Hamburgo, un club en crisis
5 de febrero de 2014La derrota 0-3 ante el Hoffenheim este fin de semana no fue simplemente “una más” para el Hamburgo. Por el contrario, la quinta en serie en la actual temporada dejó al descubierto lo que muchos prefirieron no ver durante largo tiempo: el tradicional club del puerto alemán se encuentra en una profunda crisis, una situación que no es nueva pero en esta oportunidad sí es inocultable. Lo peor de todo es que parece que no hay nadie que tenga una solución a la amenaza del descenso.
Fútbol estático
Los analistas del fútbol en Alemania no salen de su asombro al revisar las tres más recientes derrotas del Hamburgo y compararlas con las estadísticas del rendimiento de sus jugadores en la cancha. Contra el Maguncia (2-3), los futbolistas del Hamburgo corrieron cuatro kilómetros menos que sus rivales; contra el Schalke (0-3) fueron 6 kilómetros menos; este fin de semana, ante Hoffenheim (0-3), fueron nueve kilómetros menos.
Al revisar esos números perder no es sorpresa, pues el Hamburgo envía once futbolistas a la cancha, pero en la práctica el equipo corre como si solo tuviera diez. Además, los problemas están programados cuando un equipo empieza el año 2014 sin anotar ningún gol. Si a ello se le agrega el ser la portería más vencida de toda la Bundesliga (44 goles en 19 jornadas), es comprensible que el club enfrente el fantasma del descenso a la segunda división, donde nunca ha estado en toda su historia.
En la búsqueda de los responsables de la preocupante situación del Hamburgo el primer nombre que se menciona es el de su entrenador, Bert van Marwijk. Marwijk ha esquivado las críticas y se ha mostrado reacio a asumir cualquier tipo de culpa. “Si hay alguien que pueda hacerlo mejor, que me lo digan”, respondió a sus opositores van Marwijk, quien goza de gran respeto y reconocimiento internacional luego de haber llevado a Holanda a la final del Mundial de Sudáfrica 2010.
Su compatriota Rafael van der Vaart saltó también a defenderlo y dijo “no es culpa del entrenador”. Con ello le dio argumentos a aquellos que en busca de explicaciones a la crisis del club ya han señalado al jugador holandés con el dedo acusador. Él no solo es el capitán del Hamburgo, también su jugador más prestigioso. Sin embargo, su aporte al rendimiento colectivo es muy discreto, y su presencia en las noticias usualmente tiene más que ver con asuntos privados que con los deportivos. No en vano algunos comentaristas han afirmado con sarcasmo que en un partido sin tiros de esquina o tiros libres “van der Vaart no tendría trabajo”.
¿Y qué hace la dirigencia?
Si bien en la cancha las cosas no funcionan, los problemas del Hamburgo no son solo deportivos, también son administrativos. Bert van Marwijk es el sexto entrenador que el club tiene en cinco años, una muestra de que la dirigencia ha reaccionado ante los problemas de los últimos años con soluciones a corto plazo, despidiendo a lo entrenadores en vez de confiar en el proyecto de alguno de ellos.
En las más recientes temporadas de la Bundesliga la situación no ha cambiado demasiado: el Hamburgo ha estado más ocupado con evitar una vertiginosa caída en dirección a la segunda división, que en consolidar una idea y un trabajo que le permita aspirar en el futuro al título alemán. Séptimo en el 2013, posición 15 en el 2012, en el 2011 octavo, y en el 2010 también séptimo. Es evidente que el club en vez de progresar está estancado en su desarrollo, y ello con una plantilla de jugadores entre los que se cuentan varios internacionales alemanes (Rene Adler, Heiko Westermann, Marcell Jansen), holandeses (van der Vaart), y croatas (Ivo Ilicevic, Milan Badelj) que estarán en el Mundial de Brasil 2014.
Por iniciativa de los aficionados el Hamburgo inició recientemente un proceso de “autoreforma” que separa al equipo profesional de fútbol del resto del club deportivo para permitirle la transformación en una sociedad de accionarios similar al Bayern Múnich. En Hamburgo, mediante la venta del 25 por ciento del equipo, esperan obtener la próxima temporada recursos adicionales por 100 millones de euros.
Este sería quizás un principio de solución a los problemas del Hamburgo, si se administra de forma apropiada el club, lo cual a la fecha muchos ponen en duda, especialmente cuando analizan las contrataciones que ha hecho la dirigencia recientemente y se enteran que en la plantilla del equipo hay 13 mediocampistas, pero solo dos delanteros disponibles.