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“Factor Obama” reconcilia a alemanes con Estados Unidos

24 de julio de 2009

Unas 26.000 personas de 24 países fueron encuestadas para medir el grado de confianza que Barack Obama y el país a su mando inspiraban en la comunidad internacional. Los resultados del estudio acaban de ser revelados.

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"Obamanía" en Berlín.Imagen: AP

Los gobiernos van y vienen, los Estados permanecen. Y, sin embargo, es mucho lo que un solo gobierno puede hacer para elevar –o hundir– el perfil de una nación en el marco de la política mundial. El ejemplo más conspicuo de los últimos años es la relación de causa-efecto establecida por los analistas entre la llegada de Barack Obama a la presidencia de los Estados Unidos y la nueva percepción que la comunidad internacional tiene de ese país.

El más reciente argumento a favor del “factor Obama” como catalizador del positivo cambio de actitud hacia los Estados Unidos fue hecho público este jueves (23.7.2009) por el Pew Research Center, un think tank con base en Washington. Se trata de los resultados de una encuesta hecha a cerca de 26.000 personas en 24 países entre mayo y junio de este año, y cuyo título pareciera decirlo todo: “La confianza en Obama mejora la imagen de Estados Unidos alrededor del mundo”.

Alemania: club de fans de Obama

Según la encuesta, las actuales opiniones sobre los Estados Unidos son casi tan positivas como las registradas al comienzo de la década, antes de que George W. Bush asumiera el cargo de presidente. Estos signos favorables son más pronunciados en Europa Occidental, en donde los comentarios benevolentes sobre los Estados Unidos, su gobierno y su gente se han vuelto mucho más frecuentes. Una situación similar se percibe en países clave de Latinoamérica, África y Asia.

La versión online de la revista alemana Der Spiegel difundió las conclusiones de este estudio bajo el título “Los alemanes vuelven a ser aficionados de América”. Y no es para menos: la disposición positiva de los alemanes encuestados en relación con los Estados Unidos ascendió del 31 por ciento (2008) al 64 por ciento (2009). Y aunque el 63 por ciento está en contra de enviar tropas a Afganistán, adonde acaban de ser enviados 22.000 soldados estadounidenses, el 93 por ciento manifiesta tener confianza en Obama; otro 93 por ciento le atribuye capacidad para tomar “decisiones correctas” en materia de política internacional (80 por ciento más que quienes tenían fe en el buen juicio de Bush).

George W. versus Barack

“Las cualidades personales de Obama son percibidas positivamente tanto por la gente en la calle como por la clase política; la imagen que se tenía del gobierno estadounidense en Alemania ha cambiado”, comenta el Dr. Detlef Nolte, director del Instituto de Estudios Latinoamericanos (ILAS, en alemán) en el German Institute of Global and Area Studies (GIGA) de Hamburgo y conocedor de las complejas relaciones entre Europa, Estados Unidos y los países de América Latina.

“Obama tiene carisma y el discurso de su gabinete contrasta con el de la administración de George W. Bush, que era vista como arrogante y arbitraria. Sin embargo, los estadounidenses no se mostraban impresionados cuando Europa criticaba abiertamente a Bush y sus políticas. Por eso digo que no se debe sobreestimar esta encuesta; ella da pie a una noticia simpática, pero este tipo de encuestas juega un rol muy pequeño para los estadounidenses”, dice Nolte.

Muchos se resisten al encanto

El estudio en cuestión refleja que, como los alemanes, también las personas consultadas en España, Gran Bretaña y Francia se han vuelto menos hostiles hacia los Estados Unidos desde que Obama fue electo presidente y, sobre todo, desde que manifestó su decisión de clausurar el centro de detención de Guantánamo. 84 por ciento de los alemanes encuestados aplaudieron esa moción.

No obstante, el director del ILAS hace una distinción necesaria: “El sistema político estadounidense tiene su propia lógica y a veces es difícil para nosotros los alemanes entender cómo ‘funcionan’ al otro lado del Atlántico. Aquello que en Europa y Latinoamérica es percibido como un rasgo positivo de Obama –por ejemplo, que sabe negociar y oír a sus interlocutores, entre otras cosas–, en Estados Unidos es visto y rechazado por algunos sectores como una señal de debilidad”.

En el Medio Oriente no bastarán las palabras

Las encuestas del Pew Research Center confirman la impresión que dejó la visita de Obama a Egipto, desde donde se dirigió a la comunidad musulmana internacional en junio de 2009 con un discurso conciliador: la impresión de que sus gestos amistosos no bastarán para cambiar tan rápidamente la opinión que se tiene de los Estados Unidos en algunas latitudes. Entre los habitantes de los territorios palestinos, por ejemplo, la popularidad de Obama sólo ascendió en un 5 por ciento (del 14 al 19 por ciento) después de su alocución en El Cairo.

“La percepción que se tiene de los Estados Unidos en el Cercano y Medio Oriente no es tan positiva como la que se tiene de ellos en Latinoamérica, porque siguen estando militarmente presentes en la zona y el conflicto entre israelíes y palestinos no está solucionado todavía. En Oriente se espera mucho más de Estados Unidos”, sostiene Nolte.

Retorno a la diplomacia

Ciertamente, de cara a América Latina, Barack Obama ha demostrado tener la voluntad de acercarse de una manera mucho menos conflictiva que la de su predecesor. “Durante la última Cumbre de las Américas en la que participó Bush, él y el presidente argentino Néstor Kirchner se gritaron mutuamente, mientras que en la cumbre de Trinidad y Tobago, Obama y Chávez se estrecharon las manos”, agrega Nolte una anécdota reveladora.

La escena política internacional no es un concurso de simpatía, pero, en poco tiempo, Barack Obama ha logrado que el diálogo atento, la cordialidad, la disposición para la negociación y la búsqueda de la concordia vuelvan a formar parte del discurso diplomático de los Estados Unidos. La encuesta del Pew Research Center lo que ha hecho es constatar hasta qué punto los alemanes y muchos otros ciudadanos del mundo aprecian esas cualidades en un estadista.

Autor: Evan Romero-Castillo

Editor: José Ospina-Valencia