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Fassbinder: el genio que le falta a Alemania

Anneke Schaefer31 de mayo de 2005

El cineasta alemán Rainer Werner Fassbinder murió joven. En Alemania hasta ahora su obra no es valorada como se merece.

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Un genio excéntrico.Imagen: AP

Mientras en las metrópolis del mundo, como Nueva York, Londres y ahora Paris, se le dedicaron retrospectivas y exposiciones en el 60 aniversario de su nacimiento, en Alemania apenas se puso su nombre a una plaza pequeña cerca de la estación de trenes de Múnich, ciudad donde nació en 1945.

Fassbinder es considerado el cineasta alemán más importante de la posguerra, por lo menos según los especialistas. Sin embargo, tiene mayor fama en el extranjero que en su país. Los alemanes hasta ahora no logran encariñarse con ese genio excéntrico.

El "enfant terrible"

Durante mucho tiempo su vida como "enfant terrible", entre drogas y escándalos, dominó su obra. Es decir, a los que no lo querían, Fassbinder entregó muchas razones para no tomarlo en serio, ni a él ni a sus películas.

El director francés Jean Luc Godard dijo una vez: "Será cierto, que todas sus películas son malas, pero sin embargo es el mayor cineasta de Alemania. Estuvo allí cuando Alemania necesitaba películas para encontrarse a sí misma." Después de la II Guerra Mundial, Fassbinder contribuyó mucho a los cambios culturales y políticos en Alemania.

El profesor de cine de la Universidad de Colonia Nikolai Wojtko dijo a DW-WORLD que Fassbinder sigue siempre presente en las películas de la nueva generación de cineastas alemanes. Los estudiantes lo tratan con distancia histórica, pues murió ya en 1982, pero igualmente les gusta analizar su obra intelectual, agregó el experto.

Genio sin herederos

En el mundo casi no hay herederos del arte de Fassbinder. A lo sumo se podrían nombrar al español Pedro Almodóvar, el danés Lars von Trier y el francés François Ozon, que logran combinar de manera similar el entretenimiento, la exigencia y la emoción.

Si hace más de veinte años su corazón no le hubiera cobrado el precio de su vida extrema y autodestructiva, hoy Fassbinder estaría posiblemente entre los artistas contemporáneos más celebrados de Alemania. Su repentina muerte abrió un vacío en el cine alemán que no ha podido ser cerrado hasta ahora.