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Reestructuración de la deuda griega

2 de abril de 2012

Luego de la reducción de la deuda a Grecia, los acreedores están escépticos. Muchos esperan una segunda reestructuración. Surgen comparaciones con Argentina. Los costos tendrían que ser asumidos por los contribuyentes.

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ARCHIV - Griechische Fußballfans feiern im vollbesetzten alten Athener Panathinaikon-Stadion ihre Nationalmannschaft als Europameister (Archivfoto vom 05.07.2004, aufgenommen mit Zoom-Effekt). Die Beteiligung der privaten Gläubiger am Schuldenschnitt in Griechenland hat die wichtige 75-Prozent-Marke deutlich überschritten. Foto: Paris Papaioannou/ANA EPA +++(c) dpa - Bildfunk+++
Imagen: picture-alliance/dpa

A comienzos de marzo, Grecia llegó a un acuerdo con los inversionistas privados para reducir su deuda. Las conversaciones se prolongaron durante meses. El estadounidense Hans Humes estuvo en la mesa de negociaciones en Atenas. “La situación era parecida a una pelea familiar en una comida. Bueno, no tan grave, la relación es más formal”, dice.

Humes es presidente de la Sociedad de Inversión Greylock Capital, de Nueva York, especializada en países emergentes. Para él había mucho en juego. Uno de cada diez dólares de su portafolio había sio invertido en empréstitos estatales griegos. En los últimos 20 años, Humes ha acompañado muchas conversiones de deuda en México, Argentina y Ecuador, como también en Yugoslavia, Rusia y Filipinas.

Los problemas son similares cuando "un país no puede asumir sus deudas, y tampoco puede recaudar otros fondos. Como inversionista uno no tiene otra opción que buscar una solución”, dice Humes. Para él es "totalmente irracional" suspender las negociaciones, e insistir en la devolución total de la deuda. "La alternativa sería entonces que la economía del país se derrumbe, y que en 20 años no nos puedan pagar", sostiene.

Pérdidas millonarias

La solución alcanzada en Atenas significa para la empresa Greylock Capital grandes pérdidas. "Habría querido evitar sentarme con una calculadora y admitir toda la dimensión de los daños", acepta Humes con una sonrisa más bien amarga. El inversionista tuvo que amortizar más de 70 centavos por cada dólar invertido.

La compañía Pimco, en cambio, se distanció a tiempo de los bonos de deuda griegos. "Lo hicimos a comienzos del 2010", dice Andrew Bosomworth, director del portafolio de gestión de Pimco Alemania. La sociedad de inversión con sede en California es propiedad, en su mayoría, del consorcio muniquense Allianz. Con cerca de un billón de dólares de activos fijos es uno de los mayores inversionistas en el mundo en el sector de bonos de deuda estatales.

Segundo recorte es factible

Bosomworth no cree que los problemas del país heleno se resuelven con el recorte de la deuda. Por el contrario, "contamos con que a Grecia se le otorgue una segunda reestructuración de la deuda. Por eso, nos mantenemos alejados de los bonos de deuda griegos”, dice el inversionista a DW. Sin embargo, puede ser posible que transcurran varios años para que se haga efectivo el próximo recorte. Esto debido a que en un futuro cercano no se vencerán las obligaciones. Humes también ve como factible una segunda reestruturación de la deuda griega, pero en un período de los próximos tres años.

En caso de que realmente se realizara una nueva reestructuración, los mayores afectados serían los inversionistas estatales. "Ellos tienen en su haber casi tres cuartas partes del total de la deuda de Grecia. Por lo tanto, es probable que una nueva reestructuración de la deuda helena tenga menos impacto en los mercados financieros de lo que se pensaba", dice Bosomworth de Pimco.

Contribuyentes, los perdedores

Con la primera reestructuración fueron los inversionistas privados, como los bancos, las compañías de seguros y los fondos de inversión, los que tuvieron que asumir las pérdidas. La próxima vez, sin embargo, serían el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE) y los países de la zona euro los grandes perdedores, es decir, los contribuyentes. Una segunda reestructuración de la deuda griega podría convertirse en el caballo de batalla de las campañas electorales en los países del euro.

Éste ya es el caso de países como Grecia, Portugal, Italia y España, los más afectados por la crisis del euro. En ese sentido, Humes considera que peligra la estabilidad en la eurozona. "Si la tasa de desempleo juvenil se encuentra en 10, 15 ó 25 por ciento, estas personas van a votar por un cambio. Y así se toman decisiones políticas irracionales", dice. Irracional sería, por ejemplo, que Grecia dejara la zona euro. "La crisis sería mucho más grave allí que en Argentina o en otros países que tuvieron que reestructurar su deuda", sostiene.

¿Y si Grecia de retira?

Bosomworth, de Pimco, no quiere excluir la posibilidad de que Grecia se retire de la eurozona. "La probabilidad es muy alta", dice. Sin embargo, esta medida traería muchos problemas no sólo para Grecia, sino también para los demás países. "Existe el peligro de que se desemboque un pánico bancario en Portugal, Irlanda o España. En dado caso, el sector público tendría que actuar. Por lo que se podrían efectuar nuevamente controles de circulación de capitales en Europa", dice Bosomworth.

"La gran preocupación es que cada vez más personas argumentan que sin el euro no tendríamos estos problemas. Esto es verdad”, reconoce el economista canadiense William White, ex empleado del Banco de Pagos Internacionales, que actualmente monitorea el desarrollo económico de los Estados miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). "Lo que es equívoco es concluir que no habría problemas si se deja la eurozona”, dice White. 

Autor: Andreas Becker / Cristina Mendoza Weber 

Editora: Rosa Muñoz Lima