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Mejores modelos computacionales y más videoconferencias

Bob Berwyn
6 de marzo de 2018

Friederike Otto, subdirectora del Instituto de Cambio Ambiental de Oxford, ha identificado áreas en las que se pueden reducir emisiones, pero cree que los investigadores no pueden abordar el problema solos.

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Deutschland Mistral Supercomputer in Hamburg
Imagen: Getty Images/M. MacMatzen

Friederike Otto, subdirectora del Instituto de Cambio Ambiental de la Universidad de Oxford, estudia la relación entre el calentamiento global y los eventos climáticos extremos, como las olas de calor y las sequías que destrozan cultivos.

A medida que contribuye con nuevos hallazgos al Programa de Atribución Meteorológica Mundial (WWA, por sus siglas en inglés), Otto ve cada vez más evidente la necesidad de una acción climática inmediata. Recientemente, la WWA estableció un vínculo entre los gases de efecto invernadero en la atmósfera y las olas de calor y los incendios mortales, que tuvieron lugar el verano pasado en Europa. Todo esto ha hecho reflexionar a la científica sobre su propio papel en la emisión de gases contaminantes.

"En comparación con una persona promedio, mi huella de carbono es horrible debido a los viajes aéreos”, admite a DW. "Por otro lado, mi huella diaria es bastante pequeña porque vivo y trabajo en Oxford. No tengo coche propio, nunca lo tuve, así que mis viajes habituales son a pie o en bicicleta”, añade.

La tarea de reducir las emisiones de CO2, sin embargo, no sólo se puede abordar personalmente, según la investigadora. Su casa es un buen ejemplo. Es relativamente nueva y cumple con las normativas británicas de emisión, pero, según Otto, son muy débiles. Y eso a pesar de que hoy en día es posible construir hogares neutros en carbono.

Friederike Otto, subdirectora del Instituto de Cambio Ambiental de Oxford (Privat).
“Necesitamos modelos informáticos relevantes y más videoconferencias contra el cambio climático”, dice Otto.Imagen: Privat

Coincidiendo con otros científicas, subraya que el tema de viajar a las conferencias es irritante. Volar largas distancias, varias veces al año, para asistir a reuniones es parte del trabajo de miles de personas en su campo. Estos intercambios son importantes para el progreso de la ciencia, pero se podría hacer más para reducir los viajes, incluyendo la mejora de las tecnologías de videoconferencia.

El uso de grandes supercomputadoras para generar modelos climáticos complejos también requiere un consumo energético intensivo. Sin embargo, estas simulaciones son cruciales para entender el clima.

"Necesitamos muchos de estos modelos para entender las incertidumbres. Pero se podría hacer mucho más para aprovechar mejor las simulaciones ya realizadas, en lugar de realizar constantemente nuevas. No hay suficiente gente para analizarlas”, aclara Otto. Por ello, propone que las organizaciones de investigación presenten solicitudes de estudios basados en simulaciones de modelos existentes.

Muchas grandes instituciones científicas ya están adoptando estas medidas. Pero Otto cree que las instituciones de investigación podrían enviar una señal aún más poderosa a través de la inversión estratégica sostenible de recursos y capital.

"Para conseguir una diferencia real, no creo que la investigación sea la fuente más importante de carbono a la que hacer frente. Pero, por supuesto, necesitamos cero emisiones de carbono, así que sería una buena señal”, añade.