UE-América Latina, en busca de la cohesión social

Unos 25.000 niños y personas mayores han recibido los cuidados del “Programa Cuido” en Costa Rica desde el 2011. Que haya instituciones que se ocupen de niños y mayores han liberado la fuerza laboral de mujeres, que han ingresado al mercado laboral.

Esta iniciativa, que nació como programa de cooperación europeo, se ha convertido en ley ahora en el país centroamericano. Así lo informaba en Bruselas el ministro costarricense de Planificación, Roberto Gallardo, en el marco del encuentro del consorcio Eurosocial.

Resultados concretos

Éste reúne a autoridades de 18 países e instituciones europeas y latinoamericanas con el fin de apoyar la cohesión social en América Latina. Los 70 millones de euros invertidos entre 2004 y 2014 han dado resultados muy tangibles. “No se trata tanto la cantidad de los recursos, como de la oportunidad que esos recursos sirvan de catalizador”, explicaba a DW el ministro Gallardo.

En total un presupuesto de 2.500 millones de euros para el período 2014-2020 anuncia Europaid, la agencia europea de cooperación al desarrollo. No obstante, en un momento en que la relación entre ambos continentes está marcada por el auge económico de uno y las turbulencias económicas del otro, pocos son los países de América Latina que seguirán en los programas bilaterales (Bolivia, El Salvador, Guatemala, Honduras, Paraguay y Nicaragua).

Con los países con los que se ha interrumpido la cooperación bilateral, la UE tendrá libertad para entablar relaciones más estratégicas, con las que buscar soluciones a cuestiones de interés común, informa Europaid.

Los proyectos regionales cuentan con un instrumento de energía renovable para comunidades rurales (Eurosolar) y un programa de inversión en infraestructura del sector público. También Eurosocial, que se presenta como un mecanismo valioso para conectar los países de renta media latinoamericanos con sus socios europeos.

El grillete de la renta media

No obstante, “la clasificación de renta media se ha convertido en un grillete para nuestros países”, dice el ministro Gallardo. “La clasificación que otorga acceso a diferentes líneas de cooperación es terriblemente injusta para un país como Costa Rica, que ha hecho un esfuerzo enorme en términos de inversión durante los últimos sesenta años y ha logrado tener indicadores sociales de primer mundo, en mortalidad infantil por ejemplo”.

Sin embargo, y a pesar de que el país centroamericano ha hecho muy bien sus tareas en cuanto a protección medioambiental y más del 40 por ciento de su territorio está protegido, “nuestro tránsito al desarrollo se ve frenado por eventos naturales, por el impacto que tiene el cambio climático en los eventos hidrometeorológicos. Afortunadamente podemos rascar la olla y sacamos recursos para recuperarnos, pero son recursos que no podemos utilizar para ampliar servicios de salud, ni educativos, ni infraestructura”, afirma Gallardo, subrayando que los países latinoamericanos no son los causantes del cambio climático, pero que tienen que pagar las consecuencias.

Promedios invisibilizadores

“Para Europa, sobrepasar esta crisis ha sido muy duro y al sur le ha tocado seguir moviendo el tren de la economía mundial junto con China. Pero siguen existiendo grandes inequidades; la trampa de los promedios puede ser muy invisibilizadora de las realidades de nuestros países”, dice Gallardo. En su país, el 24 por ciento de la población vive en la pobreza.

“Necesitamos formas adicionales para replantear los términos de la relación entre Europa y América Latina en el reconomiento de complejidad de América Latina y la coyuntura europea”, dice el ministro costarricense.

La mejor forma de cooperar con Costa Rica y los otros países latinoamericanos “sería toda la libertad para competir. Nada ayudaría más al desarrollo que el acceso a mercados donde no hubiese subsidios, ni precios garantizados con protección arancelaria. Que no se nos deje afuera cuando en realidad se pregona lo contrario”, concluye el ministro Gallardo.

No obstante, al sacar balance de la cooperación europea, no deja de subrayar lo positivo de la experiencia con el programa Eurosocial, en cuyo marco cientos de jóvenes sin educación ni trabajo han logrado insertarse en el mercado laboral. “Es un programa que nos ha beneficiado muchísimo y querríamos seguir contando con esa cooperación en el futuro”, concluyó.