Europa y la pesca clandestina
21 de septiembre de 2007Los pescadores de la Unión Europea no pueden pescar más atún en el Atlántico europeo y el Mediterráneo. La Comisión Europea impuso una prohibición para la pesca del atún rojo. La medida, que parecería un avance para la protección de las reservas de atún llega con retraso, critican miembros de organizaciones ecologistas.
Según la prohibición de la UE, en el Atlántico europeo y en el Mediterráneo se sobrepesca desde hace muchos años de forma ilegal. Joe Borg, comisario europeo de Pesca subraya que a la sobrepesca de una especie al borde de la extinción se suma el problema del reparto justo de cuotas entre los países miembros de la UE.
Este año la UE copó totalmente su cuota de pesca de 17.000 toneladas de atún rojo. Puesto que Italia y Francia suspendieron la pesca de atún en el mes de julio y agosto, respectivamente, la nueva prohibición afecta a Chipre, Grecia, Malta, Portugal y España. Aquellos miembros que no han alcanzado el volumen que les corresponde recibirán una compensación.
Un plato de sushi
El atún rojo goza de gran demanda, especialmente por parte de Japón, en donde en calidad de sushi son un manjar muy apreciado. Dependiendo del tamaño del ejemplar se pagan en el mercado mundial hasta varios miles de dólares por un atún rojo. "Esto representa un verdadero estímulo para muchos países a no respetar las cuotas“, sostiene Karoline Schacht de la organización ecologista WWF. Puesto que las existencias se reducen la Comisión Internacional para la Conservación de los Atunes del Atlántico (ICCAT) recomendó en el 2006 reducir a la mitad los niveles de pesca.
"Sin embargo la cuota se mantuvo sin cambio, el poderoso lobby pesquero volvió a imponerse”, dijo Stefanie Werner de Greenpeace. Especialmente los países del Mediterráneo exceden sus cuotas. Greenpeace exige mantener la nueva prohibición por el tiempo que tome a la ICCAT desarrollar un plan de administración efectivo.
Pesca ilegal en el Báltico
Pero no sólo el atún está en peligro, lo mismo sucede con las existencias de anguilas y de bacalao, según la Comisión de la UE. El motivo principal de la reducción de las existencias se debe a la creciente pesca clandestina.
Según datos proporcionados por el WWF, el 50 por ciento de la pesca de bacalao en el Mar Báltico es ilegal. Casi 22.000 toneladas anuales, según confirmó el Ministerio alemán de Agricultura, que agrega que en los últimos años la pesca ilegal de bacalao en el Mar de Barents superó las 100.000 toneladas anuales.
La Comisión de la UE intervino: puesto que los pescadores polacos pescaron según sus estimaciones unas 18.000 toneladas de bacalao en el primer semestre del año, pero declararon sólo 6.000 toneladas, Bruselas prohibió a Polonia seguir con la pesca de bacalao desde julio pasado.
Controles poco efectivos
Para que las existencias puedan recuperarse se prevé reducir las cuotas de pesca de bacalao el año entrante un 30 por ciento en el Mar Báltico. Los pescadores alemanes se han quejado. Califican la medida de injusta. Exigen a la UE reducir la pesca ilegal mediante una mejora de los controles. "Si se lograra reducir la pesca clandestina a la mitad no habría problema alguno con las existencias de bacalao", indica Lothar Fischer, Presidente de la Asociación Alemana de Pesca Costera y Balandras. “La prohibición impuesta por la UE evidencia que ni ella confía en sus mecanismos de control”, agrega.
Los controles a los que se refiere son responsabilidad de cada uno de los países miembros. Estos controlan por ejemplo los desembarques en puerto o hacen inspecciones a las flotillas en altamar. La Comisión Pesquera de la UE supervisa que los países miembros cumplan su tarea de control, pero la experiencia demuestra que no son suficientes, según el representante de Greenpeace.
La Comisión de la UE culpabiliza a los estados miembros: la tasa de esclarecimiento y el nivel de las multas son demasiado reducidas como para asustar efectivamente a potenciales pescadores clandestinos. "Las multas varían de país a país", explica Schacht del WWF. En Alemania son un 400 por ciento mayores que en el Letonia, por ejemplo. “Lo que necesitamos es controles comunes para toda la Unión Europea”, exige.