Idleb: millones de vidas en juego en Siria
17 de septiembre de 2018Esta es una victoria diplomática del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan: logró convencer al presidente ruso, Vladimir Putin, durante una visita a Sochi, del establecimiento de una zona desmilitarizada en Idleb, hasta el 15 de octubre.
Todos los combatientes de la oposición tendrían que abandonar esa zona, de 15 a 20 kilómetros de ancho, pero deberán entregar todas sus armas pesadas. Soldados turcos y la Policía Militar rusa tendrán que controlar esta franja juntos. Según palabras del ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, "con dicho acuerdo queda excluido un ataque contra Idleb”, el último territorio de los insurgentes en Siria.
"En Ideb está en juego la vida de, por lo menos, dos millones y medio de personas, entre habitantes y refugiados internos de Siria”, dijo a DW Ilyas Saliba, experto en Medio Oriente de Amnistía Internacional. "La experiencia de la guerra en Siria nos ha mostrado que en las últimas ofensivas, contra Aleppo y el Este de Ghouta, por ejemplo, los civiles fueron víctimas de bombardeos arbitrarios con bombas de cañón, de racimo y gas venenoso", advierte Saliba.
Turquía y sus intereses propios
La intervención de Erdogan frente al presidente ruso se debió a intereses estratégicos. Ankara apoya a una parte de la oposición contra Bashar al Assad. Además de la catástrofe humanitaria, el temor a una masiva migración de refugiados hacia Turquía obligó a Ankara a llegar a un acuerdo diplomático con Rusia. Mustafa Yeneroglu, político del partido gobernante AKP, había advertido de que "si cerca de un millón de sirios buscaba refugio en Turquía, esto traería catastróficas consecuencias adicionales”.
Yeneroglu calló, empero, que el Gobierno turco quiere evitar, bajo cualquier circunstancia, el surgimiento de una región autónoma kurda en la frontera con Turquía. El gobierno de Ankara teme que los kurdos en Siria puedan apoyar a la minoría kurda en Turquía. Al acuerdo de Sochi le precedió una reciente cumbre entre Turquía, Rusia e Irán, en Teherán.
Alivio en Berlín
Tras una reunión con su homólogo ruso, Sergei Lavrov, el Ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, había dejado en claro la petición de Alemania de no atacar Idleb. Sin embargo, Maas aún no ha respondido a una de las cuestiones más urgentes: ¿Deberá tomar parte Alemania en una acción militar si el régimen sirio usara gas venenoso contra su pueblo? Su partido, el socialdemócrata SPD, lo había rechazado estrictamente. Sin embargo, su colega, la ministra de Defensa, Ursula von der Leyen (CDU), no lo descartó.
La semana pasada, el enviado de Estados Unidos en Siria, James Jeffrey, le solicitó al Gobierno de Berlín una participación militar activa en Siria. Pero el servicio científico del Bundestag ya había clasificado esa participación como inconstitucional y contraria al derecho internacional. El acuerdo entre Erdogan y Putin disolvió este problema.
Daniel Heinrich (JOV/CP)
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