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François Hollande, ¿en un callejón sin salida?

Carolin Lohrenz/ Cristina Papaleo15 de abril de 2013

Con millones de desempleados y duros recortes, además de la polémica por el caso Cahuzac, Francia pasa por uno de sus peores momentos. ¿Qué margen de maniobra tiene Hollande para sacar a su país de la crisis?

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Imagen: Reuters

Al asumir el cargo, hace más de diez meses, el presidente francés, François Hollande, dijo que había que acabar con la “banda de Sarkozy”, y que Francia debía convertirse en un país socialmente justo, digno y, sobre todo, económicamente fuerte, con un modelo contrario a la “República del Ahorro” de la canciller alemana, Angela Merkel. Sin embargo, François Hollande parece estar hoy más debilitado y solitario que nunca.

Las críticas de la Comisión de la Unión Europea, que advirtió recientemente que Francia es un peligro potencial para la eurozona, recuerda un poco un informe de la troika de la Unión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre los países en crisis de la eurozona: un saldo negativo de la balanza de pagos, la competitividad en franco descenso, un alto endeudamiento fiscal, retracción de las exportaciones y estancamiento en el mercado laboral. Francia hasta podría fallar este año en mantener el déficit estatal en el 3 por ciento, según se dio a conocer en marzo. Asimismo, París corrigió el pronóstico de crecimiento económico para 2013 hacia abajo, de un 0,8 por ciento a un 0,1 por ciento.

Un presidente que pierde credibilidad

Por tanto, este sería el momento justo para que un presidente fuerte tomara el toro por las astas. Pero desde la renuncia del ministro francés de Presupuesto y Hacienda, Jérome Cahuzac, el devenir político de Francia se le está escapando de las manos al Elíseo. Cahuzac, el hombre que iba a llevar al país galo por la senda del ahorro, pidiendo sacrificios a sus ciudadanos, se reveló como un gran evasor de impuestos: tenía 600.000 euros en una cuenta secreta en Suiza, luego trasladada a Singapur.

Jerome Cahuzac, exministro de Presupuesto y Hacienda de Francia, tenía cuenta secreta en Suiza.
Jerome Cahuzac, exministro de Presupuesto y Hacienda de Francia, tenía cuenta secreta en Suiza.Imagen: Reuters

Desde el “caso Cahuzac”, los franceses dudan también de la persona de François Hollande, de su autoridad y de su credibilidad como presidente”, explica Guillaum Roquette, periodista de Le Figaro. “Si el jefe de Estado francés no toma medidas concretas en las próximas semanas, estamos expuestos a una crisis de gobierno”, asegura.

Solo un 25 por ciento de los franceses confía aún en Hollande

Las cifras son, en verdad, preocupantes: solo una cuarta parte de los franceses confía todavía en su presidente. Además, Hollande también está perdiendo el apoyo de los Verdes y del Partido de Izquierda, así como de integrantes de sus propias filas. La oposición se muestra cada vez más agresiva, algo que no es, de seguro, un buen fundamento para la reforma estructural que Hollande quiere llevar a cabo en este 2013.

Se imponen, asimismo, una reforma del mercado laboral, del sistema jubilatorio y de la política familiar de Francia, dos grandes desafíos. Pero es cada vez más dudoso que los franceses apoyen esas medidas. En 2014 se llevarán a cabo elecciones comunales. “A nivel político, lo que sigue ahora es la ira”, dice el historiador Max Gallo. “La ira de los contribuyentes. Pero, ¿qué es lo que sostiene una democracia? Justamente eso: que los ciudadanos acepten pagar impuestos porque creen en el sistema. Hoy, con el caso Cahuzac, el pueblo ya no puede creer en una política tributaria. Tenemos que contar con que habrá protestas, no con violencia, pero sí con grandes manifestaciones”, señala Gallo.

Protestas en Francia contra la reforma laboral.
Protestas en Francia contra la reforma laboral.Imagen: Reuters

“La socialdemocracia á la Hollande ha fracasado”

Hollande trata de pulir la imagen de su gobierno con una ley sobre ética política y exhortando a sus ministros a que declaren públicamente su patrimonio. Pero, para muchos, esa iniciativa no es más que otra prueba de que el presidente francés solo reacciona a los hechos y no tiene en claro cuál es su rumbo político, ni el concepto de Europa por el que los franceses deberán hacer grandes sacrificios.

Así las cosas, Hollande está sumamente debilitado, tanto en Francia como a nivel europeo, sentencia Christophe Barbier, del semanario francés L'Express: “François Hollande quería comprometerse con una socialdemocracia renovada, un Estado más fuerte, un intervencionismo económico favorable al sector empresario, y, al mismo tiempo, con una política tributaria más hacia la izquierda. Pero esa ‘socialdemocracia á la Hollande' ha fracasado. Los franceses no lo apoyan, y en Europa no hay nadie que asuma ese modelo. Europa no quiere girar hacia la izquierda. En pocas palabras: Hollande está en un callejón sin salida”.

Peer Steinbrück (dcha.), se reunió en París con François Hollande.
Peer Steinbrück (dcha.), se reunió en París con François Hollande.Imagen: picture-alliance/dpa

Está claro que Hollande intentará capear el temporal y seguirá gobernando Francia, tal y como lo contempla la Constitución. En su encuentro reciente con el candidato de la socialdemocracia alemana, Peer Steinbrück, el mandatario galo remarcó que una política de ahorro impuesta cueste lo que cueste no es la panacea para una Europa en crisis. Dentro de dos semanas se realizará la próxima cumbre europea en Bruselas. El diputado socialista Emmanuel Maurel piensa que “si Hollande dijera durante la cumbre, a sabiendas de la situación en Francia, que no quiere una política de ahorro a rajatabla, los conservadores protestarían, pero, seguramente, así el presidente podría recuperar el apoyo popular”.

Autor: Carolin Lohrenz/ Cristina Papaleo

Editor: José Ospina Valencia