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“Gigante”, cine sin pretensiones que triunfa en la Berlinale

Emili Vinagre (er)11 de febrero de 2009

Es la gran sorpresa de la Berlinale. La primera película del argentino Adrián Biniez ha sorprendido por su frescura. En medio de tantas películas dramáticas, el humor de “Gigante” se agradece. DW habló con el director.

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Leonor Svarcas, en el cosmos del supermercado.Imagen: Internationale Filmfestspiele Berlin

Personajes cercanos, creíbles, humanos. Eso es lo que ofrece “Gigante”, al margen de una historia de la cual cualquiera de nosotros podría ser el protagonista. Jara -Horacio Camandulle-, un vigilante de seguridad que trabaja en el turno de noche de un supermercado en Montevideo, se enamora de Julia -Leonor Svarcas-, una mujer de la limpieza. Sin embargo, hay algo que le impide acercarse al objeto de su deseo: una insuperable timidez.


A partir de ese momento, Jara intentará por todos los medios conocer a Julia. Pero lo hará desde la distancia, amparado en las cámaras de seguridad y siguiéndola tras el turno de noche, eso sí, a una distancia prudencial. Poco a poco, la desconocida mujer de la limpieza se convertirá en una obsesión a la que sólo el acercamiento podrá poner fin. Algo que para el tímido Jara no resultará sencillo.


Opera prima y en la Berlinale


A sus 34 años, el director argentino afincado en Uruguay, Adrián Biniez, se estrena como realizador con “Gigante”. Y lo hace a lo grande. Primera cinta y participando en uno de los festivales de cine más importantes del mundo. Además, en la sección oficial, al lado de directores consagrados internacionalmente. “Estar aquí es una cosa muy grande. Empecé a leer los nombres y decía… ¡Está Stephen Frears! Cuando era chico miraba películas de él”, explica Biniez, aún casi sin creérselo.


Pues lo cierto es que para ser la primera película el estreno no ha podido ser mejor. No sólo por estar en Berlín. También por la acogida de prensa y público, inmejorable. Biniez, sin embargo, prefiere mantenerse un poco al margen de la vorágine: “No he leído muchas críticas. La verdad es que tenía miedo”. Pasada la presentación de su trabajo y el inevitable contacto con la prensa, ahora llega el momento de disfrutar. Tiene pensado quedarse hasta el final del certamen y ver otras películas, algo que la promoción de “Gigante” ha impedido hasta el momento.


Con la modestia de quien acaba de aterrizar en un mundo como el del celuloide, Biniez trata de quitar algo de importancia a la selección de su película para competir en la Berlinale. Alude al hecho de que haya coproducción alemana: “Yo creo que también tiene que ver mucho eso. Las películas valen por sí mismas, pero al ser una coproducción alemana, me imagino que también es un lugar natural para exhibirla”.


“¿Por qué un supermercado?”


La primera pregunta que asalta después de haber visto “Gigante” es obvia: ¿por qué una historia que tiene lugar en un supermercado? La respuesta es, en parte, autobiográfica. Biniez trabajó en uno hace 12 años. Pero hay más: “Siempre me pareció un lugar muy fascinante. Creo que es una metáfora del capitalismo. En un lado, todo bien puesto, y muy luminoso, y en el otro, algo feo, y eso me gustaba”.


Y es que la inspiración, al joven director argentino parece venirle siempre de su entorno más próximo. Sin ir más lejos, el personaje del guardia de seguridad, inspirado sobre todo en un amigo también llamado Jara. En él y en otro par de amigos, además de las aportaciones de Horacio Camandulle y del propio Biniez. “También hay cosas personales mías, pero no las voy a revelar”, afirma antes de soltar una carcajada.


Un casting muy particular


Tan natural, espontánea y –por qué no decirlo- falta de grandes recursos es la apuesta de Biniez que muchos de los actores que aparecen en pantalla son, sencillamente, amigos suyos. También detrás de las cámaras. “Casi toda la película la he hecho con amigos. Todos los que están ahí son amigos. Algunos no, algunos actores no, los conocí para la película, pero todo el equipo técnico que hay detrás, somos todos amigos”, explica el joven realizador.


No es el caso, sin embargo de los dos protagonistas. Leonor Svarcas era la elegida. “Siempre la tuve en mente. Yo empecé a escribir el guión pensando en ella”, explica. En el caso de Horacio Camandulle, su elección tuvo algo de predestinada. Biniez explica que Horacio jamás había hecho cine –sólo teatro-, que era el primer casting al que se presentaba y que fue el primero en aparecer. Inmediatamente, el director argentino pensó que debía ser el elegido. Tras examinar a otros candidatos, su primera intuición resultó ser acertada.


¿Auge del cine uruguayo?


A diferencia del cine español, el cine latinoamericano goza de una notable presencia en la presente edición de la Berlinale. Sin ir más lejos, al margen de “Gigante”, otra película, “La teta asustada”, figura en la sección oficial. En cuanto al cine que le queda más cerca, el uruguayo, Adrián Biniez explica que vive un cierto auge. En ese contexto, la recientemente aprobada ley del cine de Uruguay “va a ser un apoyo muy fuerte”, afirma.


Eso sí, siempre dentro de un contexto “modesto”, en el que es necesario echar mano de la coproducción con otros países para poder financiar proyectos de cierta envergadura. Las cifras del cine uruguayo, realmente, no son comparables a las de cualquier país europeo, ni siquiera a la vecina Argentina. Lo explica Biniez: “En Uruguay no recuperas la inversión con la taquilla, porque somos tres millones de habitantes y una película, siendo un éxito, puede llegar a tener 50.000 espectadores”. Seguro que “Gigante” va a superar esa cifra.