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Haití en las garras de la violencia

ers25 de febrero de 2004

Alemania redobló el llamado a sus ciudadanos a abandonar Haití, en vista de que la violencia arrecia y se esfumaron las esperanzas de un pronto acuerdo con la oposición, que insiste en exigir la renuncia de Aristide.

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Puerto Príncipe se apronta a lo peor, levantando barricadas.Imagen: AP

El llamado de auxilio que lanzó a la comunidad internacional el presidente haitiano, Jean Bertrand Aristide, no hace más que confirmar lo que los hechos vienen presagiando desde hace días: la inminente posibilidad de que la crisis desemboque en un baño de sangre. Tras la negativa de la oposición a aceptar el plan de paz internacional, que contemplaba la cesión de parte del poder, pero no la dimisión del gobernante, las esperanzas parecen volcarse hacia las gestiones de Francia que, como antigua potencia colonial, está dispuesta a mediar en el conflicto. De hecho, el ministro de Relaciones Exteriores galo ha ofrecido reunirse con representantes de las partes, en París, pero es difícil que un acuerdo político pueda surtir efecto en tanto no se logre desactivar a los grupos armados de diversa procedencia que marcan el tono en esta rebelión.

Orden: primera prioridad

Ese es el verdadero dilema de Haití. Poco parece haber cambiado desde los tiempos de los escuadrones de la muerte y los "tonton macoute". Resabios de esas bandas de Papa Doc y Baby Doc afloran en la violencia actual, sin dejar de lado a las "quimeras" y a los simples delincuentes que aprovechan la coyuntura. Los más perjudicados siguen siendo, como siempre, los más pobres. Y, en el caso de Haití, ese calificativo corresponde a bastante más de la mitad de la población.

La destrucción y los pillajes afectan también a las organizaciones humanitarias, que intentan paliar las miserias de los haitianos. Así le ocurrió, por ejemplo, a la sede de la institución alemana "Welthungerhilfe, de lucha contra el hambre, en Cap Haitien, la segunda ciudad del país en tamaño. "Grupos armados redujeron a nuestro personal de seguridad y saquearon por completo nuestra oficina", explicó el coordinador, Balthasar Stammbach, quien puntualizó que la "primera prioridad es el rápido restablecimiento del orden público, a través de la mediación de la comunidad internacional."

Desastre humanitario

Dicha organización alemana lleva a cabo proyectos en Haití desde 1975, sobre todo en los campos de alimentación, abastecimiento de agua potable, reforestación y construcción de caminos, cuyo volumen asciende a unos 33 millones de euros. Debido a los disturbios, sus actividades se han visto interrumpidas desde hace una semana y ahora será necesario reconstruir completamente la infraestructura necesaria para su labor.

Ese es sólo un botón de muestra de los nefastos efectos que este conflicto tendrá en el plano humanitario. También la UNICEF ha advertido perentoriamente de las consecuencias para la población infantil, en un país en que de por sí un 10% de los niños muere antes de cumplir seis años de vida. Paralelamente, organizaciones de derechos humanos alertan contra el baño de sangre que podría producirse si los rebeldes se enfrentan a los seguidores armados de Aristide. En Puerto Príncipe se levantan ya barricadas, pero difícilmente sirvan para contener la ola de violencia que avanza hacia la capital. Por lo pronto, en Berlín, el Ministerio del Exterior reforzó sus advertencias, exhortando perentoriamente a salir de Haití a los alemanes que no tengan razones imperiosas para permanecer allí.