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Fernández inaugura tercera central nuclear en Argentina

18 de febrero de 2015

La mandataria aprovechó la ocasión para enviar mensajes políticos, aunque no se refirió al caso Nisman ni a la marcha en su memoria.

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Imagen: Reuters/E. Marcarian

Rodeada por su gabinete, miles de simpatizantes y utilizando por segunda vez en tres días la cadena nacional, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, dio el vamos este miércoles (18.02.2015) a la central nuclear Atucha II, rebautizada como Néstor Kirchner, que llegó a un 100 por ciento de su capacidad de producción energética. El discurso de la mandataria se produce el mismo día es que se realizará la “marcha del silencio”, a un mes de la muerte del fiscal Alberto Nisman.

Imposible no dar una lectura política a las actividades de Fernández en una jornada especialmente compleja. Intendentes, gobernadores y ministros presenciaron la tercera ocasión en que se inaugura la misma planta, en un acto de respaldo al mandato de la jefa de Estado, cuyo gobierno termina en diciembre de este año. De cualquier modo, Fernández evitó en todo momento referirse a la marcha en memoria de Nisman.

La presidenta destacó que la ocasión era propicia para celebrar el “verdadero hito histórico que es incorporar al sistema energético nacional al 100 por ciento la tercera central nuclear argentina” y valoró el regreso del país sudamericano “al selecto club de once países que pueden enriquecer uranio. Con una diferencia, nosotros tenemos tecnología propia que nos permite enriquecer con menos intensidad el uranio, eso es lo que les molesta a algunos”.

Herencia en las elecciones

“Acá no le ponemos bombas nucleares a nadie ni amenazamos con misiles a nadie. Nuestra ciencia nuclear está dirigida a obras como ésta”, dijo Fernández, que también hizo mención a las cartas que la cancillería de su país entregó a Estados Unidos e Israel, para expresar su “preocupación” por las divergencias en los diálogos nucleares con Irán y pedir que en estos se incluya el atentado contra la mutual judía AMIA, ocurrido en 1994 en Buenos Aires y donde fallecieron 85 personas.

“No nos trasladen conflictos que no nos son propios. Nuestras costumbres y nuestros ideales son los de un país pacífico donde conviven distintas etnias y religiones”, subrayó Fernández. “No somos aislados, vivimos en un mundo con profundos intereses geopolíticos y estratégicos que fueron los que obturaron y clausuraron el proyecto nuclear en Argentina”, insistió la mandataria, que a su vez pidió a sus partidarios que en las elecciones del 25 de octubre se garantice “que quien conduzca (el país en el futuro) tenga las mismas ideas. Es la mejor herencia que debemos dejar”.

DZC (dpa, Clarín, EFE)