Gobierno cataloga a Hermanos Musulmanes como terroristas
25 de diciembre de 2013
Ya el martes se habló de esta posibilidad y el Gobierno de Egipto lo confirmó este miércoles (25.12.2013): los Hermanos Musulmanes son oficialmente una organización terrorista, de acuerdo a la calificación gubernamental. El régimen interino que reemplazó al presidente Mohamed Mursi tras el golpe de Estado de julio ha realizado una serie de acciones contra la hermandad islamista, siendo ésta la más radical.
El Ejecutivo acusó a los seguidores de Mursi del ataque suicida que causó la muerte de 16 personas en Mansura el pasado martes (24.12.2013), pese a que los Hermanos Musulmanes lo condenaron como una afrenta contra el pueblo egipcio, intentando desligar responsabilidades. La acción gubernamental se produjo a pesar de que el grupo terrorista Ansar Bayt al-Maqdis se había adjudicado el ataque.
La medida da a las autoridades el poder de acusar a cualquier miembro del movimiento de pertenecer a una organización terrorista. Esto también se aplica a cualquiera que financie al grupo o lo promueva “verbalmente o por escrito”. Ya antes se había encarcelado a miembros de la agrupación, intervenido sus activos financieros, revisado sus oficinas y otra serie de medidas represivas. Los Hermanos Musulmanes ganaron todas las elecciones antes del golpe de Estado que sacó del poder a Mursi.
Ataque contra “infieles”
Mientras el régimen intensifica su represión contra la cofradía, el grupo extremista Ansar Bayt al-Maqdis culpó al Gobierno respaldado por el Ejército de luchar contra la “legitimidad islámica” y derramar la sangre de “musulmanes oprimidos”. Ansar Bayt al-Maqdis es considerado un grupo cercano a Al Qaeda, aunque según el primer ministro Hazem al Beblawi es apoyado y sostenido por la hermandad.
La organización extremista añadió que el atentado fue cometido por un suicida y que su objetivo era la Dirección de Seguridad, por ser “uno de los bastiones de los infieles y de la tiranía”. El grupo suele actuar en la Península del Sinaí y atentar contra objetivos militares o de las fuerzas de seguridad y es primera vez que ataca tan cerca de la capital egipcia, El Cairo.
Asimismo, instó a los soldados a abandonar sus puestos para conservar su vida y evitar a toda costa “luchar contra el islam”, además de pedir a los ciudadanos que se alejen de las oficinas de seguridad y militares, dejando entrever que habrá nuevos ataques “hasta que se establezca la ley de Dios”. Eso, mientras el Gobierno emitía un comunicado diciendo que “todo Egipto quedó aterrado por el crimen horrendo que cometió el grupo de los Hermanos Musulmanes”.
DZC (EFE, AFP, Reuters, dpa, Europa Press)