GPS para buscar "tesoros"
20 de octubre de 2008Una especie de logia se extiende por todo el mundo. Une a sus integrantes una misteriosa y tecnológica labor. El primer paso consiste en esconder tesoros simbólicos en lugares tan alejados entre sí como Portland, Estados Unidos; Berlín, Alemania, o Helsinki, en Finlandia. Por lo general, tales objetos vienen acompañados de mensajes que pueden encontrarse en recipientes impermeables como botellas.
Una actividad con tradición
La primera variante de esta práctica se remonta a finales del siglo XIX. Sin embargo, en Europa esta actividad se lleva a cabo de modo organizado desde los años ochenta del siglo pasado. Se conoce como Geocaching, y a los recipientes se les denomina cache.
En Alemania, el primer ejemplo de geocaching ocurrió en Berlín, exactamente el 2 de octubre de 2000. El tesoro involucrado fue bauttizado con el nombre clave de First Germany.
Además de los “tesoros” en cuestión, cada cache puede contener una bitácora que documenta la culminación exitosa de cada búsqueda.
Los entendidos calculan que actualmente hay más de 600.000 caches aún escondidos (activos) en todo el mundo. Diez por ciento de este acervo–cuyo valor está en la cadena humana y no tanto en los objetos sorpresa- se encuentra oculto en Alemania.
El papel de la tecnología
Si bien el idealismo que inspiró a los primeros practicantes del geocaching permanece inalterado, la tecnología juega hoy un papel preponderante en esta actividad. Y aquí hay dos elementos que ya resultan indispensables: por una parte, la red de información internet; por otra, los sistemas de localización y posicionamiento satelital tipo GPS (Global Positoning System).
A través de Internet se tejen las redes sociales alrededor de esta actividad. También se intercambian coordenadas que pueden servir para realizar interesantes hallazgos. Éstos, a su vez, se hacen posibles a través de sistemas de navegación tipo GPS, los cuales conducen al buscador de tesoros al punto exacto donde se encuentra el cache.
Como en otras actividades, los participantes prefieren no utilizar su nombre real. Así, “Tarozwo” cuenta que “a veces los objetos son robados porque alguien los ha encontrado y se los lleva”. Después de todo, agrega, en Berlín se encuentran cerca de 1.000 caches distribuidos a lo largo y ancho de esa gran ciudad.
Una afición versátil
Organismos como la Asociación de Caminantes Juveniles de Alemania (ACJA) son especialmente activos en lo que al geocaching se refiere. Su presidente, Jörg Bertram, afirma que “buena parte del atractivo consiste en que podemos hacer uso de la tecnología, aún cuando nos encontramos al aire libre”.
La ACJA puso en marcha el portal de Internet www.geocaching.de, a fin de contribuir a la difusión de esta actividad. “Es una moderna búsqueda de tesoros que anima a muchos niños a practicar la caminata”, dice Bertram.
El personaje oculto tras el seuónimo “Der Danziger” es prueba viviente de esta interconexión de actividades. Para él, el geocaching es la mejor oportunidad de entrar en contacto con la naturaleza. Y no es la única recompensa. “Desde marzo pasado soy buscador activo y he hallado 170 tesoros”, dice el joven, mientras se apresta a emprender una búsqueda más.