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¿Nace el G-2 que relega a Europa?

20 de enero de 2011

Estaban los Obama pero también ex presidentes, estrellas y otras personalidades: la cena de Hu Jintao en Washington se celebró por lo grande, la cumbre estuvo cargada de honores, y Europa mira no sin cierto temor.

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Michelle Obama, Hu Jintao y Barack Obama en la Casa Blanca.Imagen: AP

No fue una mera comida, un apretón de manos ante las cámaras, un encuentro de trabajo con ronda de reuniones entre las delegaciones. No, fue una recepción en toda regla, un honor como el que Barack Obama, en sus dos años de presidencia, sólo le ha brindado a otro mandatario de un BRIC, el primer ministro indio, Manmohan Singh, y a un vecino, el presidente de México, Felipe Calderón.

Pese a que, además del glamour de la cena con los Obama, con ex presidentes como Bill Clinton y Jimmy Carter y estrellas como Jackie Chan y Barbra Streisand, Hu Jintao tuvo que someterse a las incómodas preguntas de periodistas y congresistas acerca del trato que su país dispensa a los derechos humanos, el jefe del Estado chino abandonará Estados Unidos habiendo entrado por la puerta grande. De vuelta a Pekín se llevará consigo el título de mandatario de la gran potencia mundial en emergencia que le ha otorgado la prensa internacional. En Estados Unidos dejará en su ocaso al jefe de la primera potencia del ayer. Y mientras tanto, Europa seguirá preguntándose: y nosotros, ¿qué?

Hu Jintao US Weißes Haus NO FLASH
El jefe del Estado chino, Hu Jintao, es recibido con honores en Washington por el presidente estadounidense, Barack Obama.Imagen: AP

“El G-2 se consagra”

Desprenderse de los tiempos de gloria nunca es tarea sencilla. A la Europa desvastada por la II Guerra Mundial le costó renunciar a los suyos y, en realidad, siempre creyó que en algún momento volverían: cuando hubiera dejado atrás los fantasmas del enfrentamiento bélico, cuando sus fábricas volvieran a producir y su suelo a ser cultivable, cuando estuviera unida, cuando el binomio germano-galo no se combatiera sino que impulsara junto al Viejo Continente.

Salvo la verdadera unidad, las condiciones para el renacer parecen darse. Tal vez por ello se aferren los europeos a localizar el obstáculo para la recuperación del liderato de la política mundial en que no consiguen “hablar con una sola voz”. Pero, ¿y si resulta que entretanto ya han sido superados? Por China, por ejemplo. ¿Y si su gloria se fue para no volver?

“La visita de Hu Jintao a Washington representa la consagración de ese G2 que en estos momentos se sitúa a la cabeza del mundo. A su lado, la posición de la vieja Europa se distancia, y resulta evidente que hay de qué preocuparse viendo cómo el centro de gravedad del mundo se aleja del Atlántico”, escribe el diario español ABC sobre la actual estancia del mandatario chino en Estados Unidos.

“Del G-2 no hay ni rastro”

China invierte en África, en América Latina, pero cada vez más en Europa y también en Norteamérica. Tras la sesión con los congresistas de hoy jueves (20.01.11), Hu Jintao emprendió el viaje a Chicago, donde más de 40 empresas chinas tienen su sede.

En todo el mundo compra China recursos naturales, compañías, bonos del Estado europeos o estadounidenses. China consume: mientras las ventas de coches cayeron el año pasado en la Unión Europea un 5,5%, subieron en 34% en el país asiático, que se ha convertido en el principal mercado de turismos del mundo. Un 34,7% aumentó el comercio internacional chino en 2010. Mientras que Estados Unidos sigue luchando contra la crisis y Europa por la estabilidad del euro, la economía china creció el pasado ejercicio un notable 10,3%.

“China da miedo”, apunta el rotativo alemán Rheinische Post. También los europeos le han hecho la corte a Hu Jintao en cada país que ha visitado, y repasado después cuántos acuerdos millonarios se han cerrado a su paso. Ahora temen verse relegados del lado de Estados Unidos por tanto poderío económico. Incluso entre los rusos se percibe ligeramente el resentimiento de a quien le están quitando un papel.

“Los norteamericanos se han dado cuenta de que ninguno de los problemas globales se puede solucionar sin China”, prosigue en su comentario el Rheinische Post, “pero del establecimiento de una cooperación, del G-2 con el que soñaba Obama, no hay ni rastro”. Estados Unidos y China están condenados a entenderse, no se entienden voluntariamente, concluye el periódico germano. En afinidad aún gana Europa, y al menos ese consuelo queda a este lado del Atlántico.

NO FLASH Hu Jintao in Paris
También Europa le hace la corte a China: el presidente francés, Nicolas Sarkozy, con el mandatario chino Hu Jintao en noviembre de 2010 en París.Imagen: AP

Estancamiento, avance y perspectiva

El viernes (21.01.11) emprende Hu Jintao el regreso a una China que tras la cumbre en Washington parece estar más que nunca en el centro del mundo. Allí los medios celebran el encuentro como todo un éxito, cosa que seguramente no hubiera sido diferente en caso de fracaso: la libertad de prensa sigue sin estar asegurada en el país asiático, en el respeto a los derechos humanos continúan sin darse pasos significativos y, aunque Obama se lo recordó a su invitado y éste reconoció que en la materia a su Gobierno aún le queda mucho por hacer, las esperanzas de que las palabras caigan en suelo fértil son pocas.

Tampoco en el para Estados Unidos y Europa importante tema de la cotización del yuan ha logrado Obama sacarle concesiones a Hu Jintao. En cuanto al programa nuclear de Corea del Norte, al menos se consiguió una declaración conjunta en la que China expresa su “preocupación” por los planes atómicos de la vecina república. Qué significa eso está por verse, al igual que la solvencia del “nuevo ambiente” creado entre Washington y Pekín y del lugar que éste le reserva a Europa.

Autora: Luna Bolívar

Editor: Pablo Kummetz