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Filósofa: "Boicotear a Michael Jackson es un disparate"

Torsten Landsberg
7 de abril de 2019

Tras la emisión de "Leaving Neverland", un documental sobre presuntos abusos de Jackson a niños, muchas emisoras eliminaron sus canciones de la programación. DW analizó el boicot con una experta en ética y estética.

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Imagen: Getty Images

DW: Señora Maria-Sibylla Lotter, después de la emisión en Estados Unidos del documental "Leaving Neverland",  en el que dos hombres relatan los abusos sexuales sufridos en su infancia, muchas emisoras de radio han retirado las canciones de Michael Jackson de su programación. ¿Cómo valora usted esta reacción?

Maria-Sibylla Lotter: Me resulta inquietante. Un boicot no tiene sentido, porque es equiparar una acusación pública con un veredicto judicial al respecto. Una reacción así implica que las acusaciones no solo ponen en duda la reputación de la gente, sino que también pueden suponer su destrucción artística. Y eso es algo que podría suceder en el caso de personas con carreras no tan sólidamente asentadas como la de Michael Jackson.  

Las acusaciones contra Jackson no son nuevas. Ha habido varios procesos judiciales en los que el cantante siempre fue declarado inocente. El documental ofrece testimonios muy detallados, pero en realidad ninguna prueba nueva. ¿Por qué ahora se valora a Jackson de manera diferente? 

Creo que las emisoras de radio temen que la claridad con la que el documental relata el abuso sexual pueda tener un impacto emocional más fuerte que el que tiene cuando la gente solo lee los diarios. Las emisoras se están adelantando a las sensaciones que posiblemente se despertarán en el público en las próximas semanas cuando oigan una canción de Michael Jackson después de haber visto el documental. Me parece curioso e inquietante que piensen que los adultos no van a ser capaces de manejar esas emociones ambivalentes.

Maria-Sibylla Lotter im DW Interview
Maria-Sibylla Lotter, filósofa y profesora de Ética y Estética en la Universidad Ruhr de Bochum, Alemania. Imagen: Privat

Las acusaciones han saltado desde el documental de televisión hasta las redes sociales, donde partidarios y detractores de Michael Jackson mantienen una intensa pugna. ¿Dónde queda aquí la presunción de inocencia?

Por supuesto, legalmente la presunción de inocencia también se aplica a Michael Jackson. Pero, posiblemente, de los procesos judiciales que hubo en su contra permaneció la impresión en la opinión pública de que algo de verdad había en las acusaciones contra él. Claro, Michael Jackson tenía posibilidades económicas para comprar a quienes lo acusaban.

Prohibir el arte de alguien cuya conducta privada es dudosa, inmoral o incluso legalmente punible implica equiparar a la persona con su arte. ¿Es eso algo razonable?

No. Si lo comparamos con un caso similar en el mundo científico, salta a la vista lo extraño de la situación. Imagínese que alguien gana el Nobel de Economía y resulta que esa persona ha abusado sexualmente de niños. A nadie se le ocurriría declarar inapropiados sus libros sobre economía. Pero en el arte tenemos otras expectativas que quizá tienen que ver con las necesidades que proyectamos hacia el arte.

¿Se han transformado estas necesidades?

Cuando el rock and roll estaba en su apogeo, reinaba la idea de que los artistas vivían una vida distinta, peligrosa y sin reglas, algo que se asocia desde finales del siglo XVIII con el concepto de genio. Pero esa idea hoy está obsoleta. Ahora se asocia al artista con otros deseos.

Es decir, que el artista debe seguir siendo un genio y al mismo tiempo el simpático vecino de la casa de al lado…

Exacto, ahora los artistas deben ser especialmente ejemplares. Es algo que se ve claramente en la presión sobre los actores en Estados Unidos para que se atengan a las siempre cambiantes y muy exigentes normas de lo políticamente correcto. 

Schauspieler Kevin Spacey der Netflix-Serie House of Cards
El actor Kevin Spacey interpretaba un personaje sin escrúpulos en "House of Cards".Imagen: David Giesbrecht/AP/dpa

¿Sobrestimamos en nuestra imaginación a los artistas que vemos actuar en una película o un video musical?

Creo que sí. Solemos proyectar nuestras necesidades de idealización moral sobre personas a las que admiramos. Kevin Spacey era muy conocido por su papel en "House of Cards”. Un actor que era admirado precisamente por encarnar un personaje malo, absolutamente falto de escrúpulos, fue excluido de una película casi completamente filmada porque resulta que en su vida privada es el asqueroso tipo que no puede evitar colocar la mano una y otra vez sobre los muslos de hombres jóvenes. Eso es algo disparatado. Queremos ver en pantalla al personaje malvado, porque es más interesante que el vecino, pero si en la vida real alguien se revela como el clásico pulpo, hay que eliminarlo de inmediato.

Kevin Spacey fue despedido de "House of Cards" y eliminado del film "Todo el dinero del mundo”. Además, los críticos pidieron al público no volver a ver sus actuaciones en películas anteriores. Eso es algo comparable con la eliminación de las canciones de Michael Jackson en las emisoras de radio.

Es algo extraño, porque recuerda a la revisión histórica estalinista: aquel que no se corresponda con la imagen ideal de miembro del partido debe ser borrado de la historia con la excusa de que algo así no puede haber existido. Actualmente parecemos estar desarrollando una forma de locura similar con respecto a determinados comportamientos morales.

La reacción a los "pecados” de los ídolos ¿debe ser entonces exclusivamente individual?

Absolutamente. No tiene sentido quitar la posibilidad a los oyentes de reaccionar como ellos deseen y erigirse en una institución moral que debe proteger las frágiles emociones del público practicando una censura moral. Creo que las acusaciones de tipo moral solo pueden hacerlas las víctimas y sus allegados. Después, cada uno elige si quiere escuchar o no una canción. Y el sistema judicial es responsable de llevar a cabo los procesos judiciales.

(ms/rrr)

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