Grecia pone a prueba a la eurozona
2 de febrero de 2010
Bruselas evalúa, por su parte, todas las posibilidades del Tratado de la Unión Europea (UE) y el Pacto de Estabilidad del Euro para castigar al deudor y obligarlo a ahorrar. El miércoles, el comisario de Asuntos Monetarios de la UE, Joaquín Almunia, quiere presentar su paquete griego.
Sin embargo, el daño ya está hecho. El euro, que resistió la crisis económica y financiera, está bajo presión. Por préstamos a diez años los griegos deben ofrecer el doble de intereses que los alemanes.
¿Ayuda financiera incondicional para Grecia?
En las capitales de la eurozona y en Bruselas ya se evaluó de forma discreta si hay que ayudar a Grecia. Una posibilidad serían créditos voluntarios de grandes países del euro. "No dejaremos caer a Grecia", así o algo similar sería la señal de la eurozona.
Un país de la eurozona no debe depender del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington, se dice en Bruselas. Sin embargo, no se echarán campanas al vuelo sobre una posible acción solidaria. "Si hay que salvar a Grecia, no se anunciará previamente", opina un especialista.
Los expertos creen altamente improbable un quiebre de la eurozona, pero en Bruselas hay inquietud, ya que también Italia, Irlanda, Portugal y España tienen fuertes deudas. Los países mediterráneos sufrieron en los últimos años la pérdida de competitividad. Los expertos de la Comisión de la UE creen que deberán realizar fuertes recortes, al igual que Grecia.
Víctima de la especulación
El primer ministro Papandreou cree que su país también fue víctima de los especuladores en los mercados financieros. "Lo que vimos en los últimos meses es un ataque a la eurozona", afirmó recientemente en Davos.
Aún se desconoce si los griegos apoyarán los fuertes recortes. Los empleados públicos ya convocaron a una huelga. Los expertos advierten de protestas sociales si crece la dimensión de las medidas de ahorro.
El caso griego pone a las instituciones de la UE frente a desafíos insospechados. El comisario Almunia propondrá el miércoles, entre otras recomendaciones, que la oficina estadística europea Eurostat tenga más derechos en el control de los números de los presupuestos nacionales, para evitar el maquillaje de cifras, como en el caso griego.
Sin embargo, Austria ya planteó dudas. El comisario español está acostumbrado a los problemas. Hace cinco años fracasó en su primera propuesta para Eurostat. (dpa)
Editora: Emilia Rojas