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Inundaciones retroceden en Alemania, en Polonia hay graves daños

10 de agosto de 2010

El Parque Fürst-Pückler, Tesoro Cultural la Humanidad en la ciudad sajona de Bad Muskau, en el Este alemán, no sufrió daños significativos por las inundaciones que afectan a Polonia, República Checa y Alemania.

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Preparados para esperar las aguas: ciudadanos en la plaza prinicpal de Bad Muskau, Alemania.Imagen: AP

"No sufrió daños mayores", dijo este 10 de agosto el alcalde de Bad Muskau, Andreas Bänder, a la emisora nacional Deutschlandradio Kultur. Las aguas sólo habrían logrado filtrarse a través del subterráneo pero su nivel no es comparable con los daños ocasionados por las devastadoras inundaciones del año 1981.

No tan afectado como parece

Hochwasser Neiße Bad Muskau NO FLASH
Castillo del Parque Fürst-Pückler, de Bad Muskau, rodeado de agua.Imagen: dpa

Bänder aseguró incluso que el parque será reabierto al público este mismo fin de semana. Otras regiones empero no han salido tan bien libradas. En Sajonia se reportan graves daños en Kirnitschtal, Bad Schandau y Sebnitz, dijo a la radio regional MDR, Tino Richter, de la Oficina de Turismo de Sajonia quien también recordó que el 95% de la oferta turística sigue estando abierta a los visitantes.

Polonia mucho más afectada que Alemania

En plena frontera con Polonia y la República Checa la situación es incomparablemente más grave. La catástrofe provocada por las riadas ha sembrado la destrucción en la localidad polaca de Bogtynia. Su ciudad ya no es más que un campo de devastación, dice el alcalde Andrzej Grzmielewicz desesperado.

Los 18.000 habitantes de esa ciudad fronteriza con Alemania y República Checa solo logran sobrevivir gracias a un puente aéreo. Helicópteros militares transportan alimentos básicos, agua potable y otros bienes de ayuda a la ciudad aislada casi del todo del resto del mundo para que las personas atrapadas logren superar lo peor. El riachuelo Miedzianka, que solía ser un inofensivo afluente del Nysa, se desbordó repentinamente tras un tremendo diluvio anegando toda la localidad.

Para el gobernador de la región Rafal Jurkowlaniec, Bogatynia era "la ciudad más bonita en Baja Silesia". Ahora ya no reconoce su localidad favorita, agregó desconsolado. "Tiene un aspecto tan triste", aseguró Jurkowlaniec en conversación con el diario "Polska".

Electrodomésticos por todas partes

En tan solo unas pocas horas la crecida causó terribles destrozos en la bonita localidad. Cientos de casas se inundaron hasta la primera planta. Ahora que el nivel del agua ha descendido, quedan montones de lodo, edificios y coches destruidos y electrodomésticos tirados por todas partes.

Quien se atreve a salir a la calle necesita habilidades acrobáticas para sortear los agujeros y fisuras en las calles. Entre la basura deslumbran a veces, como si de una joya se tratase, un elegante zapato rojo, una caña de pescar nueva o un libro. Decenas de casas tendrán que ser demolidas por el riesgo de derrumbamiento que entrañan.

Cuando Andrzej y Urszula Jakimowicz vieron su casa el día después de las trombas de agua, se les saltaban las lágrimas. De su proyecto conjunto de vida ya solo quedaban tablas y piedras. Solo lograron salvar del agua documentos importantes para llevárselos al refugio provisional en el que se alojaron hasta el domingo junto con otro centenar de vecinos.

"Como si se hundiera la tierra"

Hochwasser in Polen Flash-Galerie
Destrucción en la ciudad polaca de Bogatynia.Imagen: AP

Muchas personas no solo han perdido sus hogares, sino también su sustento de vida. Janina y Ryszard Smolarek (ambos de 63 años) tenían un taller de coches. Las riadas destruyeron el local, las herramientas y la maquinaria. "Todo perdido", lamentaba la pareja. Ha sido como si se hundiera la tierra, dijo Lucja Suchynia, de 59 años, al diario "Fakt". La arrasadora corriente del agua arrastró a la ciudad animales muertos y coches destruidos, narró la mujer. Entre los habitantes se ha extendido un sentimiento de desesperación, aseguró.

Marian Janiak explicó al diario "Polska" que en un principio estaba convencido de que su ciudad lograría salir adelante. Pero cuando contempló las ruinas perdió la fe. Las trombas de agua se llevaron por delante la mitad de su casa, la otra mitad amenaza ahora con derrumbarse.

dpa

Editor: José Ospina-Valencia