Grönemeyer: héroe y humano
12 de abril de 2006
Será su accidentada biografía lo que ha hecho a este sensible artista teutón un tanto melancólico. El éxito no llegó fácil a principios de los 80 cuando empezó a hacer música en Bochum, su ciudad natal y bastión minero en la cuenca del Ruhr. Sus dos primeros discos fueron un desastre. Incluso el primero recibió el triste premio a "la peor portada" del año.
Pero el gran salto lo dio con su canción "Männer" (Hombres), un himno a ese ser incomprendido y vulnerable pese a su aspecto de gigantón protector. "Los hombres lo pueden todo, son fuertes, se compran mujeres y lloran en secreto". Grönemeyer caricaturizó al héroe masculino que a fin de cuentas son tan sólo un ser humano. El disco se mantuvo entre los favoritos de las listas de popularidad durante casi 80 semanas, algo nunca visto antes.
Un trago amargo
Sin embargo un golpe del destino a finales de los 90 lo dejó mudo. Repentina y sucesivamente murieron su hermano Guillermo y su esposa, Anna. Grönnemeyer desapareció del escenario y durante un buen tiempo nada se supo de él. Durante esos años de introspección surgió la letra de su nuevo álbum, Mensch (ser humano). Con él volvió a catapultarse a la cabeza de los discos más vendidos. El sencillo vendió más de 3 millones de copias y conquistó el primer puesto en las listas de popularidad.
Últimamente Grönemeyer dedica buena parte de su tiempo a causas filantrópicas. Es un hombre activo políticamente que está acostumbrado a decir lo que piensa, lo que también suele hacer en sus canciones. Canta en contra de la energía nuclear y contra el racismo, llama a favor de la tolerancia y la paz. Su activismo político a favor de África tiene ya muchos años.
Filántropo y activista
Junto con el músico Wolfgang Niedecken organizó hace dos décadas el primer concierto contra el Sida. Como presidente de la organización "Deine Stimme gegen Armut" (tu voz contra la pobreza), es la contraparte alemana de la iniciativa de Bob Geldorf, "Make Poverty History". Con ambas campañas se quiere sensibilizar a la población europea sobre la pobreza en el continente olvidado, el África negra.
La iniciativa respalda los objetivos de desarrollo del Milenio de la ONU en el combate al hambre y la pobreza, lo que para Grönemeyer es cuestión de básica solidaridad humana. "Unidos tenemos la fuerza para cambiar las cosas, para darle la vuelta al mundo. Si no lo hacemos tendremos que vivir con la vergüenza de no haber intentado nada", afirma.