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¿Ciencia alemana al servicio del Ejército chino?

Sandra Petersmann | Esther Felden | Naomi Conrad
20 de mayo de 2022

Las universidades técnicas alemanas son muy codiciadas entre los investigadores invitados chinos. De regreso en su país, muchos de ellos trabajan para el Ejército. Una investigación de DW y sus socios.

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Policías paramilitares chinos.
Policías paramilitares chinos.Imagen: Jason Lee/Getty Images

Esta no es una novela de espionaje. Por eso hemos omitido conscientemente los nombres de las personas que aparecen en esta historia sobre los claroscuros de la cooperación científica entre Alemania y China:

La mujer es una física, especializada en física de partículas. Tras obtener su doctorado en China, se va a trabajar a Europa. Primero investiga dos años en un renombrado instituto de física nuclear en Italia. Después, trabaja tres años en dos universidades alemanas, en Hamburgo y Maguncia.

Alemania apuesta políticamente por la cooperación científica con China. De acuerdo con el Gobierno alemán, "tiene una importancia especial para asegurar relaciones bilaterales estables a largo plazo”. Pero, ¿qué pasa cuando la cooperación científica impulsa el rearme chino?

Hoy día, la física trabaja en China en el desarrollo de armas nucleares. Un científico los recuerda a ella y a otros colegas chinos: "Estaban enfocados en el trabajo técnico. Este no era precisamente visionario, pero técnicamente muy bien fundado. Y todos estaban muy motivados”. Asegura, además, que nunca se habló de política, sino que los investigadores se concentraron en la ciencia básica, cuyo fin práctico no siempre se reconoce a primera vista. "La ciencia básica sirve para muchas cosas. Y siempre queda la pregunta de con qué fines se usará más tarde”, dice el científico.

China: centro de las armas nucleares

En la Academia China de Ingeniería Física (CAEP, por sus siglas en inglés), donde actualmente trabaja la física, la ciencia básica juega un rol importante. Esta academia es, además, el único lugar en China donde se están desarrollando cabezas atómicas. En opinión del australiano Alex Joske, que investiga la transferencia de tecnologías y es experto en temas relacionados con China, la CAEP es "una de las unidades más inquietantes y preocupantes del sistema de investigación chino”.  

Actualmente, no es posible encontrar publicaciones científicas de la física. Lo que sí se sabe es que, tras cinco años en Europa, ha recibido un puesto en la CAEP a través del sistema de becas estatal más conocido. De estos hay muchos en China. El llamado programa de los mil talentos va dirigido especialmente a científicos de primer nivel en el extranjero o con mucha experiencia en el extranjero. El programa busca atraer a estos científicos con buenos presupuestos y laboratorios modernos. También han sido becados científicos alemanes.

La Universidad de Ciencias y Técnica de la Defensa Nacional, en China.
La Universidad de Ciencias y Técnica de la Defensa Nacional, en China.Imagen: Huangdan2060/Wikipedia | CC0 1.0

Investigación en nombre del Partido Comunista

Bajo el presidente Xi Jinping, el Partido Comunista invierte masivamente en la ciencia, para que China pueda convertirse en potencia mundial hasta 2050. Una de las metas estatales oficiales es la "fusión militar-civil”. En consecuencia, la investigación civil también debe estar al servicio del Ejército chino. El patriotismo es un deber científico.

Una investigación conjunta de once medios europeos, bajo la dirección de las plataformas de investigación Follow the Money y CORRECTIV, documenta la importancia de la cooperación científica con universidades europeas para China, a fin de convertirse en potencia mundial.

En la parte alemana de esta investigación, participaron, además de Deutsche Welle, el periódico Süddeutsche Zeitung y la radio Deutschlandfunk. Entre otras cosas, unos 350 estudios conjuntos demuestran que también científicos alemanes cooperan con investigadores del Ejército chino.

Investigadores en la mira

En un segundo paso de la investigación, la DW y sus socios analizaron de manera aleatoria los currículos de investigadores de primer nivel chinos que, en los últimos diez años, al igual que la física, hayan vivido en Alemania para profundizar su investigación en los campos de matemáticas, informática, ciencias naturales y técnica. Con ayuda del Centro de Seguridad y Tecnologías Emergentes (CSET, por sus siglas en inglés), de la Universidad de Georgetown, en Estados Unidos, hemos identificado a unas 80 personas.

De estas, analizamos en detalle 26 perfiles especialmente llamativos: todas las personas trabajan, hoy día, en universidades de élite, que cooperan de manera especialmente estrecha con el Ejército. De estos perfiles, 22 investigadores han regresado a China a través del programa de los mil talentos. Doce de ellos, habían tenido una beca de la renombrada Fundación Humboldt. 

Con ayuda de becas de la Fundación Humboldt

Uno de los becados, un químico, trabajó entre 2011 y 2014 en tres institutos de élite en Berlín. En 2015, se fue por un año a Liverpool, en Gran Bretaña, gracias a una beca Marie-Curie de la Unión Europea. Hoy día, es miembro del departamento de desarrollo armamentista de la Comisión Militar Central de China, la mayor organización de defensa nacional, dirigida por Xi Jinping. La investigación del químico becado se centra actualmente en la tecnología láser.

Otro becado de la Fundación Humboldt, un físico de plasma, trabajó tres años en la Universidad del Ruhr, en Bochum. En 2018, exactamente un año después de su regreso a China, ganó un premio de incentivo de la Comisión Militar Central. Hoy día, se dedica a la investigación de la inteligencia artificial, así como de tecnologías de propulsión aérea y espacial.

Enno Aufderheide, escretario general de la Fundación Humboldt, admite que este tipo de casos aislados van en contra de los intereses alemanes. Sin embargo, cree que Alemania perdería mucho más que China si llegara a renunciar a la cooperación. Es importante estar en contacto con los mejores científicos del mundo, opina. "Los chinos entienden muy bien a Europa. Nosotros, sin embargo, no somos tan buenos en entender a los chinos. De ahí que necesitemos el intercambio”, agrega.

Una nueva generación para la industria de la defensa

En la Universidad Técnica de Múnich, hubo otro caso con el mismo patrón. Ahí, un talentoso ingeniero chino llevó a cabo sus investigaciones para su tesis de doctorado. Tras su regreso a China, en 2019, recibió por parte de la Comisión Militar Central un premio de innovación y, un año más tarde, fue recompensado con un programa de incentivo. Uno de sus campos de investigación es la protección térmica para aviones hipersónicos.

Hoy día, el talentoso ingeniero dirige por lo menos tres grandes proyectos, que son financiados por la Comisión Militar. Dos de ellos llevan por título "importantes proyectos de defensa nacionales”. En su calidad de profesor, también funge como persona de contacto para estudiantes de doctorado que quieren estudiar en Alemania. En una entrevista con un periódico regional chino, en 2019, aseguró: "Antes quería llevar a cabo proyectos de investigación científicos que me gustaban. Ahora, espero poder formar a más personas en el ámbito de la industria de la defensa”.

El presidente chino visita la Universidad Nacional de Defensa, en 2019.
El presidente chino visita la Universidad Nacional de Defensa, en 2019.Imagen: Li Gang/Xinhua/IMAGO

En varias ocasiones, Deutsche Welle y sus socios contactaron a los cuatro científicos chinos que mencionamos como ejemplos. Hasta la fecha no hemos obtenido ninguna respuesta.

"No alimentes la mano que te muerde”

De acuerdo con datos de la Sociedad Max Planck, hoy día, "cerca de un tercio” de todos los puestos de liderazgo en el área científica en China son ocupados por personas que se formaron en Alemania. 

Didi Tatlow es coautora de un libro sobre la búsqueda china de tecnología extranjera. En su opinión, el hecho de que Alemania reciba con los brazos abiertos a los investigadores invitados chinos representa un serio riesgo para la seguridad. "Hay un dicho inglés: 'No muerdas la mano que te alimenta'. A mí me gustaría cambiarlo: 'No alimentes la mano que te muerde'.”

Para Tatlow, se trata de una cuestión sistémica. Alemania debería preguntarse "si se trata de un sistema que busca desplazarnos y llegar a dominar nuestras industrias hasta el punto de convertirse en un riesgo político y un peligro para la democracia.”

El alto valor de la libertad de investigación

En Alemania, la Constitución protege la libertad de investigación ante ataques estatales. Las universidades eligen solas a sus socios y proyectos. "Esas decisiones no las podemos ni las queremos tomar de manera centralizada desde Berlín”, explica Jens Brandenburg, secretario estatal en el Ministerio Alemán de Educación e Investigación. En lo que respecta a la cooperación científica con China, la meta de Alemania es "ser lo suficientemente abierta y cerrada”, dice, refiriéndose sobre todo a proyectos de uso dual, que también podrían ser usados con fines militares.  

"El gran reto tiene que ver con que la libertad de investigación es fuertemente limitada por parte de China. Hemos visto, además, que el uso de la investigación con fines militares o civiles-militares es de una importancia central”, asegura Brandenburg. No obstante, el secretario de Estado no cree que sea necesario poner líneas rojas. "Ante todas las cosas, para mí, es muy, muy importante respetar la libertad de investigación en Alemania”, dice.

La ciencia alemana: ¿bien preparada?

Sin embargo, tanto desde el punto de vista de la Unión Europea como del Gobierno alemán, China no es un socio, sino un "rival sistémico”. 

A los responsables de seguridad les preocupa que muchos científicos vivan en "burbujas”, puesto que la cooperación internacional es una "moneda”. La investigación también tiene que ver con mucho dinero, y China está dispuesta a invertir en proyectos de investigación y cátedras extranjeras. De ahí que muchas universidades sean "un poco devotas” y "un poco ingenuas”. 

Una pregunta político-moral

Katja Becker, Presidenta de la Asociación Alemana de Investigación (DFG, por sus siglas en alemán), hace hincapié en la rapidez con que la ciencia alemana reaccionó a la guerra en Ucrania. Tras la invasión rusa, se cancelaron inmediatamente todas las cooperaciones de investigación con el país agresor, explica. "Lamentablemente, hemos aprendido que no siempre se puede confiar ni tener esperanza.” No obstante, agrega, se necesita confianza a la hora de "abordar las grandes preguntas científicas de la humanidad”. 

China no ha condenado la invasión rusa y cree que Estados Unidos es el verdadero agresor. "De momento, no romperíamos las relaciones con China por eso. Para ello, no hay ningún motivo actualmente”, dice la presidenta de la DFG.

No cabe duda de que la gran mayoría de los cerca de 60.000 investigadores chinos en Alemania simplemente quieren estudiar. Lo realmente preocupante es el sistema que somete su investigación a los planes militares del Partido Comunista. La postura de Alemania al respecto es sobre todo una cuestión político-moral. (vt/ms)

Por razones de seguridad, una colega de DW prefirió permanecer en el anonimato.