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Inundaciones en el sur de Alemania: 40 horas de pie

Oliver Pieper desde Augsburgo
3 de junio de 2024

Rupturas de presas, pueblos evacuados, catástrofes en algunas comunidades. La situación en el sur de Alemania sigue siendo muy tensa. Desde Augsburgo, Oliver Pieper.

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Vista aérea de Nordendorf, cerca de Augsburgo, completamente inundada.
La localidad de Nordendorf, cerca de Augsburgo, está bajo el agua y debe ser evacuada parcialmente.Imagen: Bernd März/IMAGO

Tobias Kunz está en constante estrés desde este sábado 1º de junio a las seis de la mañana. El alcalde de Nordendorf, una pequeña comunidad de 2.600 habitantes al norte de Augsburgo, lucha desesperadamente contra las inundaciones del río Schmutter. Junto con 300 voluntarios, intenta salvar la escuela primaria local.

"Ayer llenamos 40.000 sacos de arena y con ellos construimos un dique de 240 metros de largo. Los ayudantes a veces pasan 40 horas de pie, sin dormir. Pero con la extrema cantidad de agua de hoy, ni siquiera eso fue suficiente", dijo este domingo a DW.

Alcalde de Nordendorf, Tobias Kunz, al fondo: tres voluntarios y la localidad inundada.
"Seguiremos adelante cueste lo que cueste y siempre donde se nos necesite", aseguró el alcalde de Nordendorf, Tobias Kunz.Imagen: Oliver Pieper/DW

Los voluntarios cargan apresuradamente los sacos de arena de un lado a otro. Kunz coordina las operaciones y responde a las incesantes preguntas. No ha quedado más remedio que cancelar las clases de este lunes, explica con tristeza. Pero lo que más le deprime es que la lucha contra el agua en torno al nuevo campo deportivo se perdió en muy poco tiempo; la presa se rompió.

"En un cuarto de hora nuestro campo deportivo escolar, en el que se invirtieron alrededor de un millón (de euros) , quedó bajo el agua. Todo lo que tiene que ver con la infraestructura está inundado. Nuestro sistema de alcantarillado tampoco funciona, los estudiantes ni siquiera podrían ir al baño."

El río Schmutter superó con creces su cauce y dejó este paisaje: vista aérea de la localidad de Nordendorf, inundada.
No sólo fue afectado el campo deportivo de Nordendorf, sino que el río Schmutter superó con creces su cauce.Imagen: Bernd März/IMAGO

Baden-Wurtermberg y Baviera bajo el agua

Lo que está viviendo Nordendorf está pasando también en muchas comunidades del sur de Alemania: las represas no pueden soportar las masas de agua y decenas de pueblos tienen que ser evacuados.

La evaluación preliminar: en algunos lugares, cayó más lluvia en 24 horas que el promedio de todo un mes, y los niveles de agua aumentaron a niveles que sólo se alcanzan una vez cada 100 años. Los estados federados de Baden-Wurtemberg y Baviera se vieron especialmente afectados este fin de semana y en algunas comunidades se activaron las alarmas de desastre. Al menos cuatro personas han muerto.

Para muchos, la magnitud de las inundaciones fue una completa sorpresa. Como para los cuatro jóvenes que DW encontró este domingo, algo indecisos, unos kilómetros más al sur, en Kühlenthal. Su problema: ya no podían llegar a la casa que habían protegido tan diligentemente el sábado con sacos de arena. El pueblo fue evacuado y sólo se podía llegar con botas de goma.

"Es la casa de los padres de uno de nosotros, que actualmente están de vacaciones en Austria. Ayer intentamos salvar lo que se podía salvar, pero el agua realmente llegó de todas direcciones. Al menos pudimos subir dos coches a la montaña", explican a DW.

A lolejos, la comunidad de Kühlenthal, inundada. Cuatro personas la observan, de espaldas a la cámara.
Cerca, pero inaccesible: la comunidad de Kühlenthal.Imagen: Oliver Pieper/DW

Mejor preparados tras la catástrofe del valle del Ahr

En Diedorf, pocos kilómetros al oeste de Augsburgo, seis propietarios de coches no tuvieron tanta suerte. Un aparcamiento subterráneo se inundó por completo, al igual que los sótanos de las casas circundantes. Los empleados de la Agencia Federal de Ayuda Técnica bombean el caldo marrón con un dispositivo especial: 10.000 litros por minuto, a presión.

En Diedorf también se rompieron un dique y una presa. Las aguas de la inundación están retrocediendo lentamente y el nivel del agua vuelve a bajar, pero nadie en el pequeño puesto de bomberos piensa aún en levantar la alarma. Philipp Niegl, el llamado primer comandante de los bomberos, trabaja -como todos- de forma voluntaria. Su profesión, y empleo remunerado, es de profesor.

Philipp Niegl, comandante de los bomberos voluntarios en Diedorf.
"Respondimos a las inundaciones con sacos de arena y muros móviles de protección”, explicó Philipp Niegl, comandante de los bomberos voluntarios en Diedorf.Imagen: Oliver Pieper/DW

"Esta vez la aplicación de alerta Nina funcionó muy bien, al igual que la sirena de control de catástrofes. Después de la inundación del siglo en el valle del Ahr, volvimos a actualizar el equipo para estar mejor preparados: ahora tenemos un camión de suministros que también puede atravesar aguas profundas. Esta vez pudo transportar a mucha gente", dice.

Campamentos de evacuación en tiempo récord

Las personas que fueron evacuadas y no tenían dónde dormir con familiares o amigos pudieron pasar la noche en el pabellón deportivo de Diedorf.

Catres anaranjados para dormir para las personas evacuadas por las inundaciones en  Augsburgo.
Catres para dormir para las personas evacuadas por las inundaciones, en la sala de exposiciones de Augsburgo.Imagen: Oliver Pieper/DW

En la ciudad de Augsburgo, el centro de acogida central para todas las personas varadas es el enorme centro de exposiciones. En tiempo récord se instaló aquí un campamento para 300 personas afectadas.

Augsburgo tiene experiencia en la lucha contra catástrofes, subraya el portavoz Raphael Dodere. En la Navidad de 2016, la ciudad tuvo que evacuar a 54.000 personas a causa de una bomba de la Segunda Guerra Mundial. Este sábado, los evacuados llegaron a 170. "En su mayoría, se trata de personas mayores que viven en residencias de ancianos", explica.

Sabine Fischer, sus padres y dos vecinas, sentadas a la mesa sobre unos bancos de madera en un refugio improvisado en Augsburgo.
La familia Fischer espera con impaciencia volver a su casa.Imagen: Oliver Pieper/DW

En el enorme salón de recepción aún quedaban unas 70 personas este domingo, entre ellas, los padres de Sabine Fischer y dos vecinas.

"Ahora estamos aquí esperando y esperando, y no sabemos cuánta agua ha entrado en nuestra propiedad", dice Fischer a DW: "Era simplemente inimaginable para nosotros que la situación fuera tan grave. Nuestro único deseo es volver a casa lo antes posible."

(rml/cp)