Europa, ¿hacia un reconocimiento de Palestina?
10 de febrero de 2011Cuando habla, Salah Abdel Shafi, jefe de la delegación palestina en Alemania desde 2010, evita las florituras. “No nos hacemos ilusiones”, dice, “el que se reconozca nuestro Estado no va a cambiar fundamentalmente las cosas”. Incluso si la Unión Europea llegase a darle el sí oficial al país, los problemas que afectan a este territorio dividido, ocupado y empobrecido continuarían.
Aún así, los palestinos toman buena nota de los movimientos comunitarios. “La única certeza que tenemos hasta ahora es que los socios de la Unión Europea han declarado que reconocerán a Palestina cuando lo consideren oportuno. Por nuestra parte, nosotros creemos que eso podría suceder en un futuro no muy lejano”.
“Yo no creo que Europa vaya a reconocer próximamente el Estado palestino porque dudo que quiera alejarse de la línea que defiende Estados Unidos. Washington no va a dar el paso, y me parece poco probable que Bruselas tome la iniciativa”, opina por el contrario Avi Primor, ex embajador de Israel ante la UE y actual presidente del Consejo Israelí de Relaciones Internacionales.
Las palabras y su importancia
El año pasado ante la Asamblea General de Naciones Unidas, Barack Obama aseguró que en la próxima reunión del gremio un nuevo miembro se sentaría entre los presentes: el Estado de Palestina. “Las palabras del presidente estadounidense nos las tomamos muy en serio”, indica Abdel Shafi.
El escepticismo de Primor lo comprende, la importante presión que el lobby judío ejerce sobre la política norteamericana la tiene en cuenta, pero el representante palestino no comparte la conclusión a la que llega su colega: “si cada vez más países nos reconocen, al final Estados Unidos se verá obligado a aceptar que ni siquiera una gran potencia puede permitirse ir sola contra el resto del mundo”.
Y el resto del mundo ha empezado ya a pronunciarse. En América del Sur, Brasil, Chile y Argentina reconocen las fronteras de Palestina tal y como quedaron establecidas en 1967, tras la Guerra de los Seis Días. Irlanda, Francia, Portugal, España y Noruega han dejado de llamar “delegados” o “representantes” a los máximos diplomáticos de esta región desplegados en su territorio, para concederles el título de “embajadores”.
“Todo eso no es más que un juego de palabras”, minimiza Primor, “lo que realmente importa es la definición de los límites territoriales”.
No perjudicar a Israel
En esta batalla, lingüística o no, un país juega un papel relevante aunque no siempre lo parezca: Alemania. “Alemania no va a apoyar ninguna iniciativa europea que ponga en peligro la relación especial que mantiene con Israel. Todo lo contrario, si llegara a reconocer el Estado palestino, sería sólo bajo la condición de que la seguridad del israelí estuviera garantizada”, comenta Abdel Shafi.
“Alemania es muy cuidadosa cuando se trata de Israel”, reconoce Primor, “es consciente de que tiene una responsabilidad histórica. Y, a pesar del apoyo a los palestinos y del hecho de que durante su último viaje a Tel Aviv la canciller alemana, Angela Merkel, pidiera por primera vez públicamente al Gobierno israelí que negocie con los palestinos, no creo que Alemania vaya a tomar decisiones unilaterales, sin consultar primero a Israel, ni a hacer nada que de alguna manera pudiera perjudicarnos”.
Autor: Michael Knigge/ Nádia Pontes/ Luna Bolívar
Editora: Emilia Rojas Sasse