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Extranjeros en la encrucijada educativa

Pablo Kummetz19 de junio de 2008

El balance es alarmante: los extranjeros que viven en Alemania tienen dificultades para integrarse al sistema educativo y por ende a la sociedad. El 40 por ciento de los jóvenes no accede a ninguna formación profesional.

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Un escolar de 7.º curso en Bremen resuelve un problema matemático en el pizarrón.Imagen: AP
Así lo informó en el Bundestag la ministra adjunta Maria Böhmer, Comisionada del Gobierno federal para Integración, en su Informe sobre Extranjeros que presentó hoy (19.06.08) al Parlamento.

"Por ello, el riesgo de que pasen a integrar las filas de desocupados es el doble que en el caso de los jóvenes alemanes", dijo Böhmer. Un fenómeno que no sólo margina a un importante grupo de la población, sino que también amenaza la cohesión social en su conjunto.

Los resultados de los esfuerzos de integración de extranjeros hasta ahora en Alemania son magros. El 18 por ciento de los extranjeros no terminan su formación escolar. Sólo el 8 por ciento obtiene el certificado de bachiller, que habilita para seguir estudios universitarios.

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Sólo el 8 por ciento de los extranjeros acceden al bachillerato.Imagen: Einstieg GmbH

En la educación, la inmigración tiene un claro efecto en la trayectoria escolar de los alumnos, no sólo en Alemania, sino en todo el mundo. La problemática tiene diversas facetas: la falta de dominio del lenguaje del país donde viven, escolaridad interrumpida, problemas familiares, poca ayuda en casa, diferentes patrones culturales y pérdida de autoridad de los padres.

Como consecuencia queda cada vez más claro que el Estado debe adoptar una política activa para impulsar la integración sobre todo de los niños más desfavorecidos. Böhmer llamó a "seguir nuevos caminos" en la política alemana de integración.

Capa social, educación e integración

"El éxito en la educación en Alemania continúa dependiendo del origen étnico y social", dijo Böhmer. Los jóvenes de las familias inmigrantes provienen a menudo de capas socialmente débiles, por lo que se ven doblemente perjudicados. Decisivo para la Comisionada de Integración es por ello "que en los hogares se hable alemán y que los padres apoyen a sus hijos".

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Esencial: la integración de extranjeros en el mercado laboral.Imagen: AP

Como en muchos casos no se habla alemán en los hogares de inmigrantes porque los propios padres no lo dominan y muchos de ellos tampoco están en condiciones de ayudar a sus hijos, Böhmer abogó por una mayor atención a las familias, la ampliación del apoyo individual a los alumnos con problemas y una enseñanza sistemática del alemán ya a partir del kindergarten.

Böhmer llamó también a las empresas a realizar más esfuerzos en pro de la integración de extranjeros. Una tarea que sólo puede llevarse a cabo en tanto las empresas también se beneficien de esos esfuerzos, ya que no son instituciones caritativas. Por ello, Böhmer exigió que sean más reconocidos y aprovechados los conocimientos y las capacidades de los inmigrantes. "Es una necesidad económica y una obligación moral", recordó la Comisionada de Integración, sabiendo que Alemania tiene un problema demográfico y que también es económicamente insensato dejar inutilizado el potencial económico que suponen los extranjeros.

Muchos extranjeros no se integran solos

La ministra adjunta recordó asimismo que el Gobierno federal pone a disposición casi 750.000 millones de euros anuales para la integración. Sólo a cursos de integración para inmigrantes se destinan 155 millones de euros. Esos fondos son una buena inversión. Böhmer calcula que los fracasos en la integración le cuestan al Estado unos 16.000 millones de euros por año.

Hasta ahora, el Estado parece haber pensado que los extranjeros se iban a integrar solos. Así es también en el caso de algunas nacionalidades, como los polacos, italianos, griegos o españoles. En el caso de otras nacionalidades, sobre todo muchos turcos, generalmente de religión musulmana y patrones culturales diferentes a los mayoritarios en Alemania, la problemática se presenta mucho más diferenciada.

En todo caso, cuando la integración espontánea falla, el Estado está llamado a intervenir. Así parece haberlo reconocido también la Comisionada de Integración: "Hemos echado a andar un cambio de mentalidad: cuando existen problemas, hay que llamarlos por su nombre y no hacer como si no existieran."

Con una población total de 82 millones de habitantes, en Alemania viven unos 7.2 millones de personas con pasaporte extranjero, lo que supone una tasa del 8,8 % (datos de 2006). El grupo de extranjeros más numeroso es el de los turcos (1,7 millones). Le siguen los italianos (0,5 millones), polacos (384.000), serbios y montenegrinos (330.000), griegos (294.000), croatas (225.000) y rusos (188.000).