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G8 y G5: “el póquer apenas empieza”

10 de julio de 2009

La cumbre del G-8, a la cual acudieron también los países de economías emergentes, es tema de los editoriales de la prensa europea.

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Miembros del G-5Imagen: AP

Derniéres Nouvelles D´Alsace, de Estrasburgo: “Las orgullosas firmas del G-8 o del G-14 traen indudablemente a la memoria el lema `después de mí, el diluvio´. Pues, ¿cuál de estos jefes de Gobierno estará en el poder en 2050? Todos –tanto los que, siguiendo el ejemplo ruso, lo dicen abiertamente y como los que conservan su opinión en secreto piensan: los objetivos propuestos son inalcanzables. Es que suponen una reducción considerable de CO2 en los próximos 40 años en las economías europeas, estadounidenses y asiáticas. A ello se suma el fin de la combustión a base de gas, petróleo y carbón, muy a pesar de los respectivos países productores”.

La copa de champán de Copenhague

Politiken de Copenhague : “La imagen todavía está lejana. Obama, Merkel y Hu Jintao tienen su copa de champán en la mano en el Centro de Congresos de Copenhague y festejan el haberse puesto de acuerdo en un nuevo tratado climático. Los contornos de este momento histórico se pueden delinear ya partiendo de esta reciente cumbre del G-8. Por supuesto que el póquer entre países industrializados y emergentes apenas empieza ahora. Todos quieren hacer valer sus ases. Sin embargo, después de que se pusieron de acuerdo en cuanto al máximo que puede alcanzar el calentamiento, no queda duda de que la Cumbre de Naciones Unidas en Copenhague culminará con un exitoso tratado”.

Sólo una parada antes de la gran cumbre

Der Standard de Viena: “Quien antes de una cumbre del G-8 y de eventos de ese tipo espere soluciones a gran escala, acabará decepcionado. Pero quien vea el encuentro como una parada de repostaje antes de que, en otoño, se reúna del G-20 en Estados Unidos para tratar la crisis financiera y antes de la gran conferencia sobre el clima en Copenhague en diciembre, sabrá reconocer el paso dado en la dirección adecuada. Este movimiento no lo ha provocado, con seguridad, Silvio Berlusconi -el anfitrión ávido de prestigio-, sino Barack Obama. Ha hecho mucho por el capital político y diplomático de Estados Unidos -largo tiempo sepultado-, ha facilitado llegar a acuerdos y ha llevado a Italia algo del cambio que predicó en Estados Unidos durante la larga campaña”.

El sueño de un Gobierno global

Corriere Della Sera de Milán: “El deseo tan vivo como utópico de tener un `Gobierno global´ no ha desaparecido. Teniendo en cuenta lo necesario de un cambio, el mundo no se puede permitir más el lujo de un círculo exclusivo al cual se permite la entrada sólo a pocos Gobiernos”.

mb/dpa/afp
Editor: José Ospina-Valencia