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Independencia y perseverancia

3 de enero de 2012

Las carreras universitarias en Alemania han reducido su duración por la introducción del bachelor, modelo que causa dolores de cabeza a muchos estudiantes extranjeros. La mitad interrumpen sus estudios.

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Las estudiantes Damares Zimmermann y Anastassia Oberländer.Imagen: DW

De la puerta roja en la oficina de Tanja Kupisch cuelga una hoja en la que pone: “Examen oral - Por favor, no molestar". Kupisch, quien examina a una estudiante de italiano, es desde hace tres años catedrática junior en el Instituto de Romanística de la Universidad de Hamburgo. La alumna obtuvo una mala nota. "Uno sufre un poco cuando el resultado no es satisfactorio“, dice Kupisch, pero es que los estudiantes tienen que aprender ellos solos. "Nosotros podemos facilitarle el material de estudio, pero ellos tienen que poner algo de su parte también.“ Esta mujer de 37 años intenta ayudar a sus alumnos. Su puerta está siempre abierta y además responde a los numerosos correos electrónicos que envían los estudiantes. "Algunos días tengos cien mensajes y no consigo responderles a todos“, reconoce Kupisch.

Trabajar independientemente es un requisito

Los estudiantes alemanes están acostumbrados a moverse en la vida universitaria casi sin problemas. El material y el horario de estudio lo organizan de acuerdo a sus necesidades, y si quieren hablar con un profesor, son ellos quienes toman la iniciativa. Damares Zimmermann, en cambio, no tuvo ninguna relación con sus docentes durante la carrera de empresariales en Alemania. Para la brasileña hubiese supuesto un esfuerzo muy grande. En su país, ella estudiaba en una universidad privada: "Allí había más asesoramiento que aquí en Hamburgo“, dice Zimmermann. Los profesores en Brasil, añade, enseñan cómo los alumnos encuentran las informaciones en los libros. En Alemania, en cambio, tardó un semestre para ubicarse en la universidad. Thomas Eger, profesor de economía, confirma que la demanda de asesoramiento a extranjeros es muy alta. Él coordina el Instituto de Derecho y Economía en la Universidad de Hamburgo donde hay estudiantes de más de 40 países.

Todos los estudiantes tienen su manera de abordar el aprendizaje: „Lo que me asombra es que tanto los estudiantes de la India como de Israel pueden argumentar mucho. No se creen nada, sino que cuestionan todo. Por otro lado, el chino “típico“ es muy aplicado y no argumenta mucho“, dice Eger, quien ha impartido clases por todo el mundo. Y hay una diferencia entre los estudiantes alemanes y los extranjeros: „Algunos han terminado una carrera universitaria en el extranjero sin haber realizado un trabajo escrito“, según Eger.

El idioma es el peor obstáculo

En su instituto todo es muy personal y los casi 100 estudiantes reciben la mayor ayuda posible. Sin embargo, el programa de master „Law and Economics“ es único en dicha universidad, porque los estudiantes abonan tasas universitarias por el asesoramiento tan especial: los estudiantes europeos pagan 4.500 euros por semestre; el resto, 8.500 euros. La organización personal de los cursos corre a cargo de los estudiantes, y "ahí radica el verdadero problema", comenta Esther Kaumann. Ella aconseja a los estudiantes en seminarios sobre organización universitaria.

El programa Piasta del departamento internacional ofrece estos cursos. Se tratan los siguientes temas: ¿Cómo conseguir el material?, ¿Qué es un Copy-Shop? ¿Cómo funciona la biblioteca? ¿Cómo escribir trabajos escritos? Kaufmann enumera las típicas preguntas que formulan los estudiantes extranjeros. Pero el gran problema para ellos es el idioma alemán.

También para la estudiante de empresariales Zimmermann alemán fue el peor obstáculo. Por lo que al principio tradujo todo al portugués para poder estudiar. “Al final me di cuenta de que los exámenes hay que hacerlos en alemán“, cuenta la brasileña. Y con el bachelor, la cantidad de material por aprender ha aumentado. “Veo lo sobrecargados que están los estudiantes“, dice la joven catedrática. Si ella compara sus estudios con los actuales llega a la conclusión de que "los estudiantes después de tres años en la universidad, lo que yo hice en cinco.“

Estudiantes extranjeros, cuota alta de interrupción de estudios

Tanto Damares Zimmermann como Anastassia Oberländer notan la presión durante todo el semestre. "Llegó un momento en el que tuve que aceptar que debía invertir mucho tiempo“, dice Anastassia, quien aprobó todos los exámenes. Sin duda, su grupo de estudio le fue muy útil para alcanzar el éxito.

Damares no formó parte de ningún grupo de estudio porque se pensaba que ella frenaría a sus compañeros debido a sus escasos conocimientos de alemán: “Hubo momentos en los que estaba frustrada y triste porque no aprobé un examen y lloré.” Incluso pensó en dejar de estudiar, y, si lo hubiese hecho, no habría sido una excepción. Todo lo contrario, la mitad de los estudiantes extranjeros que desean obtener un título, interrumpen su carrera, según el Sistema de Información Universitaria (HIS).

Sin embargo, al final de la carrera Damares Zimmermann terminó antes que su amiga Anastassia Oberländer y además ya entregó su proyecto de bachelor. Ahora puede relajarse, pasear por el lago o festejar hasta las cinco de la mañana después de dos años de carrera muy intesos.

Autor: Janine Albrecht/Rosa Macías

Editor: Enrique López