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Günter Grass: violencia hay también sin armas

Mohamed Massad/mb30 de mayo de 2006

"Escribir en un mundo sin paz" fue el lema del 72 Congreso Internacional del PEN que tuvo lugar en Berlín. En ese contexto, DW-WORLD conversó con el escritor alemán y premio Nobel de Literatura Günter Grass.

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Günter Grass, premio Nobel de LiteraturaImagen: picture-alliance/ dpa

DW-WORLD: Por tercera vez Alemania es sede del Congreso Internacional del PEN, ¿qué significa esto para el país?

Günter Grass: En los dos últimos Congresos que han tenido lugar en Alemania he estado presente: en Hamburgo, hace 20 años, y ahora. En ambos he asumido el discurso inaugural, cada uno bajo una constelación política muy distinta. Hace 20 años, el país todavía estaba dividido, lo mismo que Europa entera; buena parte de las discusiones estaba regida por la enfrentamiento Este-Oeste. Paulatinamente fue poniéndose de manifiesto lo que algunos políticos, como Willy Brandt, aseveraban: que el problema del siglo XXI no sería el conflicto Este-Oeste sino el Norte-Sur. En la situación actual, lo internacional e incluso global del PEN me parece mucho más evidente que hace 20 años.

DW-WORLD: ¿Qué juicio le merece el lema del Congreso?

Günter Grass: En el discurso inaugural partí de que siempre hemos vivido sin paz, si bien unas veces más perceptiblemente que otras. Después de la Segunda Guerra Mundial hasta que estalló el conflicto en Serbia, en Europa éramos de la opinión que la paz había llegado. Las mutuas y recíprocas amenazas entre Este y Oeste nos tenían viviendo bajo el temor atómico; era una paz ficticia, pues la guerra se libraba en otras partes por todo el mundo.

Lo que intento dejar claro es que este estado no pacífico se ha prolongado; eso se mide de otras maneras también, como por ejemplo controlando la industria alimentaria. Existen consorcios norteamericanos que controlan el mercado de las semillas del cereal, poniendo en dependencia a pueblos enteros. Ése es el punto que pusieron en claro políticos como Willi Brandt -a quien admiro mucho- aseverando que el hambre también es guerra. No se trata sólo de la violencia con armas, tan presente en la literatura. Son más bien esos procedimientos terribles y silenciosos que se traducen en hambre, y que han aumentado en un mundo que a juzgar por las posibilidades actuales es más rico que nunca.

Kornfeld mit Fahrspuren bei Grambow
Controlar el mercado de semillas es también ejercer violenciaImagen: transit-Archiv

DW-WORLD: ¿Puede la literatura aportar a la paz?

Günter Grass: No debemos ser arrogantes; tenemos la posibilidad de aportar a largo plazo a cambios de conciencia en los hombres. Me gusta el ejemplo de la Ilustración en Europa: no sólo que los autores de la Ilustración, sea Voltaire o Diderot, fueron censurados inmediatamente y sus libros lograron imponerse después de bastante tiempo, sino que todavía no ha llegado a ciertas regiones europeas. Es un proceso muy lento el de los cambios que tienen como objetivo una mejora. Yo soy bastante desconfiado: por lo general son los ideólogos los que se plantan a decir que existe una meta final: el hombre pacificado, el hombre socialista, la "american way of life". Para mí todo eso son dislocaciones ideológicas a las cuales no quiero aferrarme.

DW-WORLD: En su opinión, a nivel mundial, ¿los escritores cumplen con su obligación?

Günter Grass: Yo no puedo juzgar eso a destajo. Me parece magnífico que exista algo como el PEN, es decir una preocupación por los otros. Sólo con que exista el programa "writers in prison" se explica la necesidad de su existencia. La cantidad de escritores perseguidos, en prisión o asesinados aumenta. Y sabemos que los esfuerzos del PEN y Amnistía Internacional han surtido efecto en cuanto a liberarlos, a atenuarles las condenas, a posibilitarles la salida de sus países. El PEN Alemán, por ejemplo, posibilita que los escritores perseguidos en sus países y que se asilan aquí reciban una beca hasta que logren establecerse. Eso es un asunto de solidaridad. Es una palabra pasada de moda, yo sé, pero que sigue cumpliendo su cometido entre los escritores.

Muhamed Massad im Gespräch mit Günter Grass
Günter Grass durante la entrevista que realizó Muhamed MassadImagen: DW

DW-WORLD: Alemania es el país anfitrión. Hoy hospeda a escritores de todo el mundo; pronto estará "el mundo entre amigos". Pero aquí hay muchos inmigrantes, entre los cuales hay escritores, que están muy preocupados por el incremento del radicalismo de derechas en Alemania.

Günter Grass: Viéndolo políticamente, la derecha radical en Alemania sigue estando aislada. Hay otros países, como Francia con Le Pen, en donde el partido radical de derecha participa en el poder, sobre todo en el sur de Francia. En Italia, el partido post fascista de Fini gobernó con Berlusconi casi una década. En Polonia, vergonzosamente, el gobierno actual se sustenta en dos partidos de la derecha radical. El partido Neonazi alemán nunca ha llegado al Parlamento federal, sólo a los regionales.

Viele leere Köpfe
Neonazis en una manifestación en noviembre de 2003Imagen: PA/dpa

Sin embargo sí que tenemos un radicalismo de derecha que se manifiesta violentamente.Combatirlo no representa una tarea sólo para la policía, sino que es cuestión de mentalidad en la población. Este brutal radicalismo de derecha se nutre sobre todo de los discursos irresponsables y demagógicos de ciertos políticos.