 'made en Germany'.Imagen: AP

A punto de anunciar el levantamiento de los aranceles a la importación de acero, Bush viajó este martes al corazón metalúrgico de Pensilvania donde la oposición a esta medida es más que palpable. Bush se encuentra en ese estado para recaudar fondos para su campaña. La eliminación de las tasas previsiblemente provocaría la ira de los productores de acero en Ohio, Pensilvania y Virginia Occidental, y perjudicaría políticamente al presidente en estos estados, donde no hay una mayoría clara de ninguno de los dos partidos.

Bush se encuentra en estos días en una postura muy incomoda. La imposición de las tarifas estadounidenses a las importaciones de acero por un período de tres años, declaradas ilegales por la Organización Mundial del Comercio (OMC), ha desatado una guerra comercial y amenazas de represalias contra Estados Unidos por parte de la Unión Europea, China, Japón y muchos países más.

Proteccionismo peligroso

Existen buenas razones para que Bush ceda en esta guerra comercial sin precedentes. Los Estados Unidos no se hacen amigos levantando aranceles y proclamando al mismo tiempo el libre comercio. Analistas económicos como Daniel Grisworld, del Instituto Cato en Washington, observa una tendencia proteccionista en EEUU como consecuencia lógica de las guerras comerciales. “Las medidas de proteccionismo del gobierno en Washington provocaran demandas de otras industrias nacionales”, opina Grisworld.

Alan Greenspan, poderoso jefe de la Reserva Federal advirtió del peligro que entraña el “proteccionismo creciente” de EEUU y criticó duramente los aranceles impuestos recientemente. Greenspan afirmó que el proteccionismo “debe ser aplastado y revertido”.

De todos modos, al presidente estadounidense ya no le queda mucho tiempo. El plazo dado por la OMC a EEUU para levantar los aranceles sobre acero vence el 10 de diciembre. A pesar de que Bush consiga en su campaña electoral ganar algunos puntos con medidas proteccionistas, las consecuencias de una guerra comercial con medio mundo serian mucho más peligrosas.

Guerra inútil

Barreras comerciales provocan medidas en contra. Las represalias planeadas por la Unión Europea para el caso de que Washington no ceda, están diseñadas para infringir el máximo dolor político a Bush. En la lista de productos que estarían sujetos a tasas aduaneras adicionales de hasta el 30 por ciento para entrar en Europa están cítricos y verduras cultivados en Florida, tejidos producidos en Carolina del Norte y del Sur y cigarrillos con tabaco de estos dos estados y de Virginia. Se trata de estados de suma importancia para la reelección de Bush. China también anunció levantar aranceles sobre productos estadounidenses.

A sólo once meses de las elecciones presidenciales, la Casa Blanca difícilmente podrá permitirse el lujo de soportar esta amenaza. Existe otro factor que podría facilitar a Bush la decisión casi inevitable. El potente sindicato siderúrgico decidió recientemente apoyar al candidato presidencial de los demócratas, Dick Gebhardt.