Su papá le transmitió el amor por la música y la cultura de su tierra. Gracias a que era músico, Leticia Gallardo tocó siendo niña en una banda tradicional. Allí solo tocaban hombres. "Me tenían que poner una banquita para poder alcanzar el bombo”. Decidida a dedicarse a la música, fue maestra en el Centro de Capacitación Musical y Desarrollo de la Cultura Mixe. Allí adquirió experiencia dirigiendo bandas, primero de niños y luego la oficial del CECAM. Paulatinamente se iban incorporando cada vez más mujeres. Ella las convocó a formar una banda femenil. Con el tiempo la agrupación se fue consolidando y ganando fama. Algunas son madres de familia, otras estudiantes de bachillerato, licenciadas, artesanas y profesionales que compaginan su vida laboral con la musical. Todas saben que en el entorno en que viven la música salva y transforma. Leticia Gallardo fue víctima de violencia doméstica: "Hoy soy una mujer fuerte con ganas de seguir adelante. Le debo mucho a la música”.