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Hooligans: ¿comandos organizados?

Daniel Martínez17 de junio de 2016

El principal problema de la Eurocopa Francia 2016 es la violencia que generan los hooligans, aficionados al fútbol que al parecer buscan los enfrentamientos y las peleas con métodos muy bien planeados.

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Frankreich Hooligans Randale in Marseille
Imagen: Getty Images/C. Court

En Colonia, frente a la imponente catedral gótica que a tantos turistas de todo el mundo atrae, tres españoles fueron golpeados por seis hooligans rusos que se encontraban de paso por Alemania. Los españoles terminaron atendidos por los médicos, los rusos bajo custodia de la policía, que investiga sus posibles vínculos con los brotes de violencia durante la Eurocopa que al parecer podrían no ser tan espontáneos como se piensa.

En las redes sociales circulan diferentes videos en los presuntamente se puede observar cómo se entrenan los hooligans para las peleas que luego escenificarán en la vida real, bien sea en las calles de las ciudades sedes de la Eurocopa, o en la tribuna de los estadios donde se juegan los partidos del torneo de Francia 2016.

Refiriéndose a los actos de violencia durante el evento deportivo más importante del fútbol del Viejo Continente, el fiscal general de Marsella, Brice Robin, ha llegado incluso a afirmar que “esa gente está muy bien entrenada para hacer lo que hace”. Aún así, oficialmente no hay ninguna prueba de que los incidentes criminales hayan sido planeados con antelación.

De todas formas, la sospecha de que se trata de choques premeditados se mantiene muy viva, y las circunstancias en las que ocurrieron, y la manera en la se desarrollaron, alimentan las dudas. Los lugares en los que los hooligans atacan, y los momentos que aprovechan para hacerlo, son demasiado oportunos como para no despertar suspicacias.

El ejemplo ruso

En Alemania, luego de la golpiza propinada a los turistas españoles en Colonia, las autoridades han podido establecer que los agresores rusos estuvieron en los partidos de la Eurocopa Rusia – Inglaterra y Rusia – Eslovaquia. Además, en su poder se encontraron elementos propios de integrantes de bandas de hooligans como máscaras y protectores de dientes.

Pero quizás lo que más suspicacias ha despertado es el hecho de que regresen a Rusia vía terrestre luego de haber volado directamente de Moscú a Marsella. Según declaraciones de Pawel Klymenko al periodíco suizo NZZ, la mayoría de los hinchas rusos se desplazaron gratis a la Eurocopa en vuelos chárter. Klymenko, integrante de la organización Fútbol Contra el Racismo en Europa, sostuvo también no debería sorprender lo sucedido en el estadio de Marsella porque en su opinión todo lucía muy bien organizado.

Esta percepción la refuerzan los testimonios de un hooligan ruso recogidos por la agencia francesa de prensa AFP. “120 rusos espantaron a 2000 ingleses y todo el mundo fue testigo”, declaró, y agregó que de su país vinieron los hombres más fuertes solamente con el objetivo de buscar peleas en la Eurocopa. Otro, cuyo testimonio presentó la cadena radial alemana SWR bajo el nombre de Vladimir, dijo lleno de orgullo: “Estoy feliz, desde hace diez años esperaba por una oportunidad como esta. Tuvimos mucha suerte porque la policía no pudo hacer nada”.

Los nuevos capos

Al respecto Jonas Gabler, experto en temas de violencia en el deporte y comportamiento de los aficionados, reveló en conversación con Focus Online, que los hooligans rusos son actualmente unos de los más peligrosos del mundo pues han “profesionalizado” sus actividades. “Esos hinchas ya son máquinas de combate que se preparan con intensos entrenamientos físicos, de deportes de contacto y combate, y artes marciales”.

La interpretación que se le ha dado en círculos de expertos a lo sucedido en el estadio de Marsella es que los hooligans rusos, al atacar en la Eurocopa a los ingleses, los más famosos internacionalmente, estaban buscando oficializar su nueva posición de liderazgo y públicamente dar a conocer que ahora ellos son “los más fuertes”. De ser esto así, sería claro que en Francia no fueron aficionados normales los encargados de los desordenes, sino comando organizados de hinchas de la violencia y no del fútbol.