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GAESA: el consorcio militar que controla la economía cubana

Amir Valle
8 de enero de 2018

Los herederos sanguíneos e ideológicos de los hermanos Castro, los neocastristas, controlarán políticamente la isla a través de los poderosos tentáculos de la nueva dinastía militar en la economía y las finanzas.

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Imagen: picture-alliance/dpa/F. Erichsen

La economía cubana durante casi seis décadas ha operado más desde los caprichos de los gobernantes y sus luchas ideológicas que desde las leyes económicas. Los cambios implementados en esta esfera han sido consecuencia del significado que a la economía concedía Fidel Castro, a quienes los economistas catalogaban como "el gran improvisador", y el que hoy le concede Raúl, a quien llaman "el pragmático".

Durante sus 47 años en el poder, Fidel desoyó los consejos de reputados economistas cubanos y extranjeros, y sus improvisaciones, centradas en la priorización de la ideología, condujeron a una ininterrumpida depauperación económica que convirtió a Cuba en la nación más parásita de los dos últimos siglos, sobreviviendo gracias a las millonarias ayudas anuales de Rusia, China, el bloque socialista de Europa del Este y, en los últimos años, Venezuela. En ese período, las únicas tímidas aperturas de la economía  fueron resultado del interés de Raúl Castro, entonces Ministro de las FAR, en cambios graduales, planificados y eficientes, por lo cual creó un equipo que estudiaba diferentes experiencias económicas para adaptarlas a las condiciones concretas de Cuba.

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Esos estudios condujeron a inicios de los 90 a la implementación en las empresas militares cubanas del conocido "Plan de Perfeccionamiento Empresarial", gracias al cual surgieron los primeros emporios económicos que conformarían el Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA), encabezados por la corporación de turismo y comercio Gaviota S.A, que comenzó a establecer competencia con las corporaciones estatales Cubanacán S.A y CIMEX, ambas directamente bajo el control de Fidel Castro. 

Al frente de esas nuevas modalidades económicas, Raúl Castro colocó hace ya más de tres décadas a hombres de confianza: el ya fallecido general Julio Casas Regueiro y el hoy General de División Luis Alberto Rodríguez López-Callejas, esposo de una de sus hijas, que es quien controla actualmente GAESA. Desde que Raúl asumió el poder, GAESA absorbió casi la totalidad de las empresas y gestiones financieras de CIMEX y se convirtió en el más grande oligopolio de negocios en la isla, aunque al pertenecer al ejército su actividad se mantiene como un secreto de Estado. Para que se tenga una idea de este poder: solamente  CIMEX comprende 73 empresas subsidiarias y 21 empresas asociadas; de estas 61 están radicadas fuera de la isla, la mayoría en actividades de importación/exportación, turísticas e inmobiliarias.

Kuba Symbolbild Wirtschaft
Imagen: picture-alliance/AP Photo/R. Espinosa

Un militar al frente de la economía

Rodríguez López-Callejas, pese al poder que tiene en la economía cubana y a ser uno de los jefes más temidos en la alta jerarquía militar, es un nombre desconocido: un reciente estudio de la oposición en la isla indica que la mayoría de los cubanos no saben que existe, los medios oficiales jamás lo mencionan cuando hablan de economía y finanzas, y aunque cada vez es más pública la vida privada de los herederos del castrismo, en su caso nada se sabe de su vida familiar, aunque estuvo casado con Deborah Castro Espín, la hija menor de Raúl.

Con la absorción de CIMEX, GAESA triplicó su tamaño; luego absorbió Habaguanex (un centenar de comercios minoristas en dólares, 21 hoteles y hostales, y una amplia red de cafeterías y restaurantes, brazo económico de la Oficina del Historiador de La Habana, Eusebio Leal, cuyos ingresos habían sido esenciales en la restauración del casco histórico habanero), y finalmente logró el control del Banco Financiero Internacional (BFI), la principal entidad de su tipo para la gestión internacional de divisas, y de Financiera Cimex (Fincimex), que tiene el monopolio del envío de remesas a Cuba y controla en la isla los procesamientos de las tarjetas internacionales Visa y Mastercard, entre otras gestiones.

Un imperio fantasma

Cuando con el concurso de Odebretch y el financiamiento del Banco Nacional de Desarrollo de Brasil, se decidió la ampliación y modernización del puerto de Mariel, para convertirlo en la terminal de contenedores más grande de Cuba, y crear la Zona Especial de Desarrollo, la inversión necesaria de 1 000 millones de dólares fue gestionada por Almacenes Universales, uno de los holdings de GAESA.

El Puerto de Mariel
El Puerto de MarielImagen: picture-alliance/dpa/M. Kappeler

En definitiva, además de las industrias militares que producen desde AKM- 47, granadas de mano de fragmentación, cuchillos de comando, explosivos varios, hasta la reparación y construcción de pequeños vehículos blindados de infantería, GAESA controla 83 instalaciones hoteleras (29.000 habitaciones en convenios con unas 14 cadenas internacionales); monopoliza la red nacional de tiendas minoristas (TRD Caribe); es propietaria de navieras (Melfi Marine Corp y Servinaves Panamá S.A); tiene su propia compañía aérea (Aerogaviota) y es dueña de empresas de construcción, venta y renta de automóviles (Havanautos y Havanatur), inmobiliarias (Almest), bancos, empresas de importaciones y exportaciones (Tecnotex y Tecnoimport) y la empresa Almacenes Universales S.A., que controla el tráfico de contenedores en el Puerto del Mariel con su Zona Especial de Desarrollo. Un imperio fantasma que absorbe más del 60% de la economía nacional y más del 80% del sector turístico en Cuba, sin la obligación de rendir cuentas de sus ingresos al pueblo cubano.

Amir Valle (VT)

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