“Hay un compromiso con el idioma propio”
25 de octubre de 2013Este 26 de octubre, Sibylle Lewitscharoff recibe en Darmstadt el Premio Georg Büchner. Es conocida entre el gran público desde 1998, cuando ganó el Premio Ingeborg Bachmann al debutar con su novela “Pong”. Lewitscharoff es teóloga y escribió varias novelas. Deutsche Welle la entrevistó en Roma, donde habló sobre la influencia de Georg Büchner en su obra, sobre sus proyectos y sobre el idioma alemán.
Deutsche Welle: Una vez remarcó que no se siente demasiado atraída por la obra de Georg Büchner, en cuyo nombre se otorga el premio literario más importante en lengua alemana.
No es un verdadero referente en lo que a mí respecta. Hay otros escritores a los que tomé mucho afecto y con los que siento un vínculo muy fuerte. Jean Paul Sartre, por ejemplo. Pero mi gran amor sigue siendo Franz Kafka. Con Büchner aún tengo que construir ese vínculo.
En la argumentación del jurado dice “Sibylle Lewitscharoff amplía la percepción exacta del presente alemán en el campo de lo satírico, de la leyenda y de lo fantástico”. ¿Está de acuerdo con eso?
Eso que se me adjudica es muy bonito, pero no sé si da en el clavo. Es difícil hablar así sobre sí mismo.
Ahora que está en Roma, ¿se siente inspirada para su proyecto novelístico acerca de Dante Alighieri?
El proyecto ya había nacido antes de llegar a Roma, pero es muy positivo que me hayan invitado a la Villa Massimo. Claro que aquí puedo profundizar en el tema, aunque no finalizaré la novela. Pero es una maravillosa casualidad poder estar otra vez en Roma y poder concebir una novela cuyo tema nació en esta ciudad.
Cuéntenos sobre este proyecto.
Me he ocupado de Dante de manera intensiva. Es realmente un gran escritor, una gran figura literaria de su siglo. Con Dante no solo se aprende la lengua italiana, sino que se lee la mayor obra literaria que produjo la cultura cristiana. Lo que más me atrajo es sumergirme en el mundo de Dante, escribir sobre él y sobre el siglo en el que le tocó vivir. Lo que me interesó es la idea de un congreso que se ocupa de Dante y de un milagro que irrumpe, un milagro que no tiene nada que ver con Dante. ¿Qué pasaría con la humanidad se produjese otro milagro de Pentecostés?
Es decir, que se trata de un congreso sobre Dante en el que participan personas de diferentes países y con diferentes idiomas. ¿Qué papel juega allí el tema del idioma?
Tiene un rol muy importante porque se trata de la resolución de la confusión babilónica. Las personas no se entienden al hablar diferentes idiomas. Se trata de revivir un gran tema bíblico, algo nada fácil para un escritor, por supuesto. Es un tema que toca a todos: ¿qué es lo que hacemos exactamente con el idioma? ¿Qué sucede en los diferentes idiomas? Es muy interesante, a mi modo de ver.
El idioma sigue siendo un rasgo generador de identidad.
Así es. Por eso estoy muy en contra de tratar de escribir la novela universal. Eso no funciona. Uno está ligado al propio idioma y está comprometido con él y con la sociedad en la que vive. Eso no se puede internacionalizar fácilmente. Esa es la tarea de los traductores, que elaboran el original en su lengua y lo hacen accesible a su idioma. Pero eso es un proceso muy diferente a pretender internacionalizar lo que se escribe. No creo en eso en absoluto.
Es decir que su próxima novela trata sobre el entendimiento entre seres humanos que hablan diferentes idiomas. Ante ese trasfondo, ¿cuál es su opinión acerca del idioma alemán en comparación, por ejemplo, con el inglés?
Yo sólo puedo escribir en alemán. Es decir que tengo que superar ese obstáculo, tengo que hallar una solución inteligente para mis personajes, que hablan diferentes idiomas. Pero, sin embargo, quiero escribir una novela alemana. No puedo hacer hablar a mis figuras en diferentes idiomas. Mis lectores dejarían de leerla. Tengo que llevar de vuelta ese aspecto al alemán, pero, al mismo tiempo, tratar de los otros idiomas se trasluzcan en la novela. Una tarea bastante difícil, por cierto.
Hoy en día –al menos en Europa- hay muchos países a los que les va mal económicamente y no pueden ofrecer un futuro laboral a la juventud. Es un momento en el que las clases de alemán en los Institutos Goethe están llenas de alumnos, tanto en Grecia como en España y Portugal.
¿Cree usted que también hay un interés en la cultura alemana? ¿Es la cultura también generadora de identidad?
Yo diría que en Europa hay una identidad cultural que se da a lo largo de tradiciones muy diversas, a través del Imperio Romano, del Imperio Alemán, de los Habsburgo, eso tiene una larga historia. Sobre todo la cultura romana tuvo una gran influencia y se mantuvo a través de varias generaciones. Pero no somos concientes de ello, ya que se trata de procesos inconcientes.
¿Qué es para usted ‘cultura'?
No me gusta ampliar demasiado el concepto de cultura porque se vuelve nebuloso. Para mí, la cultura está formada por áreas tradicionales como la literatura, las artes plásticas, el teatro, la música. Pero no siempre forma parte de eso la sociedad en la que se produce cultura, ya que eso le quita solidez al concepto.
Entrevista: Jochen Kürten (CP)
Editora: Emilia Rojas