Resumen del Mundial 2010 en Sudáfrica
12 de julio de 2010Cuando el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, impuso casi unilateralmente que el Mundial tuviese lugar en Sudáfrica, una ola de temores se dejó oir. Ahora hay que admitir que la mayoría de ellos resultaron infundados. El temido caos de tráfico no se produjo; el hospedaje ha estado a la altura, y la criminalidad –sobre todo en lo que tocó a los visitantes oficiales- se mantuvo a raya. Y que los estadios eran perfectos, eso estaba claro antes del primer silbato. Con ello Sudáfrica puede considerarse ganadora de este Mundial, pues ha probado al mundo que sí puede organizar un magno evento como éste. En qué medida Sudáfrica y el continente africano puedan sacar provecho de esto, está por verse.
Pequeñas manchas en el ánimo pusieron las estridentes vuvuzelas en los estadios, que lograron acallar todo el sonido normal de un juego y todos los cánticos de los hinchas; esto enervó a muchos, en el mundo entero. Además, un entusiasmo generalizado, como el que se sintió en el 2006 en Alemania, no se percibió.
Perdedor: la FIFA
El sello de ganador pretende llevárselo la FIFA y sobre todo Joseph Blatter. Habrá que negárselo. En demasiadas ocasiones dieron motivo de queja. La venta de entradas no funcionó bien, lo que fue demostrado por los muchos lugares vacíos en los estadios.
Con respecto al rendimiento, en parte catastrófico, de los árbitros, a los oficiales de la FIFA no se les ocurrió más que hacer declaraciones apaciguadoras. Y a la exigencia de utilizar ayudas técnicas reaccionaron apenas después de que la presión fue masiva; y, en realidad, no han prometido cambios. La rigidez con la que la FIFA impone sin piedad sus intereses incluso ante el más pequeño comerciante, es atemorizante. La FIFA, en general, en Sudáfrica ha acabado dándole la razón a aquellos que consideran que requiere una reforma.
No es el mejor Mundial
Futbolísticamente hablando, el Mundial en Sudáfrica no es una revelación; demasiados juegos de cuartos de final fueron muy débiles. Finalmente fueron sólo dos equipos los que lograron entusiasmar e impulsar el torneo: España con su juego de pases cortos, perfeccionado en los últimos años; y Alemania, con un fresco juego de ataque. Dos conclusiones se puede sacar de este Mundial. La época de las estrellas solitarias ha pasado, por el momento; la tendencia es a ser equipo estrella. Con dos o tres figuras brillantes en el grupo, no se consigue nada si el equipo no funciona. La diferencia entre defensa y ataque tampoco funciona ya, todos tienen que saber y poder hacer de todo.
Europa domina a pesar de todo
África no pudo sacar partido de la ventaja de jugar en casa; Ghana llegó a cuartos de final, pero fue el único país de seis equipos que logró pasar de la primera ronda. Muy poco para las muchas expectativas que había.
Si hasta octavos de final todo parecía indicar que el poder estaba del lado sudamericano, al final los tres primeros puestos fueron europeos. Y eso a pesar de que Italia, Francia e Inglaterra se pusieron en evidencia como equipos demasiado entrados en años y fuera de forma, que requieren remodelación. Lo mismo se puede decir, a cuatro años del siguiente Mundial en suelo americano, de equipos como Brasil y Argentina.
Federación Alemana de Fútbol feliz
Ganadora puede sentirse la Federación Alemana de Fútbol, y no sólo por el tercer puesto. El torneo en Sudáfrica ha mostrado claramente que los cambios y las decisiones de los últimos años han sido las correctas. Concentrarse en renovar el equipo ha tenido tanto efecto como la decisión de ganar para el equipo alemán a jugadores que podían haber servido a otro país.
Por último, conservar y profundizar la filosofía de juego y entrenamiento que habían desarrollado ya en 2006 Jürgen Klinsmann y Joachim Löw ha dado resultado. Si la Federación Alemana de Fútbol consiguiese que Joachim Löw se quedase y teniendo en cuenta el éxito de este joven equipo, cabe contar con un futuro promisorio para el fútbol alemán.
Autor: Wolfgang van Kann
Editor: Pablo Kummetz