La cumbre de la incertidumbre
24 de mayo de 2012Más crecimiento; esa fue la máxima defendida por el presidente de Francia, François Hollande, en la cumbre de la Unión Europea (UE) celebrada este miércoles (23.5.2012), mientras la canciller alemana, Angela Merkel, argumentaba a favor de fortalecer el mercado interno comunitario y hacer enmiendas estructurales nuevas. La diferencia más importante entre ambos mandatarios aflora cuando cada uno propone el que, a sus ojos, es el balance ideal entre medidas de austeridad, reformas e impulsos para el desarrollo económico.
Así describe Janis Emmanouilidis, del think tank bruselense Centro para Políticas Europeas (EPC, sus siglas en inglés), las tensiones que dominaron el encuentro de los líderes comunitarios y que quedaron irresueltas tras horas de debate. Merkel rechaza de plano el otorgamiento directo de créditos a los Estados de la UE por parte del Banco Central Europeo (BCE), una moción que Hollande y otros gobernantes favorecen. “Para Berlín, la renegociación de los estatutos del BCE está fuera de toda consideración”, comenta Stefan Seidendorf. A juicio de este experto del Instituto Franco-Alemán de Ludwigsburg, Baden-Wurtemberg, Hollande quisiera tener mayor acceso a los aportes del BCE, pero no a costa de alterar la redacción del Tratado de Lisboa.
La preferencia de Hollande por los eurobonos es compartida por el jefe del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, y el primer ministro italiano, Mario Monti. No obstante, la mujer fuerte de Berlín volvió a rechazar categóricamente ese instrumento financiero.
De que la palabra de Merkel tiene peso, no cabe duda. Pero Emmanouilidis percibe que la presión sobre la canciller se intensifica para que ceda de cara a los eurobonos, tanto en Alemania como a escala continental. “Hay cada vez más socios haciendo exigencias en este sentido”, dice el analista. Y, puertas adentro, aumenta también el número de expertos financieros que consideran necesaria la creación de títulos de deuda compartidos. Martin Schulz, el alemán que preside el Parlamento Europeo, secunda esa moción.
El forcejeo continúa
Cuando comenzó la cumbre de la UE, Schulz criticó el hecho de que Alemania haya liberado emisiones de deuda pública con un interés del 0,0 por ciento recientemente, mientras otros Estados europeos deben pagar seis por ciento.“Esta desigualdad destruye a la Unión Europea. Es por eso que el debate en torno a los eurobonos constituye un debate sobre cómo queremos sobrevivir en el bloque comunitario”, declaró el socialdemócrata. Aunque esas palabras no cayeron en oídos sordos, Merkel sigue sin dar su brazo a torcer.
La jefa del Gobierno germano tampoco quiere renegociar el pacto fiscal, cuya aceptación tanto le costó conseguir. Durante la campaña electoral que lo llevó a la presidencia, Hollande exigió redefinir ese pacto y no ha dejado de insistir en ello porque su forcejeo por el poder en Francia aún no ha terminado: en junio tendrán lugar elecciones legislativas y tanto la derecha como la ultraderecha pueden aliarse para hacerle la vida difícil. En otras palabras, Hollande tiene que empezar a cumplir promesas lo antes posible.
Pese a todo, Seidendorf enfatiza que ya en el pasado las grandes diferencias franco-alemanas han sido resueltas mediante concesiones mutas. “Lo importante es que las partes en discordia utilicen los instrumentos a la mano para llegar a acuerdos sin perder más tiempo”, señala el conocedor de esas relaciones bilaterales. A sus ojos, los equipos de Merkel y Hollande deben buscar acoplarse para empezar a hacer recomendaciones conjuntas. A finales de junio tendrá lugar otra cumbre comunitaria y esta vez se esperan resultados concretos.
De aquí a ese momento, es seguro que los comicios legislativos en Grecia volverán a influir sobre la política continental. En la reunión de este 23 de mayo, los socios comunitarios reafirmaron que los griegos podían contar con la ayuda de sus vecinos y expresaron su deseo de que el país sureuropeo permanezca en la zona euro, pero advirtieron que eso solo sería posible si Atenas cumplía con las condiciones fijadas para recibir auxilios financieros. Si los opositores a las medidas de austeridad ganan las elecciones parlamentarias del 17 de junio, la situación se dificultará aún más para Grecia.
Autores: Daphne Grathwohl / Evan Romero-Castillo
Editora: Emilia Rojas Sasse