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Disenso e indecisión en Grecia

1 de octubre de 2011

Los inspectores de las finanzas griegas están en Atenas para liberar el siguiente tramo de auxilios económicos, pero su disenso con el Gobierno sobre cómo aplicar los recortes fiscales impide una decisión más resuelta.

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Miembros del equipo de inspección de la deuda griega, a su llegada a Atenas el 29 de septiembre.Imagen: dapd

Al reunirse este sábado (1.10.2011) con miembros del estamento ateniense para liberar el siguiente tramo de auxilios económicos para Grecia, los emisarios de la UE, el BCE y el FMI se mostraron preocupados por la constelación de circunstancias que pueden llevar al país a la quiebra. Ese es, hasta ahora, el peor de los escenarios. Y es que la bancarrota griega puede terminar despedazando las hojas de balance de los bancos europeos, ensombreciendo las perspectivas de la moneda comunitaria y desatando una nueva crisis financiera global.

 
Los 8.000 millones de euros que Atenas está esperando para no caer en moratoria en las próximas semanas sólo fluirán hacia las arcas griegas si el Gobierno demuestra estar en capacidad de aumentar los impuestos, reducir los sueldos de los empleados públicos y desprenderse de un 20 por ciento de ellos de aquí a 2015. En términos políticos y legales, el despido de los trabajadores estatales es uno de los compromisos más difíciles de cumplir porque la Constitución les garantiza empleo de por vida.
 
Los negociadores de la UE, el BCE y el FMI han hecho hincapié en que, si el Gobierno de Giorgos Papandreu planea dejar “en reserva” a 30.000 empleados en los próximos meses –pagándoles el 60 por ciento de su salario por un año y despidiéndolos sólo si no se les reubica en nuevos cargos–, esa reserva debe ser “real”, no “virtual”. La aclaratoria fue formulada en repetidas ocasiones para evitar que sólo fueran despedidos los trabajadores a punto de ser jubilados, una táctica que no contribuiría a alcanzar el recorte fiscal fijado como meta.
 
¿Qatar, al rescate?
 
Ivan Miklos, DW-TV MiG
Ivan Miklos, ministro de Finanzas de Eslovaquia.
A juicio del ministro de Finanzas eslovaco, Ivan Miklos, los expertos de la Eurozona deben empezar a blindar al bloque comunitario para una eventual quiebra coordinada de Grecia. “Si arribamos a la conclusión de que la situación en Atenas no puede sostenerse más, tenemos que evaluar hasta qué punto estamos preparados para su bancarrota y para evitar el contagio de la crisis a otros países”, sostuvo Miklos al ser consultado por el periódico checo Lidove Noviny.
 
Entre las pocas buenas noticias provenientes del país sureuropeo figuraba el encuentro en la capital griega de Papandreu y el jefe de Estado de Qatar, el jeque Hamad bin Jalifa al Thani, quien mostró interés en invertir en Grecia; los medios locales especularon sobre la posibilidad de que el emirato árabe creara puestos de trabajo, patrocinando labores de infraestructura en el aeropuerto de Atenas Hellinikon, que está cerrado desde hace casi una década. Sin embargo, la reunión terminó sin declaraciones sobre cooperaciones concretas.
 
Desde el Principado de Liechtenstein, el jefe del Gobierno, Klaus Tschütscher, propuso a Grecia la creación de un convenio tributario a imagen y semejanza del modelo germano-suizo, con la intención de que Atenas pueda exigir sus derechos fiscales. Aunque en Liechtenstein no abunda el dinero griego no declarado, Tschütscher sugirió que una medida como esa ayudaría a enfrentar otro problema que ha desangrado las arcas del Estado griego: la evasión de impuestos.
 
Alemania no aportará más recursos al fondo de rescate europeo
 
Bundestag Debatte Euro-Rettungsschirm Schuldenkrise Krise Schäuble
Wolfgang Schäuble, ministro alemán de Finanzas. (Archivo)Imagen: dapd
Grecia nunca había estado tan presente en el día a día de los alemanes como ahora, cuando su crisis fiscal se ha convertido en un asunto de política interior. El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, volvió a asegurar este sábado (1.10.2011) que Alemania no aportaría ni un centavo más al Fondo Europeo de Estabilidad Financiero (EFSF, son sus siglas en inglés), cuya ampliación acaba de ser aprobada en el Parlamento.
 
“Este mecanismo tiene un techo de 440 mil millones de euros, de los cuales 211 mil millones corren por cuenta de Alemania. Pero eso es todo. Punto”, declaró el político de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) al semanario Super-Illu, uno de los más leídos en el este del país, subrayando que el Mecanismo Europeo de Estabilidad que sustituirá al EFSF a partir del 1 de julio de 2013 será más pequeño.
 
Por su parte, el ministro federal de Exteriores, Guido Westerwelle, exigió que los Estados en riesgo de bancarrota por el peso de sus deudas sean sometidos a una vigilancia más severa por parte de Bruselas. “Tener el derecho a escrutar sus procesos y a hacerles recomendaciones no es suficiente”, enfatizó Westerwelle en una entrevista publicada por el diario Süddeutsche Zeitung este 1° de octubre.
 
El costo político de medidas impopulares
 
Bundesaußenminister Guido Westerwelle im Deutschen Bundestag
Guido Westerwelle, ministro federal de Exteriores. (Archivo)Imagen: picture alliance/dpa
“Los países que en el futuro se beneficiarán de la solidaridad de un fondo de rescate deberían darle a las autoridades europeas el derecho a intervenir en sus decisiones presupuestarias”, agregó el ministro de Exteriores, uno de los líderes del Partido Liberal (FDP). Tanto Schäuble como Westerwelle saben que la forma en que se ha decidido solucionar la crisis de las deudas en Europa es percibida con desconfianza en territorio germano y que las medidas impopulares suelen tener un costo político.
 
Según una encuesta que publicará este 2 de octubre el semanario Bild am Sonntag, el periódico dominical de mayor tiraje en Alemania, el 58 por ciento de sus habitantes considera una error la ampliación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiero, aprobada el jueves (29.9.2011) en el Bundestag con miras a evitar la quiebra del Estado griego y el empeoramiento de las deudas fiscales de Irlanda y Portugal.
 
Autor: Evan Romero-Castillo
Editor: Enrique López