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"¿Hacia dónde, Europa?"

Frank-Walter Steinmeier 21 de julio de 2008

Hace un año la crisis europea parecía superada. Entonces vino el referéndum de Irlanda. Sin embargo el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, está seguro que el Tratado de Lisboa no está perdido.

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El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier.Imagen: picture-alliance/ dpa

Otra vez formulamos esta pregunta. Hace un año estábamos todos tan aliviados. La crisis europea parecía superada. Nos habíamos despedido de la constitución pero se mantenía el proyecto de un tratado de reforma, del cual, pocos meses después, emanaría el Tratado de Lisboa.

¿Y hoy? El nuevo tratado fue ratificado en 23 ocasiones, sólo una vez no pasó la prueba, el 12 de junio en el referéndum en Irlanda; yo aún recuerdo los rostros consternados de los ministros europeos de Asuntos Exteriores cuando pocos días después de la negativa irlandesa nos encontramos en Bruselas.

El proceso de ratificación continuará

Mi colega eslovaco, en ese entonces aún como cabeza del Consejo, formuló con preocupación la pregunta que movía a toda Europa: ¿Qué hay que hacer? ¿Quizás un nuevo tratado? ¿Apegarnos a la reglamentación de Niza? El Consejo Europeo entregó a los pocos días la respuesta: ni lo uno, ni lo otro. No daremos el Tratado de Lisboa por perdido. Queremos que el proceso de ratificación continúe y buscaremos conjuntamente con los irlandeses una solución.

Creo que el Consejo Europeo tomó la decisión correcta. ¡Europa necesita el Tratado de Lisboa! Eso no lo digo sólo porque bajo la presidencia alemana luchamos a su favor en cientos de conversaciones; no, este nuevo tratado regula muchísimas de aquellas cosas que los ciudadanos, con razón, le critican a Europa. Sencillamente es mejor que su predecesor.

Más democrático y capaz de actuar

Lo primero es que Europa será aún más democrática. El Parlamento Europeo, como la única institución en Bruselas elegida directamente, será legislador en igualdad de condiciones. Los parlamentos nacionales serán involucrados de forma temprana en los planes legislativos y podrán, además, acudir a la Corte Europea cuando en su opinión asuntos internos de los países miembros estén siendo regulados a nivel europeo.

En segundo término, Europa tendrá más capacidad de acción. Actualmente Europa está integrada por 27 países miembros y los tratados en pie no se ajustan a esta situación. Mucho menos lo harán cuando se sumen otros países a los que hemos prometido una perspectiva europea. El Tratado de Lisboa contiene los necesarios ajustes institucionales: desde el tamaño de la Comisión hasta los procedimientos de votación en el Consejo. Todo ello haría mucho más eficiente la toma de decisiones.

La voz de Europa en el mundo

En tercer lugar, y este es un punto de suma importancia para mí como ministro de Asuntos Exteriores, con el tratado, Europa tendrá una voz clara en el mundo. Siempre habrá una política exterior nacional, pero las posibilidades de realizar una política europea mejorarán. Aún cuando el nuevo ministro de Asuntos Exteriores no lleve este nombre, sus competencias como presidente del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores y vicepresidente de la Comisión se fortalecerán.

Hoy vivimos en un mundo que cambia dramáticamente, nuevos centros de poder económico y político se constituyen: Rusia, China, India, así como Brasil o México. Necesitamos una responsable alianza global que enlace de forma confiable a las potencias del futuro; protección del clima, escasez de recursos minerales, lucha contra el terrorismo o el desarme, son temas que plantean preguntas y las respuestas debemos buscarlas hoy.

"Necesitamos reglas conformes a la época"

Ningún Estado europeo es lo suficientemente grande para cumplir solo esta tarea. Si queremos tener éxito debemos poder negociar conjuntamente, aún más en un mundo que no piensa esperar hasta que Europa haya solucionado sus problemas internos. Para ello necesitamos procedimientos conformes a la época, como los previstos en el Tratado de Lisboa. Por eso es correcto que nos aferremos a él.

Naturalmente que la situación actual no es fácil, ni para Irlanda ni para el resto de los Estados miembros. Los irlandeses aseguraron que este mismo año presentarán sus propuestas para encontrarle una salida a la situación; ellos también solicitaron tiempo para analizar tranquilamente las razones del rechazo al tratado. Yo soy partidario de otorgarles ese tiempo. Soy optimista en cuanto a que al final se logrará encontrar una buena solución que también sea aceptable para la gente de Irlanda.

Ningún callejón sin salida para Europa

Europa es una historia exitosa. Políticos de gran visión la concibieron, la construyeron y nos la entregaron. Paz y bienestar, esas fueron las promesas de la fundación europea que hoy ampliamente han sido ampliamente cumplidas. ¿Podremos también sostenernos en el mundo global del futuro? Esta es la pregunta frente a la cual nos encontramos cuando hablamos de lo que debe suceder en torno al Tratado de Lisboa.

Hendrik Brugmans, un decidido europeo desde el comienzo, profetizó hace 50 años que “sólo unidos como europeos podremos hacer política mundial”. Yo le doy la razón, la negativa irlandesa no debe convertirse en un callejón sin salida para Europa.

Frank-Walter Steinmeier es ministro federal de Asuntos Exteriores y Vicecanciller de la República Federal Alemana, adicionalmente es vicepresidente del SPD.